Burkina Faso

Conocida hasta 1984 como Alto Volta, esta excolonia francesa fue rebautizada con el nombre de Burkina Faso por Thomas Sankara, un líder demasiado progresista para llegar vivo a los 40 años. Desde entonces, la forma de gobierno del país es básicamente la incertidumbre dentro de una alternancia entre revolución, república y golpe de estado (el más reciente en enero de este año 2022).

Burkina Faso significa patria de los hombres íntegros en una combinación de las leguas mossi y dioula, dos de las más habladas en su territorio. Y ciertamente, lo es: difícilmente encontrará el viajero un lugar con gente más amable y hospitalaria.

Río Volta Negro, del que tomaba el nombre la excolonia francesa.

Advierto al lector que este va a ser un post largo basado en una buena cantidad de fotos que he tomado en mis dos viajes a Burkina Faso. Espero que ayuden al conocimiento de este país del África Occidental. Mes chers amis burkinabés, ce post est mon petit homage à votre pays. Je m’excuse car, évidemment, les textes sont en espagnol. J’éspere que ça ne soit pas un problème et que vous vous débrouillerez.

El comienzo

Boureima Sangaré conduciendo por las calles de Ougadougou.

Mi relación con Burkina Faso comienza de manera totalmente casual. Se dice que no hay más de seis grados de separación entre dos personas cualesquiera de este planeta. Sin embargo, de Boureima Sangaré sólo me separaban tres grados, es decir dos intermediarios: un amigo me dice que un colega suyo va a recibir la visita en Murcia de un profesor de Matemáticas de Burkina al que conoció hace muchos años cuando ambos realizaban una estancia en Bélgica como estudiantes. Eran malas fechas para recibir gente en la universidad porque su estancia coincidía con buena parte de nuestras Semana Santa y Fiestas de Primavera (Bando de la Sardina y Entierro de la Huerta). No obstante, pudo impartir un seminario sobre su tema de investigación (modelización por EDOs y numérica de trasmisión de enfermedades tropicales como la malaria).

Tras aquella primera visita de Sangaré (lo suelen llamar por su apellido) vinieron otras. Yo por mi parte, viajé a Burkina a dar un curso abreviado de Análisis Funcional, y posteriormente para formar parte de un tribunal de tesis. Actualmente hay en marcha un convenio Erasmus+ con la Universidad Nazi Boni de Bobo-Dioulasso, gracias al cual unos cuantos estudiantes burkinabeses han disfrutado (o disfrutan) de estancias en la Universidad de Murcia, siendo en la mayor parte de las ocasiones el primer contacto que tienen con Europa. Asimismo, algunos colegas de Murcia ya han viajado al país africano en el marco de este convenio.

Ouagadougou

Una de las avenidas de Ougadougou, capital de Burkina Faso.

La peculiar ortografía de la capital del país se debe, en parte, al problema que tienen los francófonos para representar nuestro sonido «u» con una sola letra, así que debe leerse «Uagadugu». Cada vez que vean una palabra transcrita con «kh», normalmente al inglés o francés, recuerden lo afortunados que somos de tener el sonido «j». Ouagadougou se encuentra en el borde del Sahel por lo que la tierra de las calles, sus afueras y la no infrecuente imagen de beduinos en dromedario evocan al cercano desierto.

Si se llega en avión a Burkina Faso, se hace a través del aeropuerto de Ougadougou. En mi primer viaje, llegué por la noche. Sangaré estaba allí esperándome para realizar los trámites de entrada en el país (no llevaba el correspondiente visado por no tener Burkina Faso consulado en España). Al poco descubro que mi maleta se ha quedado dando vueltas en la cinta de recogida de equipajes del aeropuerto de Argel… Eso me dejaba en una situación bastante precaria, así que parte del día siguiente la empleamos en hacer algunas compras.

Kit de emergencia higiénica que me proporcionó Sangaré tras el extravío de mi maleta… la vaselina es muy útil en países tropicales para protección de la piel.
Plancha a carbón, como la de mi abuela, en una tienda de ropa. Aunque la electricidad llega bien a toda la ciudad, el carbón es más económico para calentar, ya sea la plancha o el té.

Una curiosidad de Ougadougou es que allí se celebra el Festival de Cine Africano FESPACO, cuya sede nos acercamos.

Sede del FESPACO, en obras para su rehabilitación.
Cajas de carretes de películas amontonadas en un rincón.
Maison du Peuple, gran centro de congresos y celebraciones. El mantenimiento era bastante mejorable…

El viaje al sur (-oeste)

Entre Ouagadougou y Bobo-Dioulasso hay casi 400 km (como de Madrid a Murcia) que hicimos en el Toyota Venza de Sangaré. El coche es cómodo, pero quizás no el modelo más adecuado para muchas de las carreteras del país. Desde el asiento de copiloto intenté captar la suave transición del paisaje semidesértico del Sahel al bosque (en ocasiones casi selva) tropical húmedo cerca de la frontera con Costa de Marfil. Durante el viaje hubo varias paradas, pero alguna de ellas será comentada en otra sección.

Pequeños comercios junto a la carretera de calidad de la ciudad: si se te olvidó comprar algo en el centro, no pasa nada.
Escena típica del transporte de pasajeros y mercancías. El único límite es que el motor no pueda mover el furgón…
Parada para ver los cocodrilos sagrados de Sabou.
Los cocodrilos bostezan en la orilla del lago. Poco después se acercarán atraídos por una carcasa de ave amarrada a una cuerda que usa el encargado del lugar.
Paisaje junto al lago de Sabou con un grupo de cebús.
«Posando» con un Baobab junto a la carretera.
Barra de bar en una aldea. El adobe es el principal material de construcción lejos de las poblaciones principales.
Grupo de jóvenes a la sombra y construcciones de adobe. Las circulares suelen ser graneros, mientras que para las viviendas se prefiere la planta rectangular.

Bobo-Dioulasso

La segunda ciudad del país en tamaño y donde he pasado más tiempo está construida directamente sobre laterita, y el polvo rojo lo cubre todo, particularmente cerca del paso de vehículos. El edificio más significativo es la mezquita de adobe construida en 1880 con el estilo propio del Sahel, que se encuentra en el barrio viejo, lugar muy interesante por otros motivos. He disfrutado también recorriendo el bazar y distintos mercados callejeros.

Es evidente que la vegetación va haciéndose más espesa a medida que se viaja hacia el sur.

La mezquita se encontraba en proceso de restauración.
Estación de ferrocarril de Bobo-Dioulasso, desde donde es posible viajar a Costa de Marfil en tren.
Rincón en la parte más vieja de la ciudad. En el cartel puede leerse «Real Madrid, mejor club del mundo».
Reparto de bebidas refrigerantes carbonatadas.
Siluros en el río. La especie se considera sagrada.
Los más pobres lavan la ropa, otros enseres e, incluso, ellos mismos, en el río. El agua «limpia» se obtiene del pozo junto al río.
Pero el agua de beber hay que buscarla el pozos fiables…
… cuando no se puede comprar.
La sociedad de «comedores de cacahuete» es la que gestiona la actividad turística en la ciudad vieja.
Baile de máscaras, justo en el momento en el que los danzadores están sentados. Lo siento, con tan poca luz las fotos en movimiento me salen borrosas.
Interior del bazar. Algunas de las prendas vendidas se confeccionan allí mismo (observen las máquinas de coser).
Venta de ollas y cazuelas de barro en un mercado de las afueras.

La Universidad Nazi Boni

El nombre no tiene nada que ver con la Alemania de los años treinta del pasado siglo, sino con un político burkinabés que tuvo un papel en la independencia del país. La Universidad tiene varias instalaciones, encontrándose el Departamento de Matemáticas en el campus de Nasso. La figura del profesor de universidad goza de prestigio social y los estudios incrementan las expectativas de futuro de los jóvenes.

Entrada al campus de Nasso, a varios kilómetros del centro de Bobo-Dioulasso.
Bakary me enseña la Biblioteca Universitaria en Nasso.
Aula tipo «amphi».
Estudiantes en una pizarra al aire libre discutiendo Química Orgánica.
Uno de los momentos de mi curso.
Detalle de la pizarra, con el teorema espectral para operadores compactos autoadjuntos.
Uno de los mayores problemas en la universidad son las termitas. Éstas construyen pasadizos de barro desde el suelo hasta el techo para comerse los paneles de madera.
En la universidad hay una gran cantidad de árboles de mango. A los de la foto les queda poco para estar maduros.
Con Sangaré, en el aula del curso.
Edificios en otro de los campus de la Universidad Nazi Boni, donde Sangaré tiene una sala donde trabajan sus estudiantes.
Vestido como miembro de tribunal de tesis. Los dos que no llevan el traje académico son los estudiantes que acaban de defender sus trabajos.

Alrededores de Bobo-Dioulasso

En Burkina Faso hay una gran diversidad religiosa. Entre mis amigos hay musulmanes, cristianos y agnósticos. También hay un buen número de animistas en zonas rurales que practican sacrificios de animales. Una tarde nos acercamos a una aldea donde podían verse muchas manifestaciones del culto animista. Las fotos del final son de una zona boscosa junto al campus de Nasso y algo de la fauna que puede verse por las calles.

Paisaje granítico antes de llegar.
Ahí escondida está la aldea.
Enseres de cocina secándose en la calle después de su lavado.
Interior de una casa, con graffiti de elefante rosa.
Altar con restos de sacrificio de gallinas.
Altar en forma de túmulo de barro de extraño rostro. Me recuerda lejanamente los ídolos neolíticos encontrados a lo largo de nuestra costa mediterránea.
Plantación de jóvenes baobabs, un aspecto muy distinto del que tienen cuando llegan a centenarios.
Una fea costumbre: restos de «monodosis» de bebidas alcohólicas, envasados en Ghana.
En los alrededores de Nasso: comprobando la resistencia de las lianas… si pueden conmigo, también podrán con Tarzán y Jane, juntos.
Termitero.
Lagarto de género agama. Son muy rápidos y la foto a distancia no capta bien los colores…
… a no ser que el pobre bicho esté muerto.

Más al sur

Tuve la oportunidad de conocer algunos lugares del sur de Burkina Faso, cerca de Banfora, durante los días libres de las estancias. Esta es la parte más húmeda del país, aunque no lo suficiente para cultivar café y cacao, como sí se hace en Costa de Marfil. Allí hay ríos de agua limpia y lagos donde pueden observarse hipopótamos. También hay elefantes en Burkina, particularmente cerca de Boromo, pero es difícil verlos, y si se tiene «suerte», también es peligroso.

Planta de procesamiento de caña de azúcar. La carretera está asfaltada con melaza.
Peculiar formación rocosa (areniscas). La horizontalidad de los estratos, con ausencia de plegamientos o fallas, es reflejo de la «solidez» de la placa tectónica africana.
Detalle de las areniscas donde se observan ondulaciones provocadas por el agua durante la sedimentación (ripples).
Paisaje, con río y areniscas como las anteriores.
Intento de baño (más bien ducha) a pesar de la ausencia de cocodrilos y otros peligros… he conocido pocos burkinabeses que sepan nadar.
Flores de hibisco, con las que se elabora una bebida popular en el país.
Canoas en la orilla del lago Tengrelá. Su estado normal es estar anegadas. Cuando alquilas alguna, el encargado la vacía y tapona las vías de agua con barro… para un rato aguanta.
La canoa pasando entre nenúfares. Obsérvese el tapón de barro frontal.
Grupo de hipopótamos observando la canoa. Mejor guardar cierta distancia…
Cráneo de hipopótamo.
Fruto del baobab, con el que se elabora el «pan de mono».
Baobab sagrado en el que se refugió una tribu durante un ataque.
Entrada al baobab sagrado. Hay que descalzarse para pisar dentro.
Interior del baobab… no sé si una tribu entera, pero cabe bastante gente.
Compartimos un té con nuestros guías junto al lago.
Paisaje verde desde un roquedo de arenisca, nada que ver con el norte del país.
Y la maleta, finalmente llegó una semana más tarde.

Las gentes

No todo van a ser paisajes y objetos en este repaso fotográfico de mis experiencias en Burkina Faso. La población del país se compone de muchas etnias, todas ellas con alguna lengua y cierta pervivencia de costumbres. La «nobleza» pertenece a los mossi, que es también la etnia mayoritaria en el país. En Bobo-Dioulasso hay una gran proporción de población bobo, mientras que el norte del país hay tuaregs. También hay algunos dogón, de cuyo peculiar arte se pueden encontrar muestras en las tiendas. Sangaré pertenece a la etnia peul, originariamente de pastores nómadas. Por este motivo siempre le digo que en su caso tiene mucho más mérito el haber alcanzado su estatus actual.

Sangaré con su familia.
Con el tío de Sangaré, en Boromo, sus dos esposas y uno de sus hijos. La poligamia es cada vez menos frecuente en Burkina.
El hermano de Sangaré, con su familia y casi todos los niños de la aldea, que acudieron para salir en la foto.
Niña leñadora posando con su hacha. Observe el sistema de enmangue de la hoja, que permite ahorrar metal (el engrosamiento de la madera ayuda en la inercia) y que recuerda el enmangue de algunas hachas neolíticas de piedra y de las primeras en bronce.
Como quería un hacha igual que la de la niña, y las que vendían eran demasiado grandes caber en la maleta, fuimos a encargarla a un herrero. La fragua, para aumentar la temperatura, usa la turbina de un extractor de aire conectado a una rueda de bicicleta.
Estudiantes volviendo de la universidad. La moto, junto con la bicicleta, es el vehículo más popular…
… capaz de llevar a una familia…
… pero, al contrario que la bicicleta, necesita combustible.
Alrededores de Tengrelá. un agujero en el suelo con una escalera tallada en un poste…
… para mantener fresca la hoja de palma mientras se teje con ella, en este caso un cesto.
Vendedoras de fruta «acosando» al pobre Sangaré en una parada en la carretera.

Productos y alimentos

Hablaré un poco de la producción de Burkina Faso. Los índices macroeconómicos sitúan al país africano entre los más pobres del mundo. Ciertamente, no hay allí yacimientos especialmente valiosos, siendo la minería de oro meramente testimonial. Burkina no tiene salida al mar y su clima tropical no es lo suficientemente húmedo para cultivar café o cacao. Hay que precisar que los llamados índices macroeconómicos se basan en los precios de mercado de los productos, y no en su capacidad para paliar el hambre. Afortunadamente, Burkina Faso produce una variedad de productos comestibles: cacahuetes, excelentes aguacates, manteca de karité, mangos…

Renault-Berliet: muchos de los camiones que mueven mercancía en Burkina son modelos clásicos pero de sobrada robustez y fiabilidad.
Fábrica de cerveza Brakina, en las afueras de Bobo-Dioulasso.
Y la mencionada cerveza, que acompañó muchas de mis comidas allí.
Pero una de las mejores bebidas de Burkina es la horchata de chufa, siempre de producción artesanal (por eso va en una botella de agua reutilizada), que es más concentrada que la valenciana.
Sopa de pescado, literalmente, un pescado que ocupa casi todo el plato.
Pescado local preparado al papillote. Se toma con mucho picante.
El pollo es muy popular, sobre todo, como «poulet flambé». Ave recién desplumada en la cocina de un restaurante que ofrece la posibilidad de elegir el pollo (todavía vivo) en el corral.
El cebú está delicioso.
Cocinando de manera tradicional.
Palma, para hacer aceite. Aquí no hay problema con los orangutanes.
Anacardos, la parte carnosa está deliciosa. En España sólo conocemos la semilla como fruto seco, que curiosamente crece en el exterior.
Snack de grillos. Al final, me fui sin probarlos…
… ni esto tampoco: otro snack de larvas de insecto.
Si se trepa a esta farola se puede obtener miel.
«Pan de mono» elaborado con el fruto del baobab.
Hablemos de un producto de importación: Burkina no produce vino, pero allí se puede encontrar vino de Jumilla. El de la foto está producido por García Carrión y no es mejor que el Don Simón a pesar de ir en botella de vidrio.
Afortunadamente, también se puede encontrar vino francés (y argelino) de calidad razonable.

La despedida

La vuelta a Ouagadougou fue nuevamente por carretera. Paramos a ver de nuevo al hermano y al tío de Sangaré en Boromo. Llegando a nuestro destino un extraño ruido salía de la caja de cambios automática del Toyota… los últimos kilómetros fueron muy penosos y no entraba la marcha atrás: el cambio se había quedado sin aceite. Afortunadamente pudo repararlo esa misma noche y al día siguiente, sin contratiempos, yo volaba de vuelta a casa.

Los últimos días los dediqué a buscar recuerdos, como cualquier turista  😕
Le eché una mano a Sangaré conduciendo su Toyota durante el regreso… por si se os ocurre, no tengo nada que ver con la avería de la caja de cambios.
Me hubiera gustado tener más tiempo para estudiar las industrias líticas en los alrededores de Bobo-Dioulasso.
Algunas cosas no cambian…
Me gusta pensar que he podido tener alguna influencia… Bakary luce unas abarcas adquiridas en Murcia.
«Aquí hay alegría»
À bientôt chers amis !

Epílogo

Queridos lectores, espero que os haya gustado este post, esencialmente fotográfico (más de 100 imágenes), sobre Burkina Faso y que contribuya al mejor conocimiento de este país. Espero vuestros comentarios.

¿Cómo se clasifican las rocas?

El otro día paseando con Tere por Bolnuevo, entre la playa y la Sierra de las Moreras (dudo que alguna vez las hubiera) tuve ocasión de decir la manida frase “me alegro mucho de que me hagas esa pregunta”. No era para menos. La respuesta académica habitual se considera uno de los temas más soporíferos de los que se tratan en la escuela ¿Quién (con una cierta edad) no recuerda este anuncio de TV? Realmente, no se trata de un asunto aburrido, pero se suele despachar con una larga enumeración de tipos en lugar de unas pocas ideas básicas y simples. Por cierto, la pregunta era: ¿Cómo se clasifican las rocas?

El autor estudiando unas margas en el Valle de Ricote.

Lo primero que hay que entender es que la Geología trata de los procesos que ocurren en nuestro planeta y conforman no solamente el paisaje que vemos, sino también lo que hay debajo del mismo. Así que lo primero a tener en cuenta para clasificar una roca es saber en qué tipo de proceso se ha formado. Posteriormente, se tiene en cuenta la composición y, eventualmente, otras características como la textura. Pero lo primero es lo primero: los procesos.

Procesos geológicos

Los procesos geológicos necesitan energía para ocurrir, así como cualquier máquina para funcionar. Cuando la energía procede de la Tierra misma, es decir, el calor que almacena bajo la corteza terrestre, el proceso se dice interno. Si la energía que anima el proceso procede del exterior, principalmente del sol, se trata de un proceso externo

El libro de Geología de F. Anguita y F. Moreno está dividido en dos partes de acuerdo a la clasificación de los procesos.

La orogenia o formación de montañas es un proceso interno, ya que se debe a los empujes de las placas tectónicas provocados por corrientes de convección en el manto terrestre. Por otra parte, la erosión provocada por los agentes atmosféricos, el transporte de sedimento por los ríos y la precipitación de sales en aguas marinas por variaciones de la temperatura son procesos externos.

La terminología puede dar lugar a confusión, pues un volcán, aunque arroja material al exterior es un proceso interno, mientras que un sistema kárstico a cientos de metros bajo tierra evidencia un proceso externo. 

Rocas sedimentarias

Son las que se forman como consecuencia de los procesos externos. Su nombre puede sugerir que proceden de la consolidación de sedimentos arrastrados o en suspensión en medio acuoso, pero no siempre es así. Pueden formarse también por precipitación química o acción biológica (ambos orígenes se dan en las calizas, por ejemplo) o sin mediación del agua (loess, polvo transportado por el aire).

Dune du Pilat (Francia), toda esta arena ha llegado arrastrada por el viento.

Los principales componentes de las rocas sedimentarias son el carbonato cálcico (calizas), óxido de silicio (areniscas), sulfato de calcio y otras sales (evaporitas), silicatos del grupo del caolín (arcilla)… hemos destacado entre paréntesis las rocas “monovarietales”, pero también se dan mezclas, como la calcarenita (caliza con sílice), marga (arcilla con caliza) o el flysch (alternancia de bandas de arcilla/marga y caliza).

Los Mallos de Riglos (Huesca), potente acumulación de conglomerado.

Las rocas sedimentarias formadas en antiguas cuencas marinas aforan hoy y forman montañas gracias a los procesos orogénicos que, aún siendo de tipo interno, no cambian la naturaleza de la roca. La denostada teoría del geosinclinal establecía que el desequilibrio provocado por el movimiento de masa hasta la cuenca sedimentaria activaba el proceso orogénico. Si bien hoy día se considera que son los empujes entre placas tectónicas los que levantan las montañas, algo de cierto debe haber en la “activación” provocada por el relleno de una cuenca porque, con contadas excepciones, las montañas más altas de todos los continentes fueron alguna vez sedimento marino.

Rocas ígneas

Son rocas formadas por materiales procedentes del interior de la Tierra que estuvieron previamente fundidos. Entran, por lo tanto, en la categoría de rocas originadas por procesos internos. Se clasifican de acuerdo con la manera en la que el magma se ha abierto camino hasta el exterior, y posteriormente según los silicatos que integran su composición.

El Etna (Sicilia), imponente volcán.

Si el magma ha salido fluido hasta la superficie de la tierra, las rocas se dicen volcánicas (aunque no todos los volcanes tienen un aspecto similar). El basalto es una de las rocas volcánicas más típicas, pero también están las andesitas, dacitas, jumillitas… y la conocida semipreciosa obsidiana. Los volcanes también emiten cenizas que se acumulan de manera similar a los estratos sedimentarios.

Cuando la intrusión de magma no aflora, ésta se enfría lentamente por lo que se produce una mejor diferenciación y cristalización de los minerales que la componen, dando lugar a las rocas plutónicas de las que el granito es la más representativa. El material inicial para formar las primeras rocas sedimentarias proviene de la meteorización del granito que componía la primitiva corteza terrestre.

Paisaje de metagranitos en Lubrín (Almería), lo más parecido al granito que podemos disfrutar cerca de Murcia.

Una situación intermedia consiste en un magma, con parte de los minerales formados, pero aun fluido que “escapa” a través de fisuras rellenándolas. Esto da lugar a las rocas llamadas  filonianas. Como el proceso conlleva cierta “destilación” del magma, esta rocas pueden ocasionalmente concentrar minerales raros, como las pegmatitas.

Rocas metamórficas

Se trata de rocas preexistentes transformadas por la presión (orogenia) y/o la temperatura (proximidad de un magma). Normalmente se trata de rocas originalmente sedimentarias, por lo que se puede decir que tiene su origen en procesos externos e internos a la vez.

Materiales metamórficos erosionados en la playa de As Catedrais (Lugo), a pesar de la aparente «marabunta humana», el acceso está rigurosamente controlado.

Los compuestos que integran la roca original pueden ser transformados en otros, dependiendo de cuanto se haya «cocinado» la roca. A esto se le llama grado de metamorfismo. Por ejemplo, un sedimento arcilloso muy compactado da lugar a una pizarra. La pizarra actualmente se considera sedimentaria porque puede contener fósiles, mientras que, en una genuina roca metamórfica, los fósiles son destruidos en la transformación.

Fragmento de pizarra con «bicho» (trilobite). Por este motivo la pizarra, inicialmente metamórfica, pasó a considerarse una roca sedimentaria.

Esta misma pizarra, si recibe calor y presión en grado moderado, se convierte en un esquisto. Si el “horneado” es más intenso, pasa a gneis y migmatita, que es lo último que puede ser antes de fundirse y transformarse en granito. Una arenisca da lugar por metamorfismo a cuarcita. La caliza, por su parte, se transforma en mármol, manifestándose el grado de metamorfismo en el tamaño de los cristales y los minerales accesorios.

Mármol de alto grado de metamorfismo, de Estepona (Málaga).

Ocasionalmente, una roca ígnea puede sufrir metamorfismo. Las metabasitas consisten en intrusiones ofíticas en terreno originalmente sedimentario que, junto con él, han sufrido un proceso metamórfico.

Conclusión

A pesar de las sencillas ideas que hay detrás de la clasificación de las rocas, ésta no es siempre tan sencilla. La diferenciación por porcentajes de minerales en la composición no es fácil de establecer en el campo. Igualmente, decidir si las transformaciones sufridas por un sedimento durante su consolidación (diagénesis) que implican la formación de nuevos minerales (dolomita, haciendo que una caliza pase a dolomía, por ejemplo) no traspasan los límites del metamorfismo tienen cierta carga de arbitrariedad.

Para disfrutar de la Geología en Murcia…