Ha pasado ya un mes desde que regresé de China… una frase que deseaba decir desde hace tiempo. En efecto, nunca había visitado China hasta que surgió esta oportunidad gracias a las Matemáticas. En mi imaginario, el gran país asiático seguía más cerca del relato de Marco Polo que de cualquier referencia contemporánea, incluidos los muchos comercios gestionados por ciudadanos chinos a escasa distancia de mi casa. Este post se titula Xiamen, la ciudad donde he pasado casi dos semanas, más centrado en la investigación que en el turismo. Ciertamente, no me he movido mucho alrededor, como suelo hacer en mis viajes. Supongo que en próximas ocasiones tendré la oportunidad de descubrir otros lugares de China, pero estos días han sido suficientemente ricos en experiencias para que merezca la pena hacer un relato.
Skyline de Xiamen, con sus peculiares rascacielos. Los dos más altos se iluminan por la noche con imágenes cambiantes.Xiamen se sitúa sobre una isla conectada con el continente a través de varios puentes. Hacia el sur destaca una mancha de bosque (verde) que es además bastante abrupta. El mapa es de Baidu, el «Google» chino, ya que éste último no funciona demasiado bien allí.Rocas en la playa frente a un mar plomizo, como el cielo sobre él. La imagen me recuerda, salvando las distancias, el vídeo de First we take Manhattan (then we take Berlin) de Leonard Cohen. Frente a esa costa, no muy lejos, se sitúa la «provincia» de Taiwan.
Este viaje ha sido posible gracias a la amabilidad y hospitalidad de mi colega el profesor Qingjin Cheng, que me invitó a Xiamen con la intención de abrir una etapa de colaboración matemática tras varios años de sana rivalidad en Super Weak Compactness… ahora mirad el acrónimo en mi camiseta. De esta historia entre Xiamen y Murcia doy cuenta un par de secciones más adelante.
Qingjin Cheng y el autor en Xiamen… la camiseta está elegida deliberadamente para esa primera foto.
La ciudad, el paisaje, contrastes
Xiamen tiene mas de medio millón de habitantes. Los nuevos desarrollos eclipsan a los edificios antiguos, pero a veces es posible encontrar rincones en los que uno puede viajar al pasado, aunque no muy remoto. El campus principal de la Universidad de Xiamen proporciona muchos lugares de romántica belleza. También hemos explorado un poco, dentro de nuestras limitadas posibilidades, en busca de escenas de la vida cotidiana en este remoto lugar.
Antiguo edificio rectoral de la Universidad de Xiamen, con los rascacielos al fondo.Playa junto a la ciudad. Aunque las temperaturas eran bastante templadas en enero, no me pareció ver ningún bañista… supongo que será que no hay muchos ingleses.Cuando pregunté por la gran cantidad de ventanas con rejas, la explicación que me dieron venía a resumirse en tres categorías: ladrones, niños y ancianos. Dejo al lector libertad para que especule mientras contempla esta foto.Experimento fotográfico para tratar de ilustrar el agobio que me producen, en general, las ciudades.Centro tecnológico que me pillaba de camino entre el hotel y la universidad.Edificio principal de la Universidad de Xiamen, frente a un lago rodeado de jardines. Su silueta es un icono de la institución.Complejo de templos budistas de Nan Putuo, a los que se accede desde el campus universitario. De hecho, fue asimilado por la misma universidad como una «facultad de religión» superada la Revolución Cultural.Los templos reciben muchos visitantes diariamente. El que aparece en la foto alberga varias estatuas gigantes de Buda.Detalle de los Budas luciendo llamativas esvásticas en el pecho. En efecto, dicho símbolo no fue inventado por los nazis.Tras un templo hay otro más…Quemadero de barritas de incienso frente a los templos.Jardín en la Universidad de Xiamen.Lo cortés no quita lo valiente…Rascacielos de Xiamen vistos desde las instalaciones deportivas de la Universidad de Xiamen.Callejones poco céntricos de Xiamen… uno de esos paseos en busca de lo auténtico.Restaurante con mucha «solera», escondido entre bloques de edificios más modernos.Establecimiento de un proveedor de bambú para construcción y decoración.No es fácil encontrar el concepto análogo de una «tienda de chinos» en la propia China. En la foto destacan las decoraciones para festejar el año nuevo chino, que tuvo lugar unos días tras mi regreso.Panorámica de unos bajos en la «ciudad de la electrónica», donde fuimos a buscar, sin éxito, una clavija adaptadora.Simpático graffiti. Sin embargo, lo que más me llama la atención es la erosión alveolar en el granito.Curioso sendero de varios kilómetros que se adentra en el bosque por medio de pasarelas elevadas salvando desniveles con pendientes suaves.Balcón con forma de corona circular para contemplar el mar.Continuamos caminando por el sendero… realmente curioso.Otro desnivel salvado con una rampa en forma de tornillo. Poco después se hizo de noche y dimos por finalizado el paseo.Casa en el bosque.
La vida, o la comida
Durante mi estancia en Xiamen, afrontar la comida cada día se puede decir que tenía bastante de aventura. El problema de la comunicación y las pésimas traducciones provocaron situaciones pintorescas, como pensar que has pedido una sopa y que aparezcan con una fuente de gambas a la plancha. Hablaremos de la comida y la vida en general, pero comencemos con el que es, sin duda, el protagonista en la vida social china: el té.
Juego de té en el despacho del profesor Qingjin Cheng, con el que recibe a sus invitados.Yo mismo me acostumbré a tomar té a todas horas… en la foto las «amenities» del hotel para preparación de té, entre otras cosas.Para desayunar en el hotel había un buffet libre, eso sí, de alimentos sumamente variados. Tras varias pruebas, mi selección matinal acabó convergiendo a una composición como la de la foto.Para probar la comida tradicional de Xiamen hay que ir al sitio adecuado. Este restaurante familiar ya era frecuentado por Qingjin Cheng en sus tiempos de estudiante así que no defraudó.Difícil describir lo que hay en la imagen: embutido, tortilla, una especie de zarangollo y «dumplings» (aquí estamos más acostumbrados al término japonés «gyozas»). Todo esto se riega con agua templada… por supuesto, se puede pedir cerveza, pero es posible que también te la traigan templada.No siempre es fiesta, así que también íbamos a comer a cantinas universitarias, con una gran variedad de platos.Estando junto al mar, el pescado es excelente en Xiamen.Una sopa bien cargada. Lo que me resulta más curioso de la col china es que conserve un color verde brillante tras la cocción.Estética magnífica, pero mucho trabajo para comer.Uno de los descubrimientos en el restaurante del hotel: bacalao con bulbos de lirio. En efecto, algunas de las especies de lirio locales producen un bulbo comestible.Calle en un barrio dedicado, principalmente, a restaurantes de comida local rápida. Con las degustaciones gratuitas tras varias calles puede acabar uno saciado.Detalle de los pinchos ofertados.
Doy por finalizada mi selección culinaria lamentando haber dejado Xiamen sin probar una de sus especialidades más famosas.
Una frutería… me hubiera gustado algo más rústico para la foto, pero a veces no hay forma de escapar de la globalización.Tortugas de caparazón blando (género Trionyx) en una tienda de alimentación. La caja de las tortugas estaba junto a una caja de naranjas… no comprendí lo que me dijo la dependienta, pero creo que no se consideraban mascotas.Acuario en un restaurante… más fresco el pescado, imposible.Vendedora de recuerdos de la Universidad de de Xiamen. A pesar del aspecto de «top manta» del comercio, el pago es electrónico mediante escaneo de un código QR (en la mano).Artesanía en hoja de bambú trenzada.Puesto ambulante de boniato asado.Vista de la ciudad desde el monte, tomada durante una excursión que realizamos con Qingjin Cheng, su hijo, y varios de sus estudiantes.Paisaje con reminiscencias de bosque mediterráneo. En esta época se veía más bien seco.En el paseo se mezclaba la flora autóctona con otras especies procedentes de jardines que se han asilvestrado, como la buganvilla.Caracola terrestre de grandes dimensiones… es curioso, en julio de 2024 tomé una foto parecida en Camerún.Es muy llamativa esta especie de árbol que incansablemente lanza raíces desde las ramas para extenderse sobre una gran superficie.Lago artificial en los dominios del campus de la Universidad de Xiamen.Plantas epífitas en un árbol de la Universidad.Selfie en una de las pocas ocasiones en las que tuve la oportunidad de buscar minerales. Lamentablemente, es sustrato granítico de Xiamen (como las rocas a mi espalda) no me dieron ninguna sorpresa más allá de su composición habitual.
Mis queridos rivales
Hace alrededor de 20 años intenté desarrollar una versión localizada (para conjuntos) de la súper-reflexividad, una propiedad de ciertos espacios de Banach. Mis resultados identificando una propiedad entre la compacidad métrica y la compacidad débil aparecieron en 2008 y poco años después descubrí que un equipo de la Universidad de Xiamen había llegado a resultados similares de manera independiente. Estos conjuntos llamados desde entonces súper débilmente compactos (la elección de palabras es técnicamente correcta pero algo desconcertante) y abreviados SWC permiten generalizar una buena cantidad de resultados importantes desarrollados a lo largo del siglo XX. En este programa investigación hemos estado trabajando y rivalizando, de manera exclusiva, el equipo de Xiamen y el «de Murcia» (yo mismo y, esporádicamente, colaboradores) durante la última década, dando lugar a una coyuntura peculiar: un tema de investigación que sólo me interesa a mí y a alguien en China 😕 Afortunadamente, esta situación ha comenzado a cambiar y los SWC interesan ya a cada vez más investigadores. Aquí podéis ver la presentación que realicé en Xiamen para ampliar información sobre este asunto.
«Meme» capturado de un estado de WhatsApp… creo que expresa muy bien la idea, a pesar de que el término «enemigos» no sea el más adecuado.El equivalente de Facultad de Matemáticas, aunque técnicamente mi invitación fue expedida por el Tianyuan Mathematical Center in Southeast China.Monumento dedicado a Chen Jingrun, matemático de Xiamen que contribuyó a la conjetura de Goldbach.El profesor Lixin Cheng, jefe del grupo de Análisis Funcional de la Universidad de Xiamen, explicando las conexiones de los conjuntos SWC con otras cuestiones matemáticas.Con Qingjin Cheng en una agradable mañana en la Universidad de Xiamen.Comienzo de mi charla… el título está totalmente justificado 🙂Photo finish con los asistentes a la charla. Hay que precisar que, a falta de diez días para la fiesta de año nuevo, muchos estudiantes habían ya comenzado sus vacaciones.Cena tras la charla… imposible hacer un inventario de todo lo que sacaron.Sala de café del Departamento de Matemáticas que sirve también como exposición de recursos didácticos matemáticos.La oficina que ocupé tenía este cartel en la entrada… no puedo sentirme más honrado.Marabunta de bicicletas y ciclomotores junto a plantas de bambú en la Universidad de Xiamen.Control biométrico para acceder al campus universitario. Como puede verse claramente en la foto, el dispositivo me reconocía sin problema.Futuro edificio de la Facultad de Cine de la Universidad de Xiamen. Actualmente comparte el edificio de Matemáticas.
Quiero dejar constancia de mi agradecimiento a los estudiantes que se ocuparon, en algún momento, de ayudarme con las muchas dificultades que encontré en Xiamen.
Jia Hongwei, el primero de los estudiantes de Qingjin que se ocupó de mí. Sin su ayuda mis días en Xiamen hubieran sido muy precarios… Desgraciadamente, no puedo explicar lo que se está celebrando en esta foto.Aquí estoy con Changchi Huang, que ha demostrado resultados muy interesantes sobre SWC. Zeyi Liu y Chunyan Luo, que tuvieron la amabilidad y la paciencia de pasar un día conmigo.Qingjin Cheng y su hijo en primer plano, el día de la excursión al monte.
Curiosidades
La impresión que causa la primera vez en China es difícil de explicar. Desde el primer momento es evidente que uno llega a un país moderno, donde es prácticamente imposible hacer nada sin un buen puñado de aplicaciones instaladas en el móvil: cuando no te entienden sacan el DeepSeek para que traduzca, y además te da conversación si no han desactivado esa opción; todo se paga con Alipay; se comunican o se gestionan taxis, reservas… con WeChat.
Mi llegada al inmenso aeropuerto de Pekín.Los billetes, uno de los pocos sitios donde se puede encontrar el retrato de Mao, son difíciles de ver ya que la mayor parte de los pagos son electrónicos. De hecho, tuve muchas dificultades para conseguir dinero físico y poder traerme algún billete para la colección.Las vallas en las obras del metro estaban decoradas con escenas de la historia de Xiamen.Fachada de mi hotel en Xiamen, el Lujiang MEGA. Además del edificio principal había villas de apartamentos.El encargado de mantener los cristales limpios me dejó con la duda sobre si la jubilación es voluntaria, tardía o ni siquiera es una opción 😕Un pasillo del hotel… hay que pensar que fue como mi casa durante dos semanas. Foto editada por Tere Coronado.Decoración para recibir el nuevo año chino en el hall del hotel.
Mi tradicional análisis del parque móvil va a ser en esta ocasión muy breve: coches eléctricos por todas partes.
Un detalle curios de Xiamen es que todos los ciclomotores eran eléctricos, no dando la impresión de que hayan sido sustituidos masivamente, sino como si siempre hubieran sido así. Por ejemplo, los había tan viejos y destartalados como las «mobylettes» ruidosas y humeantes que usan los ancianos en las huertas del Valle de Ricote.Monovolumen eléctrico de la marca VOYAH, el más usado como taxi colectivo en Xiamen.Sobre la transición al vehículo eléctrico… mis peores pesadillas se hacen realidad.Electrolinera, con innumerables puestos de recarga. Hasta que me topé con esta instalación no era evidente como se mueve tanto vehículo eléctrico en Xiamen.Por razones que no alcanzo a comprender, un producto supuestamente muy exclusivo como el cognac de champagne Rémy Martin tiene establecimientos por toda China. Éste es uno de los dos que vi en la misma calle que mi hotel.Con ese nombre no podía dejar de echar la foto… tienda en el aeropuerto de Xiamen.Delicias para comprar en el aeropuerto… Los pocos yuanes que me quedaban me sirvieron para comerme unos arándanos.No me traje una bolsa de estas por no jugármela en aduanas.Té y otros productos en el aeropuerto de Pekín.Máquina dispensadora de «power banks» para recarga de móviles y pequeños dispositivos. Nadie lleva encima un cargador porque hay de éstas por todas partes con diferentes adaptadores.Mi maleta… se puede decir que es algo así como una provocación 🙂Recorrido del avión Pekín-Madrid tal como lo muestra el monitor del avión.Un cisne negro… durante mucho tiempo se pensó (en Occidente) que este ave no existía, lo que ha dado lugar a un paradigma matemático.Me despido con esta foto en la Universidad de Xiamen donde espero volver pronto.
Matías, gracias por el post. He visto con alivio una máquina de café Nespresso junto al juego de té del anfitrión. Después de eso, lo único que me preocupa es tu animadversión a las «lavadoras» (coches eléctricos). Confiemos que en dos o tres visitas se te pase 😀
Muchas gracias a ti, Pedro, por tu comentario. Por cierto, el único en una semana que lleva el post publicado. Con los viajes puedes aspirar a sorpresas y alegrías, con las personas mejor recorta tus expectativas 😉 Además, habrá que ir acostumbrándose a las lavadoras con ruedas. Un abrazo.
Matías, me llamo Ana. No sé si tú me recuerdas. Nos conocimos en la cafetería de un tren, trayecto Madrid-Murcia, hace por lo menos 20 años. Quedamos en alguna ocasión para buscar minerales y ver tus tortugas. Actualmente resido en Madrid, soy profesora y, explicando hoy a mis alumnos de cuarto de primaria los poliedros, he buscado fotos de minerales y he dado con tu bloj. Les ha gustado mucho. y a mí también. Y remontarme en los recuerdos a tiempos murcianos pasados. Enhorabuena.
Matías, gracias por el post.
He visto con alivio una máquina de café Nespresso junto al juego de té del anfitrión. Después de eso, lo único que me preocupa es tu animadversión a las «lavadoras» (coches eléctricos). Confiemos que en dos o tres visitas se te pase 😀
Muchas gracias a ti, Pedro, por tu comentario. Por cierto, el único en una semana que lleva el post publicado. Con los viajes puedes aspirar a sorpresas y alegrías, con las personas mejor recorta tus expectativas 😉 Además, habrá que ir acostumbrándose a las lavadoras con ruedas. Un abrazo.
Matías, me llamo Ana. No sé si tú me recuerdas. Nos conocimos en la cafetería de un tren, trayecto Madrid-Murcia, hace por lo menos 20 años. Quedamos en alguna ocasión para buscar minerales y ver tus tortugas. Actualmente resido en Madrid, soy profesora y, explicando hoy a mis alumnos de cuarto de primaria los poliedros, he buscado fotos de minerales y he dado con tu bloj. Les ha gustado mucho. y a mí también. Y remontarme en los recuerdos a tiempos murcianos pasados. Enhorabuena.