Kamerun

Tras Angola y Burkina Faso, toca Camerún. No me importaría seguir estrictamente el orden alfabético porque así el siguiente país sería Djibuti, que tengo muchas ganas de visitar desde que vi Beau Travail, francesísima película protagonizada por un encabronado Denis Lavant y con un final inolvidable (no haré spoiler) ambientada allí. Volviendo al país del que sí acabo de regresar, se me hacía muy cuesta arriba escribir Camerún como título tras haber estado todo el tiempo leyendo Cameroun o Cameroon, los dos nombres oficiales de este país bilingüe y, sin embargo, dividido por la lengua. Por eso he optado por la antigua denominación como colonia alemana, Kamerun. Si bien, el nombre del país viene del portugués, por la abundancia en gambas de su costa (camarões) que no llegué a probar 😕

Costa de Camerún, bañada por el Golfo de Guinea, en Limbe.

Datos generales

El Kamerun alemán ocupaba una extensión mayor que el país actual, desde la instauración de la colonia en 1884 hasta 1916 que es repartido entre Francia y Reino Unido tras la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial. La parte francesa con Capital en Yaoundé, consigue la independencia en 1960. Poco después se le une la franja británica, de menor extensión tras rechazarse en referendum la anexión a Nigeria. Desde entonces, Camerún tiene el francés y el inglés como lenguas oficiales y la población es bilingüe en la práctica, si bien se habla de un cierto favoritismo hacia la francofonía que sirve de pretexto a grupos separatistas camerooneses. En lo que respecta al uso de estas lenguas, el acento es muy fuerte y lo que más se oye en las calles de Buea es pidgin english.

Antigua oficina de correos alemana, posteriormente inglesa, en Buea.

A Camerún llegué a través del aeropuerto de Douala, la ciudad más poblada del país, que cuenta con puerto marítimo en el estuario del río Wouri. La dos partes de la ciudad separadas por el río se encuentran conectadas por un único puente que, en consecuencia, soporta un tráfico intenso. La mayor parte del tiempo la pasé en Buea (pronúnciese algo así como buya), antigua capital del Cameroon británico, ubicada al pie del Monte Camerún, del que hablaremos después. Tanto Douala como Buea son ciudades de fundación colonial y no tienen una estructura diferenciada, sino que consisten en barrios que emanan como «parrillas» anexas a las carreteras principales (lo mismo que una urbanización, pero sin chalets). Así que lo que describiré en este post se puede localizar en un área relativamente pequeña de Camerún.

Monumento a la Reunificación, en Buea.
El presidente Paul Biya lleva más de 40 años renovando su mandato.

La montaña

El Monte Camerún (o Fako) es un volcán activo (última en mayo de 2000) de 4.100 m (en esto no hay mucho acuerdo) sobre el nivel del mar, cuya proximidad provoca una franja de jungla (rainforest) y en general humedad más abajo. Por encima de la altura habitual de las nubes, el clima es más seco y la vegetación acorde (sabana). En la estación lluviosa, las nubes envuelven la parte inferior de la montaña, lo que era particularmente observable desde mi hotel, ubicado en los barrios más altos de Buea. No sólo eso, se podía señalar incluso en qué punto del recorrido entre la universidad y el hotel se producía el cambio de clima.

Monte Camerún-Fako desde mi hotel en una mañana más despejada de lo habitual.
La llegada a mi hotel era así casi todos los días.

El acceso al Monte Camerún está regulado como Parque Nacional. Nuestra ruta comienza junto a los antiguos edificios de gobernación alemanes, actualmente en uso por las autoridades camerunesas (no está permitido fotografiarlos). El primer tramo se hace entre cultivos de maíz y banana. A continuación, comienza en bosque primario, con árboles de porte pequeño y donde comienzan a verse los primeros helechos arborescentes. A medida que se asciende, los árboles van siendo mayores y las lianas se descuelgan varios metros. Finalmente, en la parte correspondiente a la jungla impera la oscuridad provocada por las frondosas copas de árboles gigantescos y la niebla. Haber podido llegar a este punto se lo debo al guía, porque el sendero en algunos tramos apenas se insinuaba y el cansancio me hubiera desanimado de haber ido solo.

Frondosidad vegetal con bananos en la parte inicial del recorrido.
Zona relativamente baja del Monte Camerún, con pasto y maizal.
Comienzo del bosque, con árboles de porte pequeño.
Helechos arborescentes, con sus troncos trenzados… era como caminar por un bosque Carbonífero.
Tronco de helecho, en la parte donde deja de estar trenzado y comienzan a separarse las frondas ¡Cuidado, que pincha!
A medida que se asciende, los árboles empiezan a ser inabarcables.
Vista de la jungla, con el guía John en primer plano.
La densidad vegetal es considerable.
Al no poder entrar la luz, las ramas bajas acaban muriendo.
Tras esta entrada «oficial» comienza la subida seria, para la que no estaba preparado…
Extremo inferior de una liana.
Zona de selva cerca de Limbe. Las enredaderas cubren troncos y lianas formando un manto impenetrable… Tarzán lo hubiera tenido difícil 🙂

El mar

Al estar Douala en un estuario, no cuenta estrictamente como mar. Limbe, a poca distancia de Buea, se ubica en la costa del Golfo de Guinea, frente a la isla de Bioko (la antigua Fernando Poo española) cuya ciudad principal Malabo es también la capital de Guinea Ecuatorial. Limbe es una ciudad animada con playas, puerto pesquero y algunos vestigios industriales.

Vista del Golfo de Guinea
Vista de la costa con lluvia.
Playa de Limbe, con restos de un embarcadero.
Barcos de pesca en Limbe.
Establecimiento de pescado ahumado.
El acceso al puerto es bastante mejorable…
Barracones de pescadores en el puerto de Limbe.
Lugar de esparcimiento cerca de la costa en Limbe.
Pescador con sus redes en la mano buscando comprador para su captura, en la bolsa negra.
Detalle de la captura.
Centro de Limbe, si es que tal noción se puede aplicar.

Matemáticas en Camerún

Cuando llegué en 1996 a la Université de Bordeaux (en aquel tiempo Bordeaux 1) formaba parte del staff un profesor africano, el camerunés Henri Hogbé-Nlend. Su especialidad era el Análisis Funcional y había realizado la tesis con Laurent Schwartz (que ya mencionamos en nuestro post EDPSF) convirtiéndose en el primer doctor en Matemáticas del África Negra. Después supe que regresó a Camerún para participar en la política, llegando a ser Ministro de Investigación Científica y Técnica entre 1997 y 2002. Como es habitual en la gobernanza africana, tras pasar por el poder nunca se vuelve a vivir tranquilo… Hogbé-Nlend poco después se vio obligado a dejar su país en secreto.

Henri Hogbé-Nlend, foto tomada de La Calebasse Réparée donde se puede encontrar más información sobre el matemático y político camerunés.

Es un buen momento para explicar qué hago yo aquí… La primera universidad anglófona de Camerún es la de Buea (University of Buea), con la que la Universidad de Murcia tiene un convenio Erasmus+ que ha financiado mi viaje. El responsable de la calurosa acogida que recibí es el profesor Cyrille Nana, que también trabaja en ciertos aspectos del Análisis Funcional. Mi tarea allí consistió en dar un minicurso de aplicaciones del Análisis Funcional que incluía, entre otros temas, el Problema de Dirichlet, los teoremas de Punto Fijo de Kakutani y el teorema de Hille-Yosida.

Entrada principal al campus de la Universidad de Buea.
Campus de la Universidad de Buea.
Con Cyrille Nana tras una de las sesiones de mi minicurso.
Durante una de las clases, correspondiente a los teoremas de Punto Fijo.
Aula en la que tuvo lugar el minicurso.
Uno de los edificios de la universidad, precisamente en el que se ubica la oficina que me asignaron.
Aula durante el receso para discusión del tribunal en una defensa de Trabajo Fin de Máster.

Al margen de la Universidad de Buea, tuve también la oportunidad de visitar el centro del African Institute for Mathematical Sciences (AIMS) en Limbe, uno de los cinco centros que tiene esta organización repartidos por todo el continente. El AIMS tiene una oferta de cursos de máster muy interesante para graduados en Matemáticas. En particular, el centro AIMS Cameroon de Limbe admite cada curso a un máximo de 60 estudiantes de países africanos, que son alojados en una residencia del mismo complejo.

Uno de los edificios del AIMS de Limbe. En la planta baja hay aulas.
Con Daniel Duviol Tcheuta, director de AIMS Cameroon.
Pizarra en el exterior de las instalaciones con resultados de Teoría Espectral escritos posiblemente por un estudiante.

Vida y gentes

Esta sección está dedicada a los aspectos de la vida cotidiana del antiguo Kamerun que más me han llamado la atención.

La mayor parte de las construcciones son modernas en sentido estructural: tienen forjados de hormigón, usan bloque de cemento para tabiques (éstos se pueden fabricar sin horno) y el tejado es de chapa cincada fijada a un armazón de madera. Las peculiaridades decorativas son demasiadas para tratar de describirlas.
Calle comercial en Buea… difícilmente se puede encontrar un local de artesanía.
Mercado en Buea, con frutas y otros productos de uso habitual.
Calle sin pavimentar en Buea, los carteles como el que cuelga, suelen anunciar el funeral de un líder religioso evangélico.
Por las calles de Buea… me encantan los envoltorios de las recámaras para neumático (colgando al fondo).
La actividad en el mercado callejero no cesa tras la puesta de sol.
Fila de motos taxi circulando en Douala con la lluvia… salvando las distancias, me recuerda a la escena de las bicicletas en Blade Runner.
Lavado de vehículos, aprovechando un cauce en la parte más baja de Buea.
La marca más popular es Toyota, tanto en turismo como en todoterreno, siendo válidas aquí las observaciones sobre el parque móvil que hicimos en Angola. En la foto un Toyota Land Cruiser HZJ 76, modelo que estuve a punto de comprar hace unos años. En camiones triunfa Mercedes, aunque proliferan marcas chinas entre los nuevos.
Cantina en el campus de la Universidad de Buea. Lo más ligero que ofrecen para el desayuno es una especie de tortilla de spaghetti.
Kingsley sostiene una botella de la cerveza más popular de Camerún, la Export, que viene en botellines de 2/3… Ojo, hay que especificar que la quieres fría.
Momento de la comida con una variada selección de platos cameruneses. En carnes triunfa el pollo, como en otros países africanos. Lo que tengo a mi derecha es tô, una masa blanca que ya había probado en su versión burkinabesa.
Ndole con pescado ahumado, unos trozos de ternera y unos gurruños que no recuerdo de qué estaban hechos… muy bueno a pesar de su aspecto.
¿Se puede beber agua no embotellada en África sin riesgos? Esta «surgencia» viene de un depósito que toma directamente el agua del Monte Camerún por encima de las áreas antropizadas.

Algo más de naturaleza y campo

Es indescriptible la energía que tiene la naturaleza aquí. El fértil suelo volcánico y la abundancia de agua hacen difícil creer que la hambruna de Biafra pasó a sólo unos pocos kilómetros de aquí. En cuanto a animales, no he podido ver ninguno en estado salvaje mayor que la palma de la mano… la estación de lluvias parece ser desfavorable.

Incluso visitar unos aseos públicos puede tener un cierto componente bucólico.
Nidos con forma de bolsa, ocupados por unos pájaros amarillos bastante escandalosos que no he conseguido fotografiar de cerca.
Lagarto agama en el campus de la universidad.
El cocodrilo del Nilo es una especie presente en los ríos de Camerún, pero éste está fotografiado en Limbe Wildlife Centre.
Caracola terrestre de grandes dimensiones en Limbe.
La mimosa es una planta habitual en Buea.
Gran variedad de plantas epífitas creciendo sobre la corteza de un árbol en el campus de la Universidad de Buea.
Cerro compuesto de materiales piroclásticos en Limbe… apenas vi rocas no volcánicas durante todo el viaje.
Roca del Monte Camerún, saturada de cristales de olivino (verde) y piroxeno (negro).
Plantación de palma (al fondo), la del denostado aceite, en la provincia de Limbe.
Detalle de una plantación de palma.
Papayas, en el campus de la Universidad de Buea.
Cocos, en un cocotero obviamente, en Limbe.
Cacao en las inmediaciones de Buea, foto por cortesía del guía John.
Enormes árboles de mango cerca de la costa en Limbe.
Reses pastando cerca de un maizal, con el pastor atento de que no entren en él.
Lamentablemente no pude tomar mejores fotos de esta raza de vacas con grandes cuernos.

Un poco sobre el viaje

El vuelo fue con Royal Air Maroc desde Madrid, con escala en Casablanca. Esto puede parecer trivial, pero en una ocasión anterior un cambio de horario de un vuelo me hizo pasar una noche en Casablanca, como a los Hermanos Marx. Tras una larga espera, una considerable incertidumbre (es posible que el fallo de Windows que afectó a los aeropuertos a escala mundial tuviera algo que ver) y algo de retraso, se produjo el embarque para Douala. El transporte desde Douala hasta Buea corrió a cargo de Kingsley, estudiante de Cyrille Nana y posiblemente el mejor conductor de África. A pesar de eso, nadie está libre de contratiempos…

Volando sobre el desierto.
Comité de bienvenida en el aeropuerto de Douala: Jake, Kingsley y Franck, a quienes estoy muy agradecido por su compañía y explicaciones sobre Camerún.
Antes de salir de Douala, el coche de Kingsley sufrió un reventón… el exceso de peso y estado de la carretera contribuyeron.
… por lo que al día siguiente, pasamos a reponer el neumático dañado.
Repostando en una improvisada gasolinera de Limbe.
Me encanta el «motto» de la Universidad Católica de Buea… en algún sitio tenía que poner esta foto 🙂
Comienzo de la larga espera en el aeropuerto de Douala, antes de mi regreso.

Epílogo

Con esto llego al final del relato de un viaje breve pero intenso. Para no recargar demasiado el post y aburrir a los lectores que aún me siguen, he dejado fuera muchas de las fotos que hice. Espero seguir volviendo por África y contándolo aquí, pero no será muy pronto. Antes tenemos por delante un mes de agosto en el que cargar las pilas y hacer otras muchas cosas…

¡Felices vacaciones de verano!

12 opiniones en “Kamerun”

  1. Estupendo reportaje. Me han gustado, por cuestiones sentimentales, las fotos en las que se ven las aguas del golfo de Guinea. Por esas aguas navegó mi abuelo, marino mercante, que cubría la ruta entre Fernando Poo y Bata (de hecho mis abuelos vivieron en Fernando Poo, lo que ha producido que en mi casa abunden recuerdos de esa tierra).

    1. Muchas gracias, Carlos. Me agrada saber que tienes línea directa familiar con los antiguos territorios de ultramar y espero que algún día me puedas contar historias. Para mucha gente, entre la que me incluyo, que Cuba, Guinea o Filipinas fueron España (lo de «colonia» nunca se aplicó) es una anécdota, por no decir anomalía… Pero hubo muchas familias de origen peninsular radicadas en esos territorios que lo perdieron todo tras la independencia y se sabe muy poco de eso (o yo sé muy poco). Quizás «Palmeras en la nieve» sea una excepción reciente en el panorama literario, pero tengo la percepción de que es un momento de la historia que se ha dejado olvidar.

  2. Agradable lectura Matías.
    De seguir así te voy a dar el sitio de Pérez-Reverte en mi estantería de escritores murcianos favoritos.
    🙂

    1. Muchas gracias, Pedro. Por favor, no me cabrees a don Arturo a ver un día pudiéramos tomarnos unos vinos los tres juntos 🙂

  3. Hola Matías, te agradezco mucho la narración de tu viaje, me parece súper interesante. Sobretodo me has creado un ansia cuando veía tus fotos en las novedades de tu estado en wassap y no podía pararlas para verlas en detalle. Gracias por tanto por tus explicaciones y por las interesantes fotos de tu viaje al Camerún acercándonos un poco más a África, el lugar sin frío. Un abrazo.

    1. Hola, Raúl.
      Me encanta verte por primera vez aquí y te agradezco el comentario. Siento que la única alusión a los fósiles sea con motivo de los helechos arborescentes, auténticos fósiles vivientes. En cuanto a lo de lugar sin frío, me gustaría discrepar relativamente… con una temperatura por debajo de 25 grados todos estos días, te aseguro que no me sobraba la cobija en la cama 🙂
      Recibe un fuerte abrazo

    1. Muchas gracias, Manolo. A pesar de haberlo intentado, este viaje ha sido escaso en minerales. La roca volcánica de la foto no sólo es lo más significativo, sino también lo único 🙂
      A ver si no vamos por la Sierra en cuanto se pasen las calores y puedo desquitarme.
      ¡Hasta pronto!

  4. Interesante descripción de esa parte de África, consiguiendo de forma insuperable acercarnos a la forma en que ahí se vive, sus gastronomía, sus paisajes, sus entornos, etc., enhorabuena, Matías, sigue así ya que con tu forma de describirlos consigues despertar nuestras curiosidades por conocer y vivir en primera persona esos sitios tan exóticos.

    Un abrazo.
    Pedro

    1. Muchas gracias, Pedro.
      Sé que no te puedo dar mucha envidia después de tu periplo americano. A ver si el nuevo curso nos trae más oportunidades de colaborar y, si es posible, viajar juntos también.
      ¡Un abrazo!

  5. Me ha gustado mucho este post, corto, directo al tema, muy breve y fotos las justas.
    No sé porqué me viene a la cabeza mientras leía el post, la novela, El corazón en las Tinieblas, junto con La Reina de África.
    Matías, no me cansaré de decirlo, Un Hombre del Renacimiento.

    1. Dani, ya sabes que muchas de las historietas del viaje se quedan en el tintero… a ver si podemos despachar pronto con un vino que esté a la altura.
      ¡Muchas gracias y un abrazo!

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