La divulgación de ayer

La sección de ciencia en las librerías de los centros comerciales suele estar dedicada, principalmente, a libros de divulgación. Siempre que tengo ocasión me entretengo en ver las novedades y me alegro de comprobar que el sector goza de buena salud, a pesar de que los libros no estén de moda. En efecto, ¿para qué leer un libro si lo que quieres saber te lo puede explicar un fulano en su canal de TikTok? Mi respuesta es que si el fulano tiene algo interesante que contar, probablemente lo haya leído antes en un libro. Pero no voy hoy a hablar de los libros de divulgación contemporáneos, sino de algunos, más bien obsoletos, que habitan en mis estanterías, ejemplos de la divulgación de ayer, donde «ayer» se encuentra a caballo entre los siglos XIX y XX.

Posiblemente el mejor libro de divulgación científica del siglo XXI: destaca la cantidad de disciplinas que cubre, la manera en la que son enlazadas, el sentido del humor y la calidad de su prosa, en versión original, of course… Sí, ya sé que este libro no va con el tema de hoy. Por favor, sigan a la siguiente imagen.

He seleccionado 10 libros para este post… o, más bien, ellos me han seleccionado a mí, pues son el resultado aleatorio de visitar librerías de viejo, mercadillos y ferias. Algunas de estas obras están claramente orientadas a un público joven, en una época en la que regalar un libro producía más ilusión que un móvil hoy día. De hecho, al menos tres de estos libros son ediciones especiales para servir como premio a alumnos en los colegios donde estudiaban. Otros, destinados a un público adulto eran la única forma de estar al corriente de la ciencia, salvo que se tuviera cerca un ateneo con un buen programa de conferencias. Como viene siendo costumbre en el blog, el idioma no será una barrera.

Éstos sí son los libros de los que voy a hablar.

Viajes y Naturaleza

En el siglo XIX aún quedaba mundo por descubrir y los libros de viajes excitaban la imaginación de los niños y, quizás, las ansias por conocer otras formas de vida y culturas. Sin embargo, no es necesario viajar a los confines del mundo para ver cosas nuevas. A veces, basta con fijarse mejor en lo que tenemos cerca, como, por ejemplo, la esquiva vida de algunos animales del campo.

Au pays des nègres – V. Tissot y C. Améro – 1888

Este libro destinado a los jóvenes describe aspectos geográficos y culturales de África (aquí pays habría que traducirlo por territorio). Victor Tissot escribió fundamentalmente sobre viajes, alcanzando la fama con un libro sobre Prusia. Mi ejemplar de Au pays des nègres lleva estampado en la cubierta Collège de Perpignan, lo que indica que posiblemente fuera un premio ofrecido a un estudiante excelente, si bien no hay otra evidencia ni firma.

Aunque el punto de vista de los autores es bastante discutible, incluso para su época, el primer capítulo se dedica a la lacra que supone el comercio de esclavos. En 1888, la esclavitud ya había sido abolida oficialmente en las potencias coloniales europeas y en USA. Sin embargo, se siguió «cazando esclavos» en África con destino hacia el Mar Rojo y el Océano Índico.

Caza de esclavos.

El libro contiene 93 ilustraciones, muchas de ellas a página completa, de gran calidad y dramatismo. Se me hace muy difícil elegir… paisajes y poblados, son mis favoritas porque al sumergirme en los grabados me proporcionan una sensación mística de viaje. También, porque, salvando las distancias, paisajes similares pueden encontrarse todavía en África (ver mis posts Burkina Faso y Out of Africa).

Capital de Uganda… debe de haber cambiado mucho en el último siglo.
Paisaje con palmeras..

No obstante, reconozco que los grabados con tipos y costumbres pueden ser más significativos. Me gusta mucho, por ejemplo, la mirada desafiante del guerrero nubio en el último grabado.

Cent récits d’Histoire Naturelle – Ch. Delon – 1879

Destaca la magnífica edición de Hachette en un formato poco habitual. A diferencia de un libro de historia natural sistemático, éste hace una selección de cien animales, o tipos de ellos, describiéndolos a doble página con grabados de gran calidad y apretadísima letra. Suponemos que los jóvenes, a los que estaba destinada esta obra tenían buena vista.

En el libro se tratan indistintamente animales domésticos como salvajes, de los bosques europeos como de exóticos lugares. Principalmente vertebrados terrestres, pero también peces, insectos… incluso corales y foraminíferos tienen su lugar. De manera significativa, el primer capítulo se dedica a los grandes simios, mientras que el último a los animales fósiles.

Cerdos pastando, conducidos por un pastor y su perro.
Capítulo dedicado a las tortugas.
Vida microscópica, dedicado a Tere 🙂

Ciencia y tecnología

Si bien los libros de de viajes e historia natural resultan muy atractivos a un público joven, en un momento en el que los descubrimientos científicos están cambiando rápidamente el mundo, cobra una importancia máxima la divulgación de la Física, Química o las tecnologías a las que dan lugar.

Simple science – E. N. C. Andrade y J. Huxley – 1936

El único libro en inglés de esta selección es un recuerdo de mi estancia en Reino Unido hace muchos años. Mi ejemplar lleva impreso el escudo del Marlborough College, un lugar parecido al Hogwarts donde estudiaba Harry Potter y a sólo dos horas de coche de Londres. Fue entregado como premio a un estudiante en verano de 1941, en plena Guerra Mundial. Los autores fueron científicos reconocidos, particularmente Julian Huxley, hermano del autor de Un mundo feliz y creador de varios neologismos, entre ellos transhumanismo, por lo que Yuval Noah Harari le estará siempre en deuda.

El libro se dedica a algunos temas de Física, Química y Biología, entremezclados de una manera peculiar que pretende acentuar la interacción entre estas disciplinas. He seleccionado dos ilustraciones. La primera tiene que ver con la falta de semejanza en la variación del tamaño de los vertebrados, algo que normalmente no se tiene en cuenta en la películas de ciencia-ficción. La otra, un par de experimentos caseros sobre el equilibrio que da una idea del carácter lúdico del libro.

El grosor de las patas de los mamíferos no aumenta en la misma proporción que su tamaño.
Experimentos con objetos cotidianos, hasta cierto punto, sobre el centro de gravedad y el equilibrio.

Les grandes inventions – L. Figuier – 1870

Louis Figuier fue un prolífico autor de obras de divulgación, muchas de ellas en varios volúmenes y gran formato, cuya reunión es motivo de frustración para el coleccionista. Por eso he elegido uno de los pocos libros que publicó en un solo volumen. Mi ejemplar lleva grabado el escudo del Lycée Impérial de Napoléonville (nombre eventual de Pontivy), por el mismo motivo que en los casos anteriores: el premio por un excelente aprovechamiento del curso escolar.

La imprenta, la litografía, la pólvora, la brújula, el reloj… por decir sólo algunos de los primeros grandes inventos tratados en este libro. Se dedica bastantes páginas a la electricidad y sus aplicaciones, y eso que todavía no se había inventado la bombilla.

Experimento de conmoción eléctrica en grupo… antecedente del TASER.
Instalación del cable submarino para telégrafo entre Francia e Inglaterra.

Tú y el motor – E. P. A. Heinze – 1942

Publicado por la editorial Labor en España, la edición alemana (original, Du und der Motor… no puedo evitar recordar a Rammstein) de este libro se publicó en 1939, en el zénit de la producción industrial bélica germana justo antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial. La divulgación se hacía eco de los avances en los motores de combustión interna, que en esa década recibieron muchas innovaciones. Por ejemplo, cuatro años antes de la publicación del libro comenzó a usarse el motor diesel en turismos gracias a una substancial reducción del sistema de inyección.

Pocos libros he visto que hablen con más entusiasmo sobre los motores de explosión. En sus páginas se examinan aspectos conceptuales y constructivos, con abundante ejemplos, no sólo de motores orientados al transporte terrestre, sino también de aviación, a la que el autor era bastante aficionado.

Fabricación de motores de aviación, que se usarían en bombarderos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.

El último capítulo está destinado al Volkswagen Escarabajo. Sobre un proyecto de Ferdinand Porche y promovido por Hitler en persona, se presentó con el nombre «Kraft durch Freude» que se traduciría como «la fuerza por la alegría». De ahí las siglas KdF, y el pánico que yo siento cada vez que los políticos acuñan expresiones con palabras que apelan a sentimientos.

Comienzo del capítulo dedicado al Volkswagen Escarabajo, con la República de Weimar implícita.
Motor del Volkswagen Escarabajo: cuatro cilindros en disposición boxer, refrigerado por aire.

State of the art

En algunas obras de divulgación científica se pone énfasis en los más recientes descubrimientos de cada disciplina. Esto suele nombrarse con el feo anglicismo «estado del arte». Para esta sección he reservado dos tesoros… ojo, hablo desde desde mi valoración personal, no la que dan las webs de reventa de libros viejos.

La ciencia moderna – J. Broutá – 1897

Lo primero que llama la atención en este libro, magníficamente editado por Montaner y Simón, es su portada Art Nouveau. Cuando lo abrimos vemos que, entre temas más habituales de Física, Química o Biología, dedica algunas páginas a la Prehistoria y un capítulo a la Antropología del crimen. Del autor, Julio Broutá, no podemos decir mucho, salvo que tuvo una polémica con doña Emilia Pardo Bazán, acerca de unas naranjas, de la que da cuenta en el libro.

He seleccionado como ilustraciones una extraída de la parte de Prehistoria, otra relativa a la tecnología de los dirigibles y, para acabar, una sobre la mencionada Antropología criminal donde el autor se desmarca de las teorías de Lombroso.

Ilustración con artefactos prehistóricos.
Producción de hidrógeno, algo que se ha vuelto a poner de moda un siglo más tarde.
Ilustración que hace referencia a la Frenología, teoría enviada al cajón del olvido.

Ciencia popular – J. Echegaray – 1905

Se trata de una colección de artículos sobre Ciencia aparecidos en prensa (El Imparcial, El Liberal) y recopilados en este volumen como homenaje a su autor con motivo de la concesión del Premio Nobel de Literatura. Aunque la mayor parte de los artículos se hacen eco de descubrimientos o tecnologías novedosas en el momento de la publicación, también hay algunos de tipo biográfico, como un homenaje a un Pasteur recientemente fallecido.

Entre las muchas cosas de las que escribe el polifacético José Echegaray y que fueron novedad en su época están los rayos X, la telegrafía inalámbrica, la transmisión de imágenes por cable, la radiactividad natural… el último artículo de esta recopilación se titula «El espacio de muchas dimensiones», pero no incluye referencias a Hilbert 😕

Parte del índice, que muestra la diversidad temática.
Artículo alusivo al reciente descubrimiento de los Curie, sin mencionarlos.

Los padres jesuitas

En un momento dado, empecé a ser consciente de la proliferación de autores cuyos nombres van seguidos de las siglas S. J. entre mis libros. Incluso, alguno de Matemáticas, como unas «Ecuaciones Diferenciales Ordinarias» va firmado por Alberto Dou, S. J. Esas siglas indican que el autor pertenece a la Compañía de Jesús, posiblemente la orden religiosa cristiana más comprometida con la Ciencia, como puede verse aquí. Contrariamente a lo que pudiera parecer, no es frecuente el proselitismo religioso en las obras científicas de jesuitas.

El firmamento – L. Rodés – 1939

Luis Rodés fue un astrónomo de primer nivel que se formó y desarrolló parte de su actividad en USA. La obra de la que hablamos aquí, aunque es de divulgación, contiene una gran cantidad de detalles técnicos que envidiaría un libro de estudio universitario.

De sus 690 páginas, no es hasta el la parte final del último capítulo donde se menciona al Creador. Y esto solamente lo hace en relación con la estabilidad y evolución del universo.

Ilustración de lo que conocemos normalmente como velocidad de escape.
Observaciones de Sirio que mostrando que realmente se trata de un sistema estelar doble.

Cosmologia – J. Donat – 1944

Este no es un libro de divulgación en su concepción, aunque sí en su temática, pues abarca todas las ciencias como manera de entender la creación. El libro está publicado en Barcelona y redactado en latín, lengua vehicular en los seminarios católicos. Cuenta también con el nihil obstat del obispo de Barcelona. Todo esto es muy curioso, habida cuenta de que Josef Donat era alemán.

Asoma parte de la firma del anterior propietario, que según he averiguado, fue canónigo en la Catedral de Murcia.

Hace mucho tiempo que la Iglesia Católica no busca la explicación de las cosas terrenales en La Biblia. Por eso he seleccionado dos páginas bastante elocuentes a este respecto. Frente al mito de que el mundo hizo en seis días, ofrezco unos cortes geológicos que debían estudiar los futuros sacerdotes. En cuanto a Adán y Eva, la página del libro donde se menciona a Darwin no contenía dibujos, así que en su lugar pongo la de un gráfico explicando las leyes de Mendel.

Cortes geológicos, explicados en latín.
Hibridación de dos plantas de distintos colores y repartición de las características en las siguientes generaciones.

A Dios por la Ciencia – J. Simón – 1954

Si bien he dicho que no es frecuente el proselitismo religioso en las obras de Ciencia escritas por jesuitas, no significa que éste no exista. Este libro, de llamativa sobrecubierta y destinado a un público juvenil, busca a Dios en los complejos detalles técnicos del universo y la vida. A pesar de sus años, esta obra sigue teniendo mucho predicamento en internet.

No entraré en detalles sobre el tipo de argumentos que expone el padre Jesús Simón. Dejaré que sea él mismo el nos proporcione un resumen. Nótese que en lo relativo a la Biología, hay una reminiscencia del llamado “Diseño Inteligente”.

Como ilustraciones he elegido, en primer lugar, una alegoría del papel de la boca en el ser humano. En segundo lugar, y por alusiones, una relativa a un problema de Matemáticas resuelto por las abejas. Otro día, en otro post, hablaremos de libros de divulgación matemática.

Trate el lector de identificar aquí los elementos de una cara humana.
Optimización de material en la construcción de una colmena.

Epílogo

Si tengo que señalar una fecha para el comienzo de esta afición bibliófila científica, he de remontarme al otoño de 1996 cuando llegué a Burdeos. En el Cours de l’Argonne, la calle que salía del centro de la ciudad (Place de la Victoire, para más precisión) hacia el campus universitario de Talence había una pequeña bouquinerie, atestada de libros viejos, como es de esperar por el significado del término francés. Destacaba al entrar, una pequeña urna rectangular de cristal con unos siniestros objetos colgados de hilos que parecían ser fetos de animales cubiertos de cera blanca y rosa. En aquella tienda encontré este librito, que considero el primero, conscientemente, de la colección.

Les plantes qui guérissent et les plantes qui tuent – Olivier de Rawton – 1884

Su título era muy sugerente: Las plantas que curan y las plantas que matan. La calidad de sus grabados y el acabado en pan de oro de su encuadernación me fascinaban tanto como lo que podría aprender en él. Su precio, 120 francos, era más que excesivo para el presupuesto de un estudiante. Durante varios meses estuve pasando de vez en cuando por allí, curioseando sin comprar nada, hasta que un día, el viejo librero ya no estaba. La persona en su lugar me dice que el patron había muerto y estaban liquidando la mercancía. Aproveché la luctuosa oportunidad para comprar el libro, considerablemente rebajado de precio. No sé que pasaría al final con los fetos encerados colgantes.

Una planta que cura… y también puede matar.

Libros de Mineralogía

En esta época en la que cualquier duda, sobre todo si es técnica, lo primero que se hace es acudir a Google (yo mismo lo hago sin ir más lejos) parece ocioso dedicar un post a libros de Mineralogía. Difícilmente un libro puede reemplazar a la cantidad de información instantánea que proporciona Internet. Sin embargo, este conocimiento a demanda tiene sus inconvenientes y sus peligros. Para empezar, suele proceder de un corta-pega de otras fuentes de información no debidamente citadas o contrastadas: internet crece demasiado rápido para reparar en tales cosas. La estructura ramificada propia de la web es estupenda para clasificar información, pero no para adquirir conocimiento sistemático sobre un tema. Así pues, si desean saber sobre minerales, para mí no hay nada mejor que empezar leyendo Libros de Mineralogía.

Mi primer libro de minerales, estrictamente hablando (Pequeña Biblioteca Daimon).

Disclaimer. Me reprocharán mis lectores que el post anterior también contenía la palabra «libro» en el título. Se acerca el fin del curso y crece el volumen de trabajo en la Universidad. Por ese motivo hago este post a partir del material que tengo más a mano: mis propios libros de Mineralogía. Para cada libro daré las referencias del ejemplar que dispongo, si bien pueden existir numerosas ediciones del mismo. Por otra parte, las ausencias que noten los lectores son también ausencias en mi biblioteca, por lo que agradeceré las aportaciones en los comentarios.

Mineralogía como ciencia

Incluimos aquí los tratados de Mineralogía o cursos de nivel universitario para la formación de expertos en el tema. Suelen dedicar una gran extensión a las propiedades generales de los minerales, química y cristalografía, así como la génesis de los yacimientos minerales. En la parte descriptiva tratan las especies minerales más habituales con énfasis en las características que permiten determinarlas. Las fotos no suelen ser el punto fuerte de este tipo de libro. La información sobre localidades para cada mineral se centra en unos pocos lugares a nivel mundial.

Manual de Mineralogía de Dana / Hurlbut-Klein

Tercera Edición – Editorial Reverté – 1988

Mi Dana, lo tengo desde 1988.

En la primera impresión uno pude sentirse desconcertado con ese «de Dana» incluido en el título. La explicación la encontramos en el título en inglés «Manual of Mineralogy (after James D. Dana)» que se corresponde con la edición 19 en USA. La primera edición del Manual de Mineralogía de James Dwight Dana data de 1848. Desde entonces ha sido revisado y reescrito por diferentes autores, pero Dana pasó de autor a ser parte del título a medida que se ha ido diluyendo la obra original. Actualmente va por la edición 23, ha cambiado de Mineralogy a «Mineral Sciencie», y Cornelius S. Hurlbut Jr. fallecido en 2005 ha salido del elenco, entrando Barbara Dutrow. Reconozco que no he tenido ocasión de revisar en detalle las nuevas ediciones, pero supongo que sigue siendo una obra muy recomendable de iniciación y consulta. Una anécdota, me compré también la segunda edición española porque dejaron de incluir en las siguientes los ensayos con llama.

Tratado de Mineralogía / Klockmann-Ramdohr

Segunda Edición – Editorial Gustavo Gili – 1955

Naturalmente, con esos apellidos se trata de una obra traducida.

Monumental obra de más de 700 páginas en letra apretada que constituye el manual más extenso de Mineralogía publicado en nuestra lengua. Por eso opino que todo mineralogista que se precie debe de tenerlo en su biblioteca. Poco menos de la mitad del libro está dedicado a la teoría general, lo que destaco para que se note la diferencia entre este tipo de libros y las guías. La parte sistemática se podría decir que es exhaustiva (más de 2000 entradas en el índice alfabético), si bien los minerales menos frecuentes son descritos en un tipo de letra aún más pequeño, y los minerales raros aparecen como comentarios.

Manuel de Minéralogie Descriptive – Bétekhtine

Editorial MIR – 1968

Lo encontré en un local de la calle Libreros de Madrid.

El manual de Anatoly G. Bétekhtine (cosas de la transliteración del ruso al francés, en otros idiomas aparece como Betekhtin) podría decirse que es el «Dana ruso». Cubre contenidos similares, pero a veces proporciona información complementaria, como la relativa a conductibilidad eléctrica (un ensayo que cualquier aficionado puede realizar con pocos medios). La información que contiene sobre el origen de cada mineral es, en general, más detallada que la del Dana. Lamentablemente, a la hora de describir yacimientos, los Urales quedan demasiado lejos.

Les Minéraux / Boulliard

Editorial CNRS Éditions – 2016

Un recuerdo que me traje de mi última visita a París.

Es un libro curioso: no es exactamente un tratado de Mineralogía, pero tampoco se puede decir que sea una simple guía de minerales porque contiene mucha información para el estudioso. Está escrito desde el punto de vista de los minerales como objeto de colección y, de hecho, dedica algunos capítulos al coleccionismo de minerales como actividad reglada. En particular, se discute la rareza de ciertos especímenes, su valor relativo, la posibilidad de su falsificación y la conservación si son minerales delicados o inestables.

Guías de Minerales

En comparación con los tratados de Mineralogía, las guías de minerales son más livianas en la parte científica general. Su aspecto más interesante es que están ilustradas con una o varias fotos de cada uno de los minerales que describen. Si la guía pretende ser «de campo» las fotos tratan de reproducir las características más habituales de cada mineral, incluyendo el aspecto de la fractura en aquellos casos en los que el mineral suele presentarse masivo. Otras guías presenta fotografías de piezas de museo, de calidad inaccesible para el modesto aficionado, o fotografías muy ampliadas si se trata de mostrar cristales de especies raras.

Guía de Minerales Grijalbo / Mottana-Crespi-Liborio

Editorial Grijalbo – 1989

Uno de los libros de más ayuda para el coleccionista novel.

Siempre he dicho que la guía de Grijalbo (editorial que la publica en España, pero también existen ediciones en inglés y, por supuesto, italiano su idioma original) es la única que presenta los minerales tal y como uno se los encontraría, salvo raras excepciones, por lo que es de gran valor para reconocimiento visual. Además de minerales (más de 270 descritos), lleva una sección de rocas que sería aprovechable como guía de campo si las rocas fueran más sencillas.

Guía de Minerales Omega / Chaumeton

Editorial Omega – 1989

Los minerales como dificilmente los encontrarás en el campo.

Se trata de una guía de gran calidad, como suele ser habitual en la editorial Omega, con un claro sesgo hacia los ejemplares cristalizados, preferiblemente en cristales individuales, por lo que es recomendable para los coleccionistas de micros. Buenas fotos y la información necesaria de los más de 280 minerales descritos.

Encyclopédie des Minéraux / Kourimsky-Tvrz

Editorial Gründ – 1981

Lo encontré en una librería de viejo en Burdeos.

Normalmente desconfío de los libros llamados «enciclopedia de algo». Esta obra, publicado originalmente en checo tiene la mayor parte de sus fotos en blanco y negro. Sin embargo, la descripción de cada mineral es un ejercicio de erudición, destacando la información de tipo histórico, etimológico o geográfico, hasta tal punto que he dudado de poner este libro en la sección anterior. La mayor parte de los ejemplares fotografiados están en el Museo Nacional (Checo) de Praga, cuya visita recomiendo.

La Enciclopedia de los Minerales / Korbel-Novák

Editorial Libsa – 2004

Me pareció una adquisición razonable en una librería de Granada.

Al igual que el anterior, fue publicado originalmente en checo. Se trata básicamente de una guía fotográfica de más de 600 especies minerales. La descripción de las propiedades físicas de cada mineral es telegráfica, pero la información sobre origen y yacimientos, aunque breve, merece la pena.

Libros dedicados a los minerales españoles

Es normal que cada país (región o distrito minero) dedique de vez en cuando una monografía a mostrar la riqueza mineralógica de su subsuelo. Este tipo de obra es sumamente adecuada para el aficionado que gusta de salir a recoger sus propios ejemplares porque proporciona información de tipo local. Dispongo de guías de minerales de algunas provincias españolas, que son muy interesantes en este sentido (cuanto más pequeña la escala, mejor para el buscador), pero no las incluiré aquí. En cuanto a los libros dedicados a los minerales de España, iré en orden cronológico.

Minerales de España / Calderón

Facsímil editado por la SEM de la obra publicada en 1910, dos volúmenes.

Regalo de un buen amigo.

Salvador Calderón realizó la primera monografía dedicada a recoger sistemáticamente las citas de minerales en España. Antes del «Calderón» sólo había índices de concesiones mineras junto con el metal que se beneficiaba. Es una obra monumental y fundamental, donde se mencionan algunos hallazgos antiguos que no han podido confirmarse hasta la fecha (minas desaparecidas, ubicaciones ambiguas…), dando a la Mineralogía un cierto halo de misterio.

Introducción a los Minerales de España / Galán-Mirete

Editorial del IGME – 1979

Mi compañero en cientos de miles de kilómetros hechos en un Renault Clío 1.9D.

Era evidente que tras 60 años, la recopilación hecha por Calderón necesitaba una actualización. Ésta vino de la mano de Emilio Galán y Salvador Mirete, una obra fundamental que se titulaba modestamente «introducción». Ya hablé en un post anterior del «Mirete» como mi guía de viaje durante muchos años y kilómetros. Se le puede reprochar que muchos de los ejemplares fotografiados son masivos o feos (según estándares actuales de «vitrinología») pero el mapita de distribución acompañando a cada mineral permitía organizar los viajes con eficacia.

Minerales de España / Mollfulleda

Editorial Carroggio – 1999

Se me apareció en la librería González Palencia de Murcia.

Este libro supone un punto de inflexión en la divulgación de la mineralogía española. Se concede más importancia a la belleza de los ejemplares y la calidad de la fotografía, añadiendo a la ciencia una dimensión artística. Pero también, al mismo tiempo que Joaquim Mollfulleda presenta los minerales tal como empiezan a ser del gusto por los coleccionistas (atrás quedan las colecciones de «Gabinete de Historia Natural»), Internet gana la partida a los libros. Las localidades citadas en el libro son las que se discuten en los foros temáticos.

Atlas de Minerales de España / Calvo-Rewitzer

Editorial Prames – 2022

Casi recién salido de la imprenta…

Monumental catálogo fotográfico de todas y cada una de las especies minerales encontradas en España hasta la fecha. Obviamente, la mayor parte de los minerales descritos son extraordinariamente raros y aparecen en pequeñas cantidades, por lo muchas de las ilustraciones son microfotografías. Además, Miguel Calvo es el autor de una obra sobre los minerales de España en varios volúmenes mucho más extensa que los libros descritos en esta sección, pero no la tengo en mi biblioteca.

Algún libro clásico

Los libros antiguos de minerales no son sólo un capricho de bibliófilo, sino que pueden contener información interesante que haya dejado de aparecer en libros modernos por algún motivo. Por ejemplo, determinados procedimientos de laboratorio para determinar minerales que ahora han sido sustituidos por la difracción de rayos X, o citas de ciertas especies en minas ya olvidadas.

Mineralogía / Brauns

Editorial Labor, segunda edición – 1935

Encontrado en la Feria del Libro Viejo de Murcia.

Este librito era uno de los pocos disponibles de minerales que había en la Biblioteca Municipal de Archena cuando la visitaba en mi juventud. La traducción al español realizada por el prestigioso geólogo Maximino San Miguel de la Cámara incorpora localidades españolas para las especies descritas, por lo que fue para mí como un libro de revelaciones (aún no conocía el Galán-Mirete).

Cours de Minéralogie / Lapparent

Editorial Librairie F. Savy – 1884

En una librería anticuaria de Madrid, aunque he visto un ejemplar recientemente en Salamanca.

Se trata de una obra clásica de la mineralogía, con excelentes ilustraciones de los cristales y cuyo texto apenas ha perdido frescura. Albert de Lapparent publicó también un resumido «Precis de Minéralogie» (Masson 1908 – para la 5ª edición).

Tratado de Mineralogía / Goizueta

Imprenta de Pedro Ortega – 1910

Bazar del TBO (Murcia), si no recuerdo mal.

Curioso libro con abundante información sobre métodos químicos para la determinación de los minerales, hasta tal punto que tras un rato de lectura uno termina preguntándose por qué no tiene un laboratorio.

Mineralogía / Calderón

Editorial Gallach – 1901

Creo que fue adquirido en una caseta de la Cuesta de Moyano (Madrid).

El gran Salvador Calderón escribió este librito, más de divulgación que manual o guía. Un buen número de páginas finales están dedicadas al proselitismo de la propia editorial Gallach que publicaría más tarde una Historia Natural, cuya parte dedicada a los minerales es bastante extensa (yo mismo tengo una edición de 1972).

Conclusión

Antes de que mi hermana me regalara el primer libro de Mineralogía propiamente dicho (primera foto del post) me las tenía que apañar con lo poco que contaran sobre minerales los libros de texto: pirita en Riotinto, galena en Linares y minerales de hierro en Ojos Negros… He aprendido mucho en los libros, por eso se merecían este pequeño homenaje. Aunque Internet es un recurso estupendo, su efecto principal es la sustitución del examen de las propiedades de un mineral que queremos determinar por una contemplación de fotos en busca de un parecidos razonables. Acaba así este repaso a los libros de Mineralogía, con la esperanza de que se sigan escribiendo y publicando, pero también con la inquietante paradoja de que lanzo mi petición desde un blog de Internet 😕

Historias tras un libro

El libro que motiva este post.

A veces, un libro puede contar más de lo que hay escrito en sus páginas. No hablo de leer entre líneas, sino de las historias que hay tras un libro. Incluso un libro de texto de Física tiene mucho que contar…

Una librería en Madrid

Hace bastantes años estaba interesado en algunas cuestiones de Mecánica Newtoniana para las clases de una asignatura que impartía de la desaparecida Licenciatura en Matemáticas. En una visita a Madrid me enseñan una librería científica extraordinaria: Aula de Documentación e Investigación. Un local en dos alturas impecablemente forrado en madera de la de verdad, con relieves tallados a buril alusivos a la temática científica, como fórmulas o cifras de pi, entre otros detalles. Allí fue donde encontré el libro cuya historia oculta estoy relatando: el primer volumen del Cours de Physique Générale de Bruhat (Masson & Cie, Paris 1955).

Concesionario de una marca de motocicletas, tras la desaparición de la librería.

El dueño de la librería, un señor de bastante edad con traje oscuro, estaba en una mesa explicando la resolución de un problema, creo que de Física, a dos estudiantes universitarios. Debía de haber sido ingeniero, y la librería un proyecto que llevó a cabo tras la jubilación. Las estanterías las había construido él mismo con todo el cuidado que uno puede poner para hacer un sueño realidad. Con su muerte en 2014, la librería acabó repentinamente. Los nuevos propietarios del local lo adaptaron a un uso muy diferente, pero respetando las estanterías que tantos libros habían llegado a acoger.

Le Cours de Physique Générale

Cuando busco un libro con un fin específico, suelo preparar antes una serie de tópicos que deberían ser tratados convenientemente en el texto. En otras palabras, el libro debe pasar un examen. En este caso, buscando un buen libro de Mecánica, uno de esos ítems a comprobar era el tratamiento de choques y percusiones. La obra de Georges Bruhat me sorprendió con una «teoría del martillo», donde además se analizaba el efecto de la percusión sobre la mano que lo agarra. Naturalmente, el libro se vino de Madrid conmigo y comencé a bucear en sus más de 700 páginas.

Explicación de la «Teoría del martillo» dentro de la sección dedicada a choques y percusiones.

No tardé demasiado en querer saber más sobre los restantes volúmenes del Cours de Physique Générale. Tras la Mécanique había otros tres, respectivamente: Électricité, Thermodynamique y Optique. Tampoco tardé mucho en buscarlos por internet en páginas de venta de libros antiguos y de segunda mano. Tenía la esperanza que esta obra serviría para cubrir el gran hueco (en sentido figurado, porque, literalmente, lo que me falta es espacio en las estanterías) entre el Alonso-Finn y el Landau-Lifshitz (el problema no es sencillo), así como para cubrir mis propias lagunas en algunos temas de la Física más clásica.

Dedicatoria del expropietario acompañando uno de los libros de Bruhat que siguió al de Mecánica.

Tuve ocasión de intercambiar algunos mensajes con el propietario de uno de los volúmenes del Cours de Physique Générale. Para él, el texto de Bruhat le resultaba anticuado. Lo había tenido que estudiar durante su época universitaria y no le tenía el cariño suficiente para conservarlo ahora que le faltaba espacio en casa. También me dijo que años después descubrió el las Lectures on Physics de Feynman, que habían sido para él una revelación sobre como entender y razonar la Física. Reconozco que yo también las tengo, pero no explican el martillo como lo hace Bruhat 🙂

L’École Normale Supérieure de Jeunes Filles

La famosa Escuela Normal Superior de París (ENS), donde se han formado las élites de Francia no siempre fue mixta. Seguramente, el significado de la egalité que presume la République por antonomasia no siempre ha sido el mismo. En su comienzo l’École Normale, ubicada en la rue d’Ulm, era solamente para alumnos varones, teniendo las mujeres su propio centro en Sèvres, en las afueras de París. Era la llamada École Normale Supérieure de Jeunes Filles. Allí es donde Georges Bruhat ejerció impartiendo su curso de Física a las estudiantes de segundo y tercer año. También allí se gestó su Cours de Physique Générale.

École Normale Supérieure de jeunes filles, en Sèvres (París).

La ENS femenina de Sèvres se fusionó con la masculina de rue d’Ulm en 1985, hace cuatro días. Pero tampoco comenzó a la vez que ella, ya que la ENS fue fundada en 1794 mientras que la sección femenina lo fue en 1881. No he podido comprobar la diferencia entre los programas de estudios ofertados en ambas escuelas en los tiempos de Bruhat, ni a qué carreras profesionales, además de la docente, daba acceso para las egresadas de Sèvres, pero debían ser diferentes cuando algunas mujeres intentaban acceder a Ulm y conseguían estudiar allí con un permiso especial. Ese fue el caso de Simone Weil (más famosa para el público general que su hermano André, matemático) y Simone de Beauvoir.

Resumen de legislación francesa, en el Memento Larousse (1925).

Existe cierta tendencia a pensar que la Revolución Francesa (1789) precedida por la Ilustración y l’Encyclopedie debía afectar a los derechos humanos por igual. Vemos que incluso los grandes pensadores, a los que debemos tanto hoy día, no podían liberarse completamente de los prejuicios de la sociedad en la que vivían. El texto arriba, tomado del Memento Larousse (1925), lo dejaba bien claro: la mujer, sin autorización de su marido o la justicia, es tan «incapaz» como un demente. Y así fue hasta julio de 1965 en el país que siempre miramos como ejemplo de progreso social. Por compensar un poco, del otro lado del charco, tenemos la Declaración de Independencia de USA, conteniendo frases como «…that all men are created equal…» , fue redactada por esclavistas. No podemos cambiar la Historia, pero, en cualquier caso, nos quedamos con la idea de que las chicas en Sèvres recibían una excelente formación en Física hacia los años 40 del siglo pasado.

La Shoah científica

Georges Bruhat fue nombrado director de l’École Normale Supérieure, tras el cese de  Eugene Bloch, de origen judío, por el gobierno colaboracionista de Vichy (Bloch murió asesinado en Auschwitz unos años después). Aceptar el puesto de director de la ENS no hizo la vida de Georges Bruhat más sencilla durante la guerra y ocupación alemana. Tras negarse a delatar a un estudiante que formaba parte de La Résistance, fue arrestado por la Gestapo en agosto de 1944. Georges Bruhat murió de una afección respiratoria en el campo de concentración de Sachsenhausen el 1 de enero de 1945. Sin embargo, el Cours de Physique Générale siguió publicándose hasta los años 60 con ediciones revisadas y aumentadas por físicos colegas de Bruhat como Alfred Kastler, premio Nobel en 1966.

Georges Bruhat, foto tomada de Wikipedia.

Vemos una de las pocas fotos de Georges Bruhat que pueden encontrarse por Internet. A pesar de su aspecto envejecido y triste, murió con apenas 57 años. Bruhat compartió su destino con el de tantos millones de judíos, aunque sin serlo. Cómo afectaron las leyes racistas nazis a la Ciencia es un tema que se podría decir interesante si no fuera porque el adjetivo parece ocultar la parte trágica. Recomiendo en particular la lectura del libro «Serving the Reich: The Struggle for the soul of Physics Under Hitler» del divulgador científico Philip Ball (Vintage Books, 2013).

Yvonne Choquet-Bruhat

Los Lancien, que quizás recordéis de Weekend en los Alpes, visitaron mi casa en Murcia. Tratando de destacar los numerosos libros en francés de mi biblioteca, al ver el Cours de Physique observaron que el inusual apellido Bruhat les sonaba por Yvonne Choquet-Bruhat. Ante mi desconocimiento, me dieron algunas coordenadas con la que cerraré este post. No obstante, para enlazar con lo dicho hasta ahora, lo primero a precisar es que Yvonne fue una de los tres hijos que tuvo Georges Bruhat con la profesora de Filosofía Berthe Hubert. Mencionemos que otro de sus hijos, François, también se dedicó a las Matemáticas (Grupos de Lie).

Yvonne Bruhat-Choquet en 2006, foto tomada de Wikipedia.

Pero mucho más reconocida ha sido Yvonne, née Bruhat en 1923, como dicen los franceses, aunque ella siguió usando su apellido familiar en forma compuesta tras el matrimonio. Comenzó sus estudios universitarios en la ENS de Sèvres en 1943. Se doctoró en 1951 con una tesis sobre existencia de soluciones para ecuaciones en derivadas parciales (EDPs) no lineales. Después realiza una estancia posdoctoral en Princeton, donde conoce a Albert Einstein que le explica, en persona, su Teoría de la Relatividad General. A partir de ese momento comenzaría a trabajar en los aspectos matemáticos de la Relatividad consiguiendo la primera demostración de la existencia de soluciones para las ecuaciones de Einstein.

Encabezamiento del artículo que dedicó El País a Yvonne Choquet-Bruhat hace tres años.

Los trabajos de Choquet-Bruhat han sido fundamentales para la detección, por primera vez en 2016, de las ondas gravitacionales. Ha sido la primera mujer en ingresar en la Academia de Ciencias de Francia en 1962, que décadas antes le había negado el acceso a Marie Skłodowska-Curie (casi nada…). Cuando se mira la biografía de Yvonne Choquet-Bruhat no me queda claro si se ha jubilado en algún momento, o no, porque hay reseñas de su actividad hasta fechas muy recientes. Ahora mismo tiene 99 años, y si su salud continúa igual de bien, el próximo diciembre cumplirá el centenario.

Cerrando el círculo

El apellido Choquet es familiar para quienes trabajan en Análisis Funcional y no era por casualidad la coincidencia: Yvonne se casó con Gustave Choquet en 1961. Es normal que un matemático produzca muchos teoremas a lo largo de su carrera, pero a un gran matemático se le suele relacionar con un sólo teorema que es la piedra angular de una teoría que él ha vislumbrado. En el caso de Gustave Choquet hay dos: su teoría de capacidades, que generaliza la teoría de la medida y tiene inesperadas consecuencias en Análisis Matemático; y su teorema de representación extremal, una herramienta de formulación tan sencilla como potente ¿A quién se le podría ocurrir que la representación de las soluciones de ciertas EDPs fuera lo mismo que la representación de un punto dentro de un triángulo como baricentro de masas repartidas en sus vértices? Por si no es obvio: a Choquet.

Yvonne y Gustave en 1974, foto de Wikipedia.

Por mi área de investigación, estoy familiarizado con los trabajos de Choquet y he usado sus resultados en alguna ocasión. Sus ideas siguen siendo motor de mi inspiración para obtener nuevos resultados en Convexidad (en algún momento me entretendré un poco más en esto en un post de divulgación). Gustave Choquet forma también parte de mi árbol genealógico matemático: fue el director de tesis de Gilles Godefroy, que a su vez dirigió a Robert Deville, que fue uno de mis directores junto con Gabriel Vera.

Conocido libro de Bob Phelps dedicado a la teoría de la representación extremal de Choquet.

Coincidí con Choquet en una Spring School de Análisis celebrada en Paseky (Rep. Checa) en 1997. El curso que dio allí fue un poco extraño, hablando de Neurociencia. Mi inglés no era suficientemente bueno para captar muchos detalles de lo que dijo, pero después he sabido que el tema fue motivado por las investigaciones de su hijo (con Yvonne, naturalmente) Daniel Choquet, conocido neurocientífico francés ¿no es curioso ver a tres generaciones de una familia de científicos notables? Además, cada uno en su especialidad. Volviendo a Paseky, en aquel congreso di mi primera conferencia sobre los resultados que estaba obteniendo en mi tesis doctoral. Tuve el privilegio de contar con Choquet como asistente y me dio algunos consejos al finalizar.

Foto con Gustave Choquet y Bernardo Cascales durante la Spring School en Paseky (1997).

Algún día hablaré de los muchos recuerdos que me trae esa foto, pero esa es otra historia (mi historia, realmente). Hoy ya me doy por contento, porque sólo quería hablar de las historias que hay tras un libro

Tres novelas y la vida

Tengo una biblioteca demasiado grande para la casa donde vivo y, seguramente también, demasiado grande para una persona. Muchos de mis libros no los he leído y posiblemente nunca llegue a leerlos completamente. Es normal: la mayor parte de ellos son de consulta y estudio. Libros donde se amontonan ciencia y hechos. También tengo algunos de ensayo y ficción, pero habitualmente los he considerado en una categoría inferior, porque por buena que sea la calidad de su redacción, son ante todo un producto de la imaginación humana. Pero a medida que me hago mayor, que acumulo recuerdos y vivencias, reconozco en algunas novelas un conocimiento de la vida que está muy por encima de su relato. La descripción de sentimientos o sensaciones, que yo mismo he vivido y que nunca hubiera sido capaz de poner en palabras. Tres novelas y la vida es un experimento en este blog y si os gusta habrá más.

La selección de libros está motivada por mis lecturas en los últimos cinco años, y no ha sido fácil dejarlo solamente en tres novelas. Debo decir que hay cierto sesgo hacia la literatura extranjera porque uso la lectura ociosa para mejorar mi conocimiento de las leguas inglesa y francesa (lamentablemente, me cuesta mucho ampliar el espectro). Así que los párrafos que incluyo están en versión original, con un intento de traducción fiel (no siempre posible) por mi parte. No obstante, los tres libros están disponibles traducidos al español.

The Sheltering Sky – Paul Bowles

Paul Bowles, un neoyorkino que debió sufrir del Mal d’Africa, que cantaba Battiato, porque vivió la mayor parte de su vida y hasta su muerte en Tánger. The Sheltering Sky (El cielo protector, literalmente) apareció en 1949, aunque sin duda es más conocido por la película homónima de Bertolucci de 1991, protagonizada por una inolvidable Debra Winger, el zumbado de John Malkovich y los increíbles paisajes del África Sahariana. El propio Bowles hace un pequeño cameo y pone su voz a algunos pasajes de su libro en el filme.

Comencemos con la explicación del título de la novela.

Before her eyes was the violent blue sky – nothing else. For an endless moment she looked into it. Like a great overpowering sound, it destroyed everything in her mind, paralyzed her. Someone once has said to her that the sky hides the night behind it, shelters the person beneath from the horror that lies above. 

Traducción: Ante sus ojos el violento cielo azul – nada más. Lo miró durante un momento interminable. Como un gran estruendo, destrozó todo en su mente, la paralizó. Alguien una vez le dijo que el cielo esconde la noche tras de sí, protege a la persona bajo él del horror que hay encima.

Un matrimonio norteamericano, Port y Kit, acompañados de un amigo, Tunner, desembarcan en un puerto del norte de África. Port se define a sí mismo como un viajero, por oposición a turista: no siente que pertenezca más a un sitio que a otro; no piensa que haya un lugar al que deba regresar. Una de las frases más famosas puesta en boca de Port es la siguiente (parte de ella va en mi estado de WhatsApp desde hace años):

Death is always on the way, but the fact that you don’t know when it will arrive seems to take away the finiteness of life. It’s that terrible precision that we hate so much. But because we don’t know, we get to think of life as an inexhaustible well. Yet everything happens only a certain number of times, and a very small number, really. How many more times will you remember a certain afternoon of your childhood, some afternoon that’s so deeply part of your being that you can’t even conceive your life without it? Perhaps four or five times more. Perhaps not even that. How many more times will you watch the full moon rise? Perhaps twenty. And yet it seems limitless.

Traducción: La muerte está siempre en el camino, pero el hecho de que no sepas cuándo llegará parece liberarnos de la finitud de la vida. Es esa terrible certeza lo que odiamos tanto. Pero como no sabemos, tenemos tendencia a pensar en la vida como un pozo inagotable. Y, sin embargo, todo ocurre un cierto número de veces, un número muy pequeño realmente. ¿Cuántas más veces recordarás una cierta tarde de tu infancia, que es una parte tan profunda de tu ser que no podrías concebir tu vida sin ella? Quizás cuatro o cinco. Quizás ni siquiera eso. ¿Cuántas más veces contemplarás la salida de la luna llena? Quizás veinte. Y aún así parece ilimitado.

El trío viaja por distintas poblaciones adentrándose en el desierto. Como consecuencia de una ausencia momentánea de Port y el exceso de champagne, Kit se acuesta con Tunner. La sospecha de que hay un secreto entre ellos hace que Port ponga en marcha una estratagema para separarse de Tunner. Conseguido su propósito y tras varios tumbos más, Port muere hacia la mitad de la novela (perdón por el spoiler) en condiciones terribles. Después, Kit se une a una caravana de beduinos que va hacia Tombuctú, mientras Tunner hace todo lo posible para encontrarla. Este párrafo es de las últimas horas de Port:

“He’s stopped being human”, she said to herself. Illness reduces man to his basic state: a cloaca in which the chemical processes continue. The meaningless hegemony of the involuntary. It was the ultimate taboo stretched out beside her, helpless and terrifying beyond all reason.

Traducción: “Él ha dejado de ser humano”, se dijo a sí misma. La enfermedad reduce al ser humano a su estado básico: una cloaca en la que continúan los procesos químicos. La hegemonía sin sentido de lo involuntario. Ese era tabú definitivo junto a ella, desamparo y aterrador más allá de la toda razón.

Hay que decir que el libro es mucho más crudo que la película. Bertolucci, que fue capaz de poner una jovencísima Eva Green en situaciones tan explícitas como las que aparecen en The dreamers, se abstuvo, sin embargo, de recrear los sórdidos detalles del pacto entre los camelleros.

L’étranger – Albert Camus

Cuando en 1960 se estrelló el coche en el que viajaba Camus, conducido por su editor, quedaron viudas dos esposas y cinco amantes, sólo por parte del Nobel de Literatura como se puede deducir de las informaciones de Wikipedia. Sin duda, Camus conocía bien la vida, antes de perderla, como Meursault, protagonista de L’étranger (El extranjero), según su vecino, el proxeneta Sintès. La novela apareció en 1942 mientras Camus estaba involucrado en La Résistance. La redacción de la historia con frases cortas ayuda a transmitir la indolencia del protagonista sobre todo lo que le rodea y acontece. El libro comienza de forma absolutamente demoledora:

Aujourd’hui, maman est morte. Ou peut-être hier, je ne sais pas. J’ai reçu un télégramme de l’asile : « Mère décédée. Enterrement demain. Sentiments distingués. » Cela ne veut rein dire. C’était peut-être hier.

Traducción: Hoy ha muerto mamá. O quizás ayer, no lo sé. He recibido un telegrama del asilo: «Madre fallecida. Entierro mañana. Lo acompaño en el sentimiento» Esto no significa nada. Pudo ser ayer.

Los sucesos ocurren en la Argelia francesa donde Camus nació y vivió. Meursault es un extranjero en su propio mundo. Contempla la vida con una mezcla de extrañeza e ingenuidad más propias del alienígena de Sin noticias de Gurb que de un ser humano.

C’étaient d’abord des familles allant en promenade, deux petits garçons en costume marin, la culotte au-dessous du genou, un peu empêtrés dans leurs vêtements raides, et une petite fille avec un gros nœud rose et des souliers noirs vernis. Derrière eux, une mère énorme, en robe de soie marron, et le père, un petit homme assez frêle que je connais de vue. Il avait un canotier, un nœud papillon et une canne à la main. En voyant sa femme, j’ai compris pourquoi dans le quartier on disait de lui que il était distingué.

Traducción: Había familias paseando, dos niños pequeños con trajes de marinero, los pantalones por debajo de la rodilla, algo incómodos en sus ropas rígidas, y una niña con un gran lazo rosa y zapatos negros brillantes. Detrás de ellos, una madre enorme, con un vestido de seda marrón, y el padre, un hombrecillo bastante frágil que conozco de vista. Llevaba un canotier (sombrero de verano plano), una pajarita y un bastón en la mano. Al ver a su mujer entendí por qué la gente del barrio decía de él que era distinguido.

El libro tiene dos partes separadas por el asesinato de un árabe a manos de Meursault. El absurdo que nos plantea Camus es que todo lo que ocurre en la primera parte ante el desinterés de Meursault, contribuye más a su sentencia de muerte que los disparos al árabe: comenzar una relación con María Cardona, ir con ella al cine a ver una película de Fernandel… pero sobre todo, el testimonio en el juicio del conserje del asilo sobre lo ocurrido durante el velatorio y entierro de la madre.

Il a dit que je n’avais pas voulu voir maman, que j’avais fumé, que j’avais dormi et que j’avais pris du café au lait. J’ai senti alors quelque chose qui soulevait toute la salle et, pour la première fois, j’ai compris que j’étais coupable.

Traducción: Dijo que no había querido ver a mamá, que había fumado, que había dormido y que tomé un café con leche. Entonces, tuve la sensación de que algo había revuelto a toda la sala y, por primera vez, comprendí que yo era culpable.

Meursault acepta la sentencia de muerte como quien acepta que no está en su mano si el día será soleado o lloverá. En su última noche antes de la ejecución recuerda que en el asilo le dijeron que su madre tenía una relación especial con otro de los residentes.

Pour la première fois depuis bien longtemps, j’ai pensé à maman. Il m’a semblé que je comprenais pourquoi à la fin d’une vie elle avait pris un « fiancé », pourquoi elle avait joué à recommencer. Là-bas, là-bas aussi, autour de cet asile où des vies s’éteignaient, le soir était comme une trêve mélancolique. Si près de la mort, maman devait s’y sentir libérée et prête à tout revivre. Personne, personne n’avait le droit de pleurer sur elle.  

Traducción: Por primera vez en mucho tiempo, pensé en mamá. Me pareció entender por qué al final de una vida se había echado un «novio», por qué había jugado a empezar de nuevo. Allá, allá también, alrededor de ese asilo donde se extinguían vidas, la tarde era como una melancólica tregua. Tan cerca de la muerte, mamá debe haberse sentido liberada y preparada para vivirlo todo de nuevo. Nadie, absolutamente nadie tenía derecho a llorar por ella.

Stoner – John Williams

De la existencia de este libro me enteré hace relativamente poco. Lo que primero despertó mi curiosidad fue saber que trataba de la vida de un profesor de universidad. Indagando un poco, supe que Stoner era considerada por la crítica como una novela perfecta (o “redonda”), aunque el reconocimiento le llegó bastante después de su publicación en 1965. Recoge la vida de su protagonista, William Stoner, desde que entra en la universidad, para estudiar ingeniería agrónoma inicialmente, hasta su muerte como profesor de Literatura inglesa antigua. Una parte relevante es su matrimonio, condenado al fracaso desde el minuto uno. El párrafo siguiente hace alusión a los deseos de su mujer de tener familia.

Although the next two months were the only time of passion William and Edith Stoner ever had together, their relationship did not really change. Very soon Stoner realized that the force which drew their bodies together had little to do with love; they coupled with a fierce yet detached determination, drew apart, and coupled again, without the strength to surfeit their need.

Traducción: Aunque los dos meses siguientes fueron el único tiempo de pasión que William y Edith Stoner tuvieron juntos, su relación no cambió realmente. Muy pronto Stoner se dio cuenta de que la fuerza que unía sus cuerpos tenía poco que ver con el amor; hicieron el amor con una determinación feroz pero desapegada, se separaron y volvieron a copular, sin la fuerza para saciar su necesidad.

De esos dos meses de sexo nace una niña que es cuidada, esencialmente, por Stoner durante sus primeros años. Tras el suicidio del padre de Edith en la crisis de 1929, ella pasa un tiempo con su madre en otra ciudad. Después regresa transformada en una máquina de odiar. Stoner acepta impasible este cambio, incluso cuando Edith usa a su propia hija para hacerle daño. No es sólo en casa donde Stoner tiene enemigos. Su némesis universitaria se llama Lomax.

Lomax was quite drunk, though not ostentatiously so; he walked carefully, as if he carried a burden over uneven terrain, and his thin pale face shone through a film of sweat. The liquor loosened his tongue; and though he spoke precisely, his voice lost its edge of irony, and he appeared without defenses.

Traducción: Lomax estaba bastante borracho, aunque no ostentosamente; caminaba con cuidado, como si llevara una carga pesada obre terreno irregular, y su fina pálida cara brillaba a través una película de sudor. El alcohol había liberado su lengua, y aunque hablaba con precisión, su voz había perdido el filo de la ironía y parecía indefenso.

El libro contiene muchas reflexiones sobre la vida. La siguiente habla del escaso significado de la existencia de sus padres, recién fallecidos, tratando de sacar provecho del terruño al que Stoner nunca volvería, una vez descubrió accidentalmente su amor por la Literatura.

He turned on the bare, treeless little plot that held others like his mother and father and looked across the flat land in the direction of the farm where he had been born, where his mother and father had spent their years. He thought of the cost exacted, year after year, by the soil; and remained as it has been—a little more barren, perhaps, a little more frugal of increase. Nothing had changed. Their lives had been expended in cheerless labor, their wills broken, their intelligences numbed. Now they were in the earth to which they had given their lives; and slowly, year by year, the earth would take them.

Traducción: Giró sobre el claro (del cementerio) que acogía a otros como su madre y su padre y miró a través de la llanura en dirección a la granja donde había nacido, donde su madre y su padre habían pasado sus vidas. Pensó en el coste exigido por el suelo año tras año; y siguió como había sido – quizás un poco más yermo, quizás un poco más frugal en su producción. Nada había cambiado. Sus vidas se habían gastado en trabajo sin alegrías, sus voluntades rotas, sus inteligencias aturdidas. Ahora estaban en la tierra a la que habían entregado sus vidas; y lentamente, año tras año, la tierra se los llevaría.

La especialidad de Stoner es el estudio de la influencia de los clásicos en la literatura medieval inglesa. Un tema cuestionado por Lomax a través de su alumno Walker, que insistía en recordarle que Shakespeare, el más grande escritor inglés, sabía poco latín y mucho menos griego, en palabras de su contemporáneo Ben Johnson. A mí, particularmente, esto me recuerda la habitual estrechez de nuestras áreas de investigación. Las reflexiones sobre la docencia universitaria, salvando las distancias entre Literatura y Matemáticas, las hago mías.

He was ready to admit to himself that he had not been a good teacher. Always, from the time he had fumbled through his first classes of freshman English, he had been aware of the gulf that lay between what he felt for his subject and what he delivered in the classroom. He had hoped that time and experience would repair the gulf; but were most profoundly betrayed when he spoke of them to his classes; what was most alive withered in his words; and what moved him most became cold in his utterance. And the consciousness of his inadequacy distressed him so greatly that the sense of it grew habitual, as much a part of him as the stoop of his shoulders.

Traducción: Estaba dispuesto a admitir que no había sido un buen profesor. Siempre, desde el momento en que comenzó a impartir sus primeras clases de inglés para estudiantes de primer año, había sido consciente del abismo que había entre lo que sentía por su materia y lo que contaba en el aula. Tenía la esperanza de que el tiempo y la experiencia repararían el abismo; pero sólo empeoró cuando habló de ellos en sus clases; lo más vivo se marchitó en sus palabras; y lo que más le conmovía se volvió frío en su expresión. Y la conciencia de su incompetencia lo angustiaba tanto que la sensación de ello se hizo habitual, tanto en él como su espalda encorvada.

Al final, Stoner hace balance de su vida. Y resulta, que la suya no ha tenido mucho más significado que la de sus padres campesinos. Entre otras cosas, recuerda la relación que tuvo con una joven profesora, con la que compartía la pasión por la literatura y con la que encontró el amor que nunca tuvo en casa. Dejó pasar esa oportunidad, como tampoco nunca completó su segundo libro.

He had wanted the singleness and the still connective passion of marriage; he had that, too, and he had not known what to do with it, and it had died. He had wanted love; and he had love, and had relinquished it, had let it go into the chaos of potentiality. Katherine, he thought ‘Katherine’. And he wanted to be a teacher, and he had become one; yet he knew, he had always known, that most of his life had been an indifferent one. He had dreamed of a kind of integrity, of a kind of purity that was entire; he had found compromise and the assaulting diversion of triviality. He had conceived wisdom, and at the end of the long years he had found ignorance. And what else? He thought. What else?  

Traducción: Había deseado la independencia y la pasión conectiva del matrimonio; también tuvo eso, y no supo qué hacer con él, y lo dejó morir. Había deseado amor; y tuvo amor, lo abandonó, lo dejó irse por el caos de la potencialidad. Katherine, pensó ‘Katherine’. Y quiso ser profesor, y llegó a serlo; sin embargo, sabía, siempre lo había sabido, que la mayor parte de su vida había sido uno indiferente. Había soñado con una especie de integridad, con una especie de pureza que fuera total; había encontrado el compromiso y la acechante distracción de la trivialidad. Había concebido la sabiduría, y al final de los largos años había encontrado la ignorancia. ¿Y qué más? El pensó. ¿Qué otra cosa?

Ahora se entiende bien la frase al comienzo de libro: Los colegas de Stoner, a quien en vida no tenían en particular estima, rara vez hablan de él ahora; para los veteranos, su nombre es un recordatorio del destino que les aguarda.

Epílogo

No me queda otra cosa más que recomendar encarecidamente la lectura de estas tres novelas, si es que aún no lo habéis hecho. Yo he tenido la suerte de que cada libro llegó en un momento oportuno, por lo que su lectura tuvo un significado adicional: L’étranger, cuando mi vida estaba sentenciada y yo sumido en la indolencia; The Sheltering Sky, mientras andaba por Francia tratando de encontrar el rumbo en mi desierto personal; y Stoner, justo en un momento de mi carrera como profesor universitario en el que he comenzado, por fin, a preocuparme seriamente en dejar un buen recuerdo entre colegas y estudiantes.

Neandertales

Neandertales, ilustración de Z. Burian tomada de «Encyclopédie illustrée de l’homme préhistorique» de Jan Jelínek, Gründ (1989).

Tenía pensado escribir sobre los neandertales en algún momento, pero esperaba antes ponerme al día sobre los más recientes descubrimientos y hacer un post algo más presentable. Evidentemente, por mucho interés que pueda tener en los neandertales, no me dedico profesionalmente al tema. Sin embargo, una serie de “señales” me ha indicado que el momento es ahora. Acaba de fallarse el premio Nobel de Fisiología/Medicina a favor del sueco Svante Pääbo por sus investigaciones sobre ADN de homínidos extintos, en particular, por haber secuenciado el genoma neandertal.

Michael Walker, Ignacio Martín Lerma y Luis de Miquel, en un momento del homenaje al primero realizado en el Museo Arqueológico de Murcia.

Además, hoy mismo recibe un homenaje Michael Walker, profesor jubilado de la Universidad de Murcia y director durante muchos años de las excavaciones en la Sima de las Palomas (Torre Pacheco), uno de los principales yacimientos neandertales de la Península Ibérica. En fin, yo veo señales claras para escribir este post, timing perfecto… otros podrían ver oportunismo. El caso es que las informaciones sobre los neandertales son últimamente tan frecuentes que lo más difícil, a estas alturas, es ser original.

¿De qué hablamos?

Homo neanderthalensis (más tarde nos ocuparemos de la hache) es una especie extinta de seres humanos que vivió entre 300.000 BP y 30.000 BP, redondeando un poco, en lo que actualmente es Europa y una buena parte de Asia incluyendo Oriente Medio. Nota: BP indica años before present, es decir, «antes del presente», pero presente aquí es el año 1950 por convenio, lo que viene a ser cambiar la referencia de la fecha de nacimiento de Nuestro Señor por la de los baby boomers cuando se indican acontecimientos pasados. En relación con los Homo sapiens, es decir, los humanos modernos o nosotros, los neandertales eran en general más robustos y estaban mejor adaptados al clima frío, ya que prosperaron durante la última glaciación.

Clásico libro de Obermaier en su edición de Ed. Istmo (1985). El libro original es de 1925, por lo que es fácil encontrar diferencias respecto al tratamiento actual de los neandertales.

Viene ahora el momento de poner los puntos sobre las íes. Una especie, en el sentido biológico de la palabra, puede presentar una gran variabilidad geográfica y temporal (más de 250 Ka), no digamos ya entre individuos, por lo que la definición de neandertal es delicada, como la de cualquier otro organismo extinto. Más aún, afirmar que los neandertales son (eran) otra especie puede resultar algo excesivo porque hay constancia de hibridación fértil con H. sapiens: nosotros mismos, los europeos, somos neandertales en una pequeña proporción de nuestros genes. Finalmente, mientras que el límite superior del intervalo temporal es discutido en relación con la definición de neandertal, el límite inferior va reduciéndose a medida que se hacen nuevos hallazgos. Actualmente se han datado restos neandertales en 28.000 BP. Al parecer, la Península Ibérica es el último reducto de H. neanderthalensis.

Árbol filogenético de la estirpe humana, tal como se concebía hace algunos años. Tomado del libro «Los neandertales» de Antonio Rosas, CSIC (2010).

Tradicionalmente se ha pensado que los neandertales evolucionan de las primeras poblaciones que migraron a Europa desde África llevando consigo la tecnología del bifaz. Al parecer, en primer lugar llegaron a Europa homínidos sin esta tecnología, como el hombre de Orce o el grupo de Dmanisi, y en una segunda oleada llegaron los H. heilderbergensis con sus flamantes bifaces. Sin embargo, ahora hay algunos investigadores que quieren situar el origen de los neandertales en una migración post-Achelense, lo que a mí me deja particularmente descolocado… No entraré en ese tema, por lo menos hasta que lea los argumentos a favor de dicha teoría.

Arqueología de los neandertales

Industria lítica típica musteriense, tomado de «Outils préhistoriques» por Jean-Luc Piel-Desruisseaux, Ed. Dunod (2002).

En lo que respecta a Europa (y parte de Asia) hay una identificación entre neandertales (especie humana), Paleolítico medio (periodo de la prehistoria) y musteriense (tecnología lítica). Los neandertales desarrollaron también una forma particular de talla llamada Levallois consistente en la preparación de facetas de la futura herramienta antes de separarla del núcleo. Espero que el siguiente dibujo ayude a entender mejor la explicación.

La pieza representada abajo (vista superior e inferior) es la que se ha extraído arriba, pero ligeramente ampliada. Ilustración de «Encyclopédie illustrée de l’homme préhistorique» citado arriba.

Mientras que los fósiles humanos proceden principalmente de cuevas y rellenos de simas (con las condiciones adecuadas para la conservación de nuestros frágiles huesos), las piezas musterienses, en sílex o cuarcita, pueden encontrarse mucho más repartidas: laderas de montes con covachas, lugares de paso como las ramblas, antiguos manantiales (hoy desecados) donde acudían a beber… En particular, en la Región de Murcia ese tipo de hallazgos no son extraños: los neandertales se pasearon por todas partes tallando y abandonando sus útiles de piedra. Una pieza musteriense aislada que podamos encontrar en el campo no constituye un yacimiento, al igual que una golondrina no hace verano, pero es muy recomendable contactar con un experto para que realice una valoración.

Una mirada escalofriante desde el pasado: rostro neandertal embutido en toba procedente de la Sima de las Palomas (Torre Pacheco).

Desde hace poco más de una década, la posibilidad de recuperar ADN de los restos neandertales preservados en ciertas condiciones de humedad y temperatura, hace que haya que extremar las precauciones para no contaminar las muestras. Muchos arqueólogos acuden a sus excavaciones vestidos como los médicos que tratan a un enfermo ébola. Otra línea de investigación muy interesante es la de establecer y documentar la convivencia entre especies, neandertales y sapiens. Para ello se excava en cuevas y abrigos con presencia de útiles musterienses y del Paleolítico superior, en principio, causados por ocupaciones sucesivas, pero prestando especial atención al momento de transición. Ejemplos de esta doble ocupación son los abrigos de Rambla Perea (Mula) excavados por el equipo de Joao Zilhao, o la Cueva del Arco (Cieza) cuyas campañas dirige mi querido amigo Ignacio Martin Lerma, aunque aún no se ha establecido la cohabitación entre especies en dichos yacimientos.

La evolución de un paradigma

Charles Darwin publicó su «El origen de las especies» en 1859. Desde ese momento, los científicos estuvieron especialmente receptivos a cualquier fósil que pudiera servir como eslabón perdido entre el simio y el hombre. El primer resto óseo en desempeñar ese papel fue una peculiar bóveda craneal encontrada tres años antes en una cantera cerca de Düsseldorf (Alemania) que inicialmente se había interpretado como una malformación en un humano moderno. Después se sumaron otros hallazgos, como el cráneo Forbes encontrado en Gibraltar por la misma época.

Bóveda craneal encontrada en la cantera de Feldhofer, en Neanderthal, cerca de Düsseldorf. Éste fue el primer fósil adscrito a un antepasado del hombre moderno.

El nombre neandertal se toma de Neanderthal, literalmente “valle de Neander” en alemán, en donde estaba la cantera en la que aparecieron los restos. A su vez dicho topónimo es en honor al músico y religioso Joachim Neander, cuyo apellido familiar original era Neumann, literalmente “hombre nuevo”. El cambio estético del apellido no altera el significado, sólo que ahora debemos acudir al diccionario de griego. Señalemos que el nombre equivalente Neandro existe en castellano. Finalmente, la h se pierde en la reforma ortográfica del alemán a principios del siglo XX, siendo actualmente valle “das Tal”.

Así que, etimológicamente resumiendo, neandertal es el valle del hombre nuevo, una denominación sumamente oportuna. No mucho tiempo después y también en Alemania, Friedrich Nietzsche anunciaría la muerte de Dios y el advenimiento del superhombre… creo que me estoy desviando del tema. Volviendo a los restos humanos, señalemos que el cráneo Forbes es recuperado por el teniente Edmund Flint, siendo “flint” la palabra inglesa para sílex, el material favorito de los neandertales ¿Casualidad o conspiración? Lo dejo ahí, esperando haber arrancado alguna sonrisa 🙂

Lámina del libro de Ciencias Naturales de 3º de Bachillerato de la editorial ECIR (1965), por R. Verdú Payá y E. López Mezquida. La idea está bastante clara…

Las primeras representaciones de los neandertales, llamados en aquel tiempo hombres de las cavernas, son simiescas. La causa de esto la encontramos en la incorrecta interpretación de los huesos de individuos ancianos junto con no pocos prejuicios. Una de las imágenes cinematográficas de los neandertales que ha dejado más huella es, sin duda, La guerre du feu, con la memorable interpretación de Ron Perlman (dicen las malas lenguas que iba sin maquillar). En las últimas décadas, las reconstrucciones físicas basadas en evidencias anatómicas han avanzado mucho. Si se añade, además, la interpretación del genoma en términos de características físicas y los descubrimientos arqueológicos en lo que respecta a estética y adornos de los individuos, la imagen de los neandertales cambia radicalmente.

Recreación de una chica neandertal en un lecho de pieles, por Tom Björklund. Después de contemplarla, a algunos de mis amigos la hibridación entre especies ya no les parece una idea tan descabellada.

Otro de los vuelcos de paradigma ocurridos en la última década es el reconocimiento de pensamiento simbólico y arte parietal en los neandertales. Hasta hace relativamente poco se les negaba algunas de las características que los sapiens solemos decir que nos hacen más humanos. Todo empezó con el descubrimiento de objetos puramente ornamentales y pigmentos, en Cueva Antón (Mula) y la Cueva de los Aviones (Cartagena). Después se han descubierto círculos realizados con espeleotemas en lo más profundo de una gruta francesa (Bruniquel) y se ha datado en fechas del Paleolítico medio unas pinturas esquemáticas realizadas en la Cueva de Ardales (Málaga). Por si fuera poco, en algunos enterramientos neandertales se han descubierto pólenes (el polen es extraordinariamente resistente en contexto arqueológico) de plantas cuya explicación más plausible es la realización de ofrendas florales a los difuntos. ¿A qué ya no nos parecen tan brutos los hombres de las cavernas?

Cuéntame un cuento

Se han propuesto muchas explicaciones para la extinción de los neandertales: cambios climáticos, enfermedades, exterminados por H. sapiens (o sea, nosotros)… Otro motivo que si bien no sería una causa en sí mismo sino que añadido a los anteriores dejaría a H. neanderthalensis en una situación más desfavorable respecto a H. sapiens es una de las tesis expuestas en el libro «Sapiens» del pensador israelí Yuval Noah Harari.

Portada del million seller de Harari.

La idea principal posiblemente sea anterior a Harari, pero no he podido rastrearla. Básicamente sostiene que los grupos de H. sapiens están más cohesionados que los de H. neanderthalensis porque tienen la capacidad de contar historias, de crear mitos, de fabricar dioses. Mirando al pasado reciente podemos poner ejemplos de muchedumbres de personas capaces de acometer grandes proyectos, para bien o para mal, porque siguen una idea materializada en un libro: La Biblia, El Corán, Mein Kampf… De la misma manera, en el pasado remoto los grupos de sapiens se organizaron alrededor de unos mitos y creencias. Eso les permitió superar las situaciones en las que los neandertales sucumbieron.

Pero la capacidad de contar historias, o fabricar mitos, tiene que ver con las características del lenguaje en el que se realiza la comunicación. Éste debe ser recursivo en el sentido definido por Noam Chomsky, es decir, el lenguaje debe admitir “estructuras anidadas” exactamente como hacen los narradores en una novela para contar lo que dicen los personajes, o el diccionario para poner ejemplos de la palabra que acaba de definir. Un idioma más sencillo, plano por así decirlo, puede servir para organizar una cacería en grupo o decir dónde hay agua o fruta, pero no permitiría planificar a medio o largo plazo.

Grupo de arqueólogos del Paleolítico medio, no ellos sino su objeto de estudio… Joao Zilhao con sombrero, e Ignacio Martín Lerma a la derecha (realmente, tendría que haber puesto la foto un par de secciones más arriba…). La escena es en Ricote (Murcia) y yo no salgo porque alguien tenía que echar la foto.

La teoría es atractiva, sin duda, pero no la comparto. Yo creo que los neandertales tenían un mundo simbólico profundo y eso es difícil de llevar sin un lenguaje complejo y recursivo. Además de las evidencias aportadas en la sección anterior, mi particular interpretación de algunos útiles líticos me permite afirmar que, incluso, Homo heidelbergensis hacía juguetes para sus niños y tenía sentido del humor. Bueno, esto lo digo yo que no soy un profesional de la Antropología… pero tampoco estoy limitado por los paradigmas imperantes. Espero que en algún momento no muy lejano, llegue a estas mismas conclusiones la ciencia oficial (o mainstream scholars, como diría Giorgio A. Tsoukalos, uno de mis magufos favoritos).

Algo de lectura

He mencionado unos cuantos libros, pero en un tema como éste se quedan obsoletos en cuatro días, con la excepción de los que tratan de industria lítica (aquí no suele haber sorpresas).

En primer lugar, «Los neandertales» de Antonio Rosas, investigador del CSIC y del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Conocí a Antonio Rosas durante el breve tiempo que estuvo vinculado al yacimiento paleontológico de Quibas (Abanilla). Su librito da un panorama muy resumido de lo que se sabía, o se pensaba, alrededor de 2010. Mucho más reciente y extenso es el best seller de Rebecca Wragg Sykes «Neandertales» . Estoy seguro de que con él resolveré un buen puñado de mis lagunas sobre los descubrimientos más recientes en materia de neandertales, pero voy leyendo muy despacio (son más de 400 páginas).

Tres libros amenos sobre los neandertales, cada uno en su estilo.

Una de mis recomendaciones para el verano fue el libro «La prehistoria en la mochila» de Ignacio Martín Lerma publicado este mismo año por Aguilar. Como ya lo he leído, haré una breve reseña.

En forma de una vuelta a la Península Ibérica, un joven neandertal llamado Sepik visita distintos lugares que hoy día son destacados yacimientos arqueológicos buscando una nueva zona en el que poder establecerse con su clan. Sin embargo, en todos los lugares por donde pasa las comunidades están igual de mal o peor. Cuando regresa a Cieza en compañía de Omati, una cromagnona de la que se ha enamorado, no puede ofrecerle a su clan un nuevo hogar, pero sí que puede enseñarles formas alternativas de explotar los recursos a su alrededor gracias a todo lo que ha aprendido durante su viaje.

Pala para mayonesa” del Abric Romaní, reconstrucción basada en el molde que dejó la pieza original de madera.

Con alguna licencia literaria, como el uso de leguaje recursivo por parte de los personajes, Martín Lerma logra integrar en su relato todas las peculiaridades de cada uno de los yacimientos visitados, incluida la “pala para mayonesa” del Abric Romaní, el dramático canibalismo en El Sidrón, o la bellísima interpretación de las manos de Maltravieso. Ojo, otro spoiler: los malos del libro son los neandertales del Boquete de la Zafarraya. Espero que esto último no les siente demasiado mal a mis amigos de la Axarquía, Amalia y Juan.

Epílogo

Hemos visto que, al final, los neandertales no eran muy distintos de nosotros. El mestizaje entre neandertales y sapiens, establecido por el análisis de los genomas, ha permitido que podamos verlos incluso como nuestros antepasados. Puede que la especie, o estirpe, neandertal haya desaparecido, estrictamente hablando, pero una parte de ellos sigue viviendo en nosotros.

Mi YO hipster-neandertal. Imagen generada por un software en el Museo de Historia Natural de Viena, en 2020.

Libros para el verano

Foto realizada por Tere Coronado

Cuando llegan las vacaciones de verano (mejor dicho, de agosto), entre los muchos propósitos que tengo, el más factible es el de disfrutar de buena lectura. Y si debo preparar el equipaje para pasar algunos días en la playa o de viaje, siempre echo unos cuantos libros a la antigua usanza, es decir, en papel (también me llevo el libro electrónico, pero lo reservo principalmente para lecturas obligatorias que no vale la pena tener impresas). Pensando en lo que me llevaría, en lo que estoy leyendo y en lo que aún tengo pendiente, he preparado este post con mis recomendaciones de libros para el verano.

Versión original

Desde hace muchos años me autoimpongo la lectura de libros en inglés o francés como forma de mantener y ampliar el conocimiento de esas lenguas. Los libros de los que voy a hablar en esta sección están en inglés, pero se pueden encontrar también en español, no siendo por ello menos recomendables.

El clásico de Edward Gibbon, The History of the Decline and Fall of the Roman Empire (Historia de la decadencia y caída del Imperio Romano), es considerado como una de las mejores muestras de prosa inglesa. Mi ejemplar es, en realidad, una edición abreviada, a pesar de lo cual nunca he conseguido acabarlo… por eso es mi eterno libro de verano y me acompaña siempre en vacaciones. Una pregunta fundamental ¿qué interés puedo yo tener el los romanos? Al igual que no hace falta estar interesado en la literatura para que te enganche un análisis literario de Jesús G. Maestro por YouTube, la manera en la que Gibbon escribe despierta la curiosidad sobre hechos tan remotos en el tiempo. Pero hay algo más, que resulta inquietante… quizás esas páginas escritas hace más de dos siglos contengan las claves de la decadencia y el fin de Occidente.

Un relato corto de Lovecraft puede leerse en un solo día de vacaciones, en un rato incluso, si no es de los más largos. Eso hace de este volumen de más de 800 páginas titulado Necronomicon (nombre de un grimorio atribuido a Lovecraft) una buena compañía para las vacaciones. El particular universo de Lovecraft, los sucesos extraños que ocurren siempre alrededor de Arkham, los expertos de la Miskatonic University que acuden a estudiarlos… Contiene algunas ilustraciones, siendo la de la portada el inimaginable Cthulhu. Una pega debo poner al criterio de los editores de esta recopilación de relatos: no incluye mi favorito Polaris. Quizás es que no es suficientemente weird.

El autor de la famosa Una breve historia de casi todo Bill Bryson escribió este librito de viajes por Europa donde entrelaza sus recuerdos de mochilero con una revisión casi 20 años después de los lugares visitados. El título Neither here nor there se traduciría por «Ni aquí ni allí». Sus páginas están llenas de anécdotas, pero sobre todo, de ironía… Sí, me temo que ya lo he leído, pero volvería a hacerlo con gusto este agosto. El libro en sí mismo no es una guía de viaje, pero contiene informaciones interesantes que pondré en práctica cuando visite (o regrese) a los lugares descritos.

Para los que tenemos mala cabeza y al cabo del tiempo terminamos confundiendo a los hunos con los hotros, una lectura entretenida y liviana sobre la historia de la humanidad puede devolver algo de orden a nuestra memoria. Ernst H. Gombrich es el autor de una famosa Historia del Arte. El libro que estoy leyendo, A little History of the World (Una pequeña Historia del Mundo), fue escrito pensando en un público joven, por no decir infantil. Por eso se centra en un limitado número de acontecimientos, además de estar escrito en un inglés muy sencillo (la edición original fue publicada en alemán).

Conocer mejor la Región de Murcia

Si tengo que estar en la Región de Murcia en verano prefiero que sea cerca del mar. Afortunadamente nuestra costa mediterránea tiene muchos rincones casi vírgenes que sólo pueden ser accedidos a pie. La parte del GR 92 (sendero de Gran Recorrido) que atraviesa la Región es especialmente indicada para recorrer la costa, y resulta conveniente tener una guía en papel cuando los móviles pierden la cobertura. El Camino del Mar Mediterráneo, escrito por el incombustible Lázaro Giménez y tres colaboradores, es el libro que no faltará en mi mochila de playa.

Joaquín Abenza Moreno es muy conocido en Murcia por su programa radiofónico El Último Peldaño (Onda Regional de Murcia) dedicado a los misterios y lo inexplicable… de momento. Este librito titulado 50 Lugares Mágicos de la Región de Murcia, reúne un buen puñado de lugares misteriosos repartidos por nuestra región, bastantes de los cuales no conocía. Entre los que sí conozco, agradezco mucho que estén incluidos algunos del Valle de Ricote, como la casa Eiffel de Ulea, el Salto de la Novia y la leyenda de la cruz del Ope.

Los libros de mis amigos

Este año varios amigos han publicado libros. Me consta que este book boomer se debe a la pandemia de COVID… Yo mismo escribí un libro sobre mi asignatura de matemáticas «aprovechando» el confinamiento, disponible libremente en pdf (si tienes muchísima curiosidad está aquí). Pero mis amigos escriben mucho mejor y para un público más amplio. La Prehistoria en la Mochila, de Ignacio Martín Lerma cuenta las andanzas de Sepik, un joven neandertal que hace un viaje alrededor de la Península Ibérica, parando en los yacimientos más destacados de nuestros, no tan lejanos, «primos». El relato incorpora todo lo se sabe (o se sospecha) de los neandertales hasta la fecha, pero no puedo decir mucho más hasta que lo lea.

Un Calamar disfrazado de Caracol es la primera entrega de las aventuras de John Cánovas O’Malley, hijo estadounidense de padre murciano y madre americano-irlandesa, paleontólogo de formación y espía por coyuntura durante la Segunda Guerra Mundial. Marcial de la Cruz Martín, creador del personaje, es compañero de la Asociación Cultural Paleontológica Murciana, así que lector avezado reconocerá belemnite y ammonite en el título del libro, por si el diseño de la portada no fuera suficiente.

Como estoy hablando de mi verano, no podía faltar aquí Introduction aux méthodes de Baire, el último libro de Gilles Godefroy, que pienso disfrutar al igual que los otros. El teorema de Baire es una potente herramienta en Matemáticas que permite demostrar la existencia de ciertos objetos sin necesidad de construirlos explícitamente… y hasta aquí puedo leer, que decían en un famoso programa de la tele. Los profesores seguimos estudiando toda nuestra vida, pero si se hace en libros bien escritos, como éste, mucho mejor.

Una promesa…

Después del verano incorporaré una nueva línea al blog donde hablaré de libros que que me gustan o son relevantes para el conocimiento de los temas que trato.

¡Qué aproveche la lectura!

PD: No tengo ningún beneficio económico por las recomendaciones hechas en este post.

Las librerías de Francia

Supongo que los primeros posts tienen bastante de autojustificación y aún no sé cómo empezar de otra forma… Cuando comenté a mis amigos que iba a poner en marcha un blog algunos me dijeron que eso ya no se lleva. Que es mucho mejor un canal de YouTube o TikTok, y basar la comunicación en vídeos porque la gente ya no lee. Ciertamente, es un argumento de peso, y si antes tenía alguna duda, ya ha desaparecido completamente: nada de vídeos. Voy a seguir escribiendo, porque este blog es para la gente que lee, aunque seamos cuatro gatos mal contados. Tengo mucho respeto por los profesionales que graban y publican tutorials, particularmente los de fontanería casera. Pero lo siento mucho, sin lectura no hay cultura. Aunque el papel va siendo progresivamente reemplazado como soporte, la salud de sus librerías sigue siendo un buen indicador del desarrollo de una sociedad. Para explicar esto mejor, un ejemplo, librerías de España contra librerías de Francia. Lo siento de nuevo, aparte del fútbol, Francia va por delante también en esto.

Las mil y una noches, comprada en la Librería de Mariano, mejor sin sobrecubierta

Un pueblo no muy grande como Archena, hasta los primeros años de este siglo tenía una librería. Digo bien, librería, no una papelería que ofrece unos pocos libros, particularmente los anunciados en la tele. La Librería de Mariano era prácticamente una cueva, por la poca luz que entraba y lo angosto de sus estanterías repletas de libros. Todas las colecciones: Austral, Alianza, Destino, Alfaguara, algún Gredos, diccionarios enciclopédicos Sopena… Ahí compré mi primer ejemplar de Las mil y una noches (tengo unos cuantos… quien conozca esta compilación de historias lo entenderá perfectamente). Mariano «el Librero» (que en realidad no se llamaba Mariano, cosas del marketing, supongo) atendía con una levita gris y asesoraba diligentemente sobre cualquier libro que se le preguntara. Ha llovido bastante desde que Mariano se jubiló y traspasó el negocio con la condición de que conservara el nombre. Y así ha sido: la todavía llamada Librería de Mariano, ahora al otro lado de la calle y en un local mucho más luminoso, decora su escaparate con los libros de la tele y regalos de primera comunión. Otras librerías de la Región han corrido peor suerte, como Yerba en Murcia o Escarabajal en Cartagena. Incluso el emporio Diego Marín ha tenido que reducir sus locales a sólo dos: la clásica González Palencia y la «juguetería» sita en el polígono El Tiro. Cierto es que han aparecido comercios nuevos, como Casa del Libro o las secciones de libros en grandes superficies, pero su política anti-fondos me impiden considerarlas librerías sensu stricto.

Le Somail (foto tomada de micrucerofluvial.com porque es mejor que las mías)

Mientras que en España hay centros comerciales donde no se venden libros y pueblos sin librería, en Francia se pueden encontrar librerías sin pueblo. El Canal du Midi, en su recorrido desde Toulousse hasta el Mediterráneo ofrece numerosas estampas bucólicas y rincones singulares. Uno de ellos es Le Somail, que no llega a la categoría de pueblo y se queda en aldea (hameau, en francés). Un puente de piedra sobre el Canal, el centro vital de este caserío, desde el que se observa el embarcadero, una terraza al aire libre donde degustar los vinos del Languedoc, y una sorprendente librería. Ya antes de entrar en la Librairie Ancienne, hay que esquivar mesas con libros viejos o dañados a precios económicos. Un pasillo relativamente largo atestado de libros hasta el alto techo conduce a una enorme sala rectangular con dos alturas y exposición en el centro. La foto lo explicará mucho mejor que yo.

La apoteosis de los libros en la Librairie Ancienne du Somail

Dos advertencias. En primer lugar, la librería de Le Somail es esencialmente una librería de viejo (para ser justos, tendría que haber mencionado el mítico Bazar del TBO en mi repaso a Murcia). Una librería moderna ofrece lo que se ha publicado en los últimos años, una librería de viejo ofrece lo que se ha publicado en los últimos siglos. No hay comparación. En segundo lugar, la mayor parte de los libros están en francés. Recomiendo el conocimiento de esta lengua de cultura que nos abre las puertas a una infinidad de obras interesantísimas que nunca se traducirán al español por motivos más que obvios.

Una calle de Montolieu

Remontando el Canal du Midi, que es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, llegamos a la amurallada Carcassonne, también Patrimonio de la Humanidad y tal… y a menos de 20 km de allí está Montolieu, uno de los varios Villages du Livre que tiene Francia. Más de 15 librerías (como el número puede fluctuar os dejo este enlace), y alguna con varios pisos, en un pueblo que se recorrería en menos de diez minutos. No hace falta decir que a Montolieu no se va a disfrutar de sol y playa. Aún así, recibe muchos turistas en verano, diría que bastantes más que Urueña, su villa homóloga en España. Os sugiero, como actividad instructiva de vacaciones, efectuar la comparación de Montolieu, Canal du Midi y Languedoc, con Urueña, Canal de Castilla y Ribera de Duero. Para que haya una mención a las piedras, cerca de Carcassonne y Montolieu está Salsigne, en cuya mina a cielo abierto se explotó hasta 2004 el oro contenido en las piritas arsenicales.

Son muchos años yendo a Francia y he desarrollado una serie de rituales alrededor de los libros. Por ejemplo, cuando paso por París siempre visito la Gibert Joseph del Boulevard Saint-Michel. Pero no quiero aburrir al lector con más recuerdos de librerías francesas. Para acabar este post lo mejor que se me ocurre es una despedida con estilo… no la mía, sino la una librería gala en el momento de su cierre. Sí, también cierran librerías en Francia. Esta nota la encontré en 2016 en un escaparate de Saint-Martin-de-Crau, en esa peculiar región taurina conocida como La Camarga. La foto no es muy buena porque la hice de noche.

A continuación la traducción de la nota:

Con pesar, la librería cerrará sus puertas definitivamente.

Antes de irme quiero agradecer a mis amigos lectores y a todos aquellos que me han ayudado y apoyado durante estos siete años.

Doy las gracias a todos aquellos y todas aquellas que han permitido la existencia de este pequeño comercio local.

Gracias por vuestra amabilidad, vuestra confianza y vuestra simpatía.

A los otros, los internautas y compinches, que permiten que las grandes corporaciones de siempre se enriquezcan, les diría que ya no es necesario quejarse de que el comercio (del centro) del pueblo se está muriendo.

Una página pasa para dejar sitio a otra historia

El libro que hemos escrito juntos está lleno de bellos encuentros, de buenos momentos y de gente maravillosa que están grabados en mi memoria para siempre.

Nada de rabia, nada de resentimiento, ni de rencor, sólo la preocupación por el porvenir de nuestro comercio local.

Marjorie 

Adenda 5/01/2023

En el año y pico que lleva este post publicado han ocurrido varias cosas significativas. En primer lugar, el interesante comentario del Sr. Cabrera que pueden leer abajo. En segundo lugar, decir que entre los artículos que publica el XLSemanal de Vocento, que en Murcia se vende con La Verdad, apareció un artículo de Isabel Coixet con una referencia implícita a Montolieu y más recientemente uno de Arturo Pérez Reverte mencionando la librería Gibert Joseph de París. Finalmente, para alegrar a los lectores murcianos, no dejen de visitar la librería Mandrágora. De haberla conocido antes, este post no hubiera resultado tan pesimista.

Adenda 17/12/2023

Debe de resultar llamativo para el viajero encontrar un monumento a la entrada de Blanca (Murcia) que se refiere a la población del Valle de Ricote como «Villa del Libro». Para los que conocemos algo el lugar, más que llamativo resulta extraño. Por eso no sorprende en absoluto que Blanca no aparezca en ningún listado o reportaje sobre las Villas del Libro patrias. Tras indagar un poco en el asunto, parece que se trata de uno de esos habituales brindis al sol de la política española, a los que algún día dedicaré un post. Los detalles son incluso más sórdidos: me cuentan que una bienintencionada vecina donó su biblioteca personal al ayuntamiento, y que los libros ensartados en alambres, fueron usados a modo de guirnaldas por las calles de Blanca. El cielo, enfurecido por la afrenta, llovió esa misma noche poniendo fin al «despliegue cultural».

Foto del monumento en Blanca (tomada de la prensa), cuya instalación se remonta a 2009.