Libros de Mineralogía

En esta época en la que cualquier duda, sobre todo si es técnica, lo primero que se hace es acudir a Google (yo mismo lo hago sin ir más lejos) parece ocioso dedicar un post a libros de Mineralogía. Difícilmente un libro puede reemplazar a la cantidad de información instantánea que proporciona Internet. Sin embargo, este conocimiento a demanda tiene sus inconvenientes y sus peligros. Para empezar, suele proceder de un corta-pega de otras fuentes de información no debidamente citadas o contrastadas: internet crece demasiado rápido para reparar en tales cosas. La estructura ramificada propia de la web es estupenda para clasificar información, pero no para adquirir conocimiento sistemático sobre un tema. Así pues, si desean saber sobre minerales, para mí no hay nada mejor que empezar leyendo Libros de Mineralogía.

Mi primer libro de minerales, estrictamente hablando (Pequeña Biblioteca Daimon).

Disclaimer. Me reprocharán mis lectores que el post anterior también contenía la palabra «libro» en el título. Se acerca el fin del curso y crece el volumen de trabajo en la Universidad. Por ese motivo hago este post a partir del material que tengo más a mano: mis propios libros de Mineralogía. Para cada libro daré las referencias del ejemplar que dispongo, si bien pueden existir numerosas ediciones del mismo. Por otra parte, las ausencias que noten los lectores son también ausencias en mi biblioteca, por lo que agradeceré las aportaciones en los comentarios.

Mineralogía como ciencia

Incluimos aquí los tratados de Mineralogía o cursos de nivel universitario para la formación de expertos en el tema. Suelen dedicar una gran extensión a las propiedades generales de los minerales, química y cristalografía, así como la génesis de los yacimientos minerales. En la parte descriptiva tratan las especies minerales más habituales con énfasis en las características que permiten determinarlas. Las fotos no suelen ser el punto fuerte de este tipo de libro. La información sobre localidades para cada mineral se centra en unos pocos lugares a nivel mundial.

Manual de Mineralogía de Dana / Hurlbut-Klein

Tercera Edición – Editorial Reverté – 1988

Mi Dana, lo tengo desde 1988.

En la primera impresión uno pude sentirse desconcertado con ese «de Dana» incluido en el título. La explicación la encontramos en el título en inglés «Manual of Mineralogy (after James D. Dana)» que se corresponde con la edición 19 en USA. La primera edición del Manual de Mineralogía de James Dwight Dana data de 1848. Desde entonces ha sido revisado y reescrito por diferentes autores, pero Dana pasó de autor a ser parte del título a medida que se ha ido diluyendo la obra original. Actualmente va por la edición 23, ha cambiado de Mineralogy a «Mineral Sciencie», y Cornelius S. Hurlbut Jr. fallecido en 2005 ha salido del elenco, entrando Barbara Dutrow. Reconozco que no he tenido ocasión de revisar en detalle las nuevas ediciones, pero supongo que sigue siendo una obra muy recomendable de iniciación y consulta. Una anécdota, me compré también la segunda edición española porque dejaron de incluir en las siguientes los ensayos con llama.

Tratado de Mineralogía / Klockmann-Ramdohr

Segunda Edición – Editorial Gustavo Gili – 1955

Naturalmente, con esos apellidos se trata de una obra traducida.

Monumental obra de más de 700 páginas en letra apretada que constituye el manual más extenso de Mineralogía publicado en nuestra lengua. Por eso opino que todo mineralogista que se precie debe de tenerlo en su biblioteca. Poco menos de la mitad del libro está dedicado a la teoría general, lo que destaco para que se note la diferencia entre este tipo de libros y las guías. La parte sistemática se podría decir que es exhaustiva (más de 2000 entradas en el índice alfabético), si bien los minerales menos frecuentes son descritos en un tipo de letra aún más pequeño, y los minerales raros aparecen como comentarios.

Manuel de Minéralogie Descriptive – Bétekhtine

Editorial MIR – 1968

Lo encontré en un local de la calle Libreros de Madrid.

El manual de Anatoly G. Bétekhtine (cosas de la transliteración del ruso al francés, en otros idiomas aparece como Betekhtin) podría decirse que es el «Dana ruso». Cubre contenidos similares, pero a veces proporciona información complementaria, como la relativa a conductibilidad eléctrica (un ensayo que cualquier aficionado puede realizar con pocos medios). La información que contiene sobre el origen de cada mineral es, en general, más detallada que la del Dana. Lamentablemente, a la hora de describir yacimientos, los Urales quedan demasiado lejos.

Les Minéraux / Boulliard

Editorial CNRS Éditions – 2016

Un recuerdo que me traje de mi última visita a París.

Es un libro curioso: no es exactamente un tratado de Mineralogía, pero tampoco se puede decir que sea una simple guía de minerales porque contiene mucha información para el estudioso. Está escrito desde el punto de vista de los minerales como objeto de colección y, de hecho, dedica algunos capítulos al coleccionismo de minerales como actividad reglada. En particular, se discute la rareza de ciertos especímenes, su valor relativo, la posibilidad de su falsificación y la conservación si son minerales delicados o inestables.

Guías de Minerales

En comparación con los tratados de Mineralogía, las guías de minerales son más livianas en la parte científica general. Su aspecto más interesante es que están ilustradas con una o varias fotos de cada uno de los minerales que describen. Si la guía pretende ser «de campo» las fotos tratan de reproducir las características más habituales de cada mineral, incluyendo el aspecto de la fractura en aquellos casos en los que el mineral suele presentarse masivo. Otras guías presenta fotografías de piezas de museo, de calidad inaccesible para el modesto aficionado, o fotografías muy ampliadas si se trata de mostrar cristales de especies raras.

Guía de Minerales Grijalbo / Mottana-Crespi-Liborio

Editorial Grijalbo – 1989

Uno de los libros de más ayuda para el coleccionista novel.

Siempre he dicho que la guía de Grijalbo (editorial que la publica en España, pero también existen ediciones en inglés y, por supuesto, italiano su idioma original) es la única que presenta los minerales tal y como uno se los encontraría, salvo raras excepciones, por lo que es de gran valor para reconocimiento visual. Además de minerales (más de 270 descritos), lleva una sección de rocas que sería aprovechable como guía de campo si las rocas fueran más sencillas.

Guía de Minerales Omega / Chaumeton

Editorial Omega – 1989

Los minerales como dificilmente los encontrarás en el campo.

Se trata de una guía de gran calidad, como suele ser habitual en la editorial Omega, con un claro sesgo hacia los ejemplares cristalizados, preferiblemente en cristales individuales, por lo que es recomendable para los coleccionistas de micros. Buenas fotos y la información necesaria de los más de 280 minerales descritos.

Encyclopédie des Minéraux / Kourimsky-Tvrz

Editorial Gründ – 1981

Lo encontré en una librería de viejo en Burdeos.

Normalmente desconfío de los libros llamados «enciclopedia de algo». Esta obra, publicado originalmente en checo tiene la mayor parte de sus fotos en blanco y negro. Sin embargo, la descripción de cada mineral es un ejercicio de erudición, destacando la información de tipo histórico, etimológico o geográfico, hasta tal punto que he dudado de poner este libro en la sección anterior. La mayor parte de los ejemplares fotografiados están en el Museo Nacional (Checo) de Praga, cuya visita recomiendo.

La Enciclopedia de los Minerales / Korbel-Novák

Editorial Libsa – 2004

Me pareció una adquisición razonable en una librería de Granada.

Al igual que el anterior, fue publicado originalmente en checo. Se trata básicamente de una guía fotográfica de más de 600 especies minerales. La descripción de las propiedades físicas de cada mineral es telegráfica, pero la información sobre origen y yacimientos, aunque breve, merece la pena.

Libros dedicados a los minerales españoles

Es normal que cada país (región o distrito minero) dedique de vez en cuando una monografía a mostrar la riqueza mineralógica de su subsuelo. Este tipo de obra es sumamente adecuada para el aficionado que gusta de salir a recoger sus propios ejemplares porque proporciona información de tipo local. Dispongo de guías de minerales de algunas provincias españolas, que son muy interesantes en este sentido (cuanto más pequeña la escala, mejor para el buscador), pero no las incluiré aquí. En cuanto a los libros dedicados a los minerales de España, iré en orden cronológico.

Minerales de España / Calderón

Facsímil editado por la SEM de la obra publicada en 1910, dos volúmenes.

Regalo de un buen amigo.

Salvador Calderón realizó la primera monografía dedicada a recoger sistemáticamente las citas de minerales en España. Antes del «Calderón» sólo había índices de concesiones mineras junto con el metal que se beneficiaba. Es una obra monumental y fundamental, donde se mencionan algunos hallazgos antiguos que no han podido confirmarse hasta la fecha (minas desaparecidas, ubicaciones ambiguas…), dando a la Mineralogía un cierto halo de misterio.

Introducción a los Minerales de España / Galán-Mirete

Editorial del IGME – 1979

Mi compañero en cientos de miles de kilómetros hechos en un Renault Clío 1.9D.

Era evidente que tras 60 años, la recopilación hecha por Calderón necesitaba una actualización. Ésta vino de la mano de Emilio Galán y Salvador Mirete, una obra fundamental que se titulaba modestamente «introducción». Ya hablé en un post anterior del «Mirete» como mi guía de viaje durante muchos años y kilómetros. Se le puede reprochar que muchos de los ejemplares fotografiados son masivos o feos (según estándares actuales de «vitrinología») pero el mapita de distribución acompañando a cada mineral permitía organizar los viajes con eficacia.

Minerales de España / Mollfulleda

Editorial Carroggio – 1999

Se me apareció en la librería González Palencia de Murcia.

Este libro supone un punto de inflexión en la divulgación de la mineralogía española. Se concede más importancia a la belleza de los ejemplares y la calidad de la fotografía, añadiendo a la ciencia una dimensión artística. Pero también, al mismo tiempo que Joaquim Mollfulleda presenta los minerales tal como empiezan a ser del gusto por los coleccionistas (atrás quedan las colecciones de «Gabinete de Historia Natural»), Internet gana la partida a los libros. Las localidades citadas en el libro son las que se discuten en los foros temáticos.

Atlas de Minerales de España / Calvo-Rewitzer

Editorial Prames – 2022

Casi recién salido de la imprenta…

Monumental catálogo fotográfico de todas y cada una de las especies minerales encontradas en España hasta la fecha. Obviamente, la mayor parte de los minerales descritos son extraordinariamente raros y aparecen en pequeñas cantidades, por lo muchas de las ilustraciones son microfotografías. Además, Miguel Calvo es el autor de una obra sobre los minerales de España en varios volúmenes mucho más extensa que los libros descritos en esta sección, pero no la tengo en mi biblioteca.

Algún libro clásico

Los libros antiguos de minerales no son sólo un capricho de bibliófilo, sino que pueden contener información interesante que haya dejado de aparecer en libros modernos por algún motivo. Por ejemplo, determinados procedimientos de laboratorio para determinar minerales que ahora han sido sustituidos por la difracción de rayos X, o citas de ciertas especies en minas ya olvidadas.

Mineralogía / Brauns

Editorial Labor, segunda edición – 1935

Encontrado en la Feria del Libro Viejo de Murcia.

Este librito era uno de los pocos disponibles de minerales que había en la Biblioteca Municipal de Archena cuando la visitaba en mi juventud. La traducción al español realizada por el prestigioso geólogo Maximino San Miguel de la Cámara incorpora localidades españolas para las especies descritas, por lo que fue para mí como un libro de revelaciones (aún no conocía el Galán-Mirete).

Cours de Minéralogie / Lapparent

Editorial Librairie F. Savy – 1884

En una librería anticuaria de Madrid, aunque he visto un ejemplar recientemente en Salamanca.

Se trata de una obra clásica de la mineralogía, con excelentes ilustraciones de los cristales y cuyo texto apenas ha perdido frescura. Albert de Lapparent publicó también un resumido «Precis de Minéralogie» (Masson 1908 – para la 5ª edición).

Tratado de Mineralogía / Goizueta

Imprenta de Pedro Ortega – 1910

Bazar del TBO (Murcia), si no recuerdo mal.

Curioso libro con abundante información sobre métodos químicos para la determinación de los minerales, hasta tal punto que tras un rato de lectura uno termina preguntándose por qué no tiene un laboratorio.

Mineralogía / Calderón

Editorial Gallach – 1901

Creo que fue adquirido en una caseta de la Cuesta de Moyano (Madrid).

El gran Salvador Calderón escribió este librito, más de divulgación que manual o guía. Un buen número de páginas finales están dedicadas al proselitismo de la propia editorial Gallach que publicaría más tarde una Historia Natural, cuya parte dedicada a los minerales es bastante extensa (yo mismo tengo una edición de 1972).

Conclusión

Antes de que mi hermana me regalara el primer libro de Mineralogía propiamente dicho (primera foto del post) me las tenía que apañar con lo poco que contaran sobre minerales los libros de texto: pirita en Riotinto, galena en Linares y minerales de hierro en Ojos Negros… He aprendido mucho en los libros, por eso se merecían este pequeño homenaje. Aunque Internet es un recurso estupendo, su efecto principal es la sustitución del examen de las propiedades de un mineral que queremos determinar por una contemplación de fotos en busca de un parecidos razonables. Acaba así este repaso a los libros de Mineralogía, con la esperanza de que se sigan escribiendo y publicando, pero también con la inquietante paradoja de que lanzo mi petición desde un blog de Internet 😕

Historias tras un libro

El libro que motiva este post.

A veces, un libro puede contar más de lo que hay escrito en sus páginas. No hablo de leer entre líneas, sino de las historias que hay tras un libro. Incluso un libro de texto de Física tiene mucho que contar…

Una librería en Madrid

Hace bastantes años estaba interesado en algunas cuestiones de Mecánica Newtoniana para las clases de una asignatura que impartía de la desaparecida Licenciatura en Matemáticas. En una visita a Madrid me enseñan una librería científica extraordinaria: Aula de Documentación e Investigación. Un local en dos alturas impecablemente forrado en madera de la de verdad, con relieves tallados a buril alusivos a la temática científica, como fórmulas o cifras de pi, entre otros detalles. Allí fue donde encontré el libro cuya historia oculta estoy relatando: el primer volumen del Cours de Physique Générale de Bruhat (Masson & Cie, Paris 1955).

Concesionario de una marca de motocicletas, tras la desaparición de la librería.

El dueño de la librería, un señor de bastante edad con traje oscuro, estaba en una mesa explicando la resolución de un problema, creo que de Física, a dos estudiantes universitarios. Debía de haber sido ingeniero, y la librería un proyecto que llevó a cabo tras la jubilación. Las estanterías las había construido él mismo con todo el cuidado que uno puede poner para hacer un sueño realidad. Con su muerte en 2014, la librería acabó repentinamente. Los nuevos propietarios del local lo adaptaron a un uso muy diferente, pero respetando las estanterías que tantos libros habían llegado a acoger.

Le Cours de Physique Générale

Cuando busco un libro con un fin específico, suelo preparar antes una serie de tópicos que deberían ser tratados convenientemente en el texto. En otras palabras, el libro debe pasar un examen. En este caso, buscando un buen libro de Mecánica, uno de esos ítems a comprobar era el tratamiento de choques y percusiones. La obra de Georges Bruhat me sorprendió con una «teoría del martillo», donde además se analizaba el efecto de la percusión sobre la mano que lo agarra. Naturalmente, el libro se vino de Madrid conmigo y comencé a bucear en sus más de 700 páginas.

Explicación de la «Teoría del martillo» dentro de la sección dedicada a choques y percusiones.

No tardé demasiado en querer saber más sobre los restantes volúmenes del Cours de Physique Générale. Tras la Mécanique había otros tres, respectivamente: Électricité, Thermodynamique y Optique. Tampoco tardé mucho en buscarlos por internet en páginas de venta de libros antiguos y de segunda mano. Tenía la esperanza que esta obra serviría para cubrir el gran hueco (en sentido figurado, porque, literalmente, lo que me falta es espacio en las estanterías) entre el Alonso-Finn y el Landau-Lifshitz (el problema no es sencillo), así como para cubrir mis propias lagunas en algunos temas de la Física más clásica.

Dedicatoria del expropietario acompañando uno de los libros de Bruhat que siguió al de Mecánica.

Tuve ocasión de intercambiar algunos mensajes con el propietario de uno de los volúmenes del Cours de Physique Générale. Para él, el texto de Bruhat le resultaba anticuado. Lo había tenido que estudiar durante su época universitaria y no le tenía el cariño suficiente para conservarlo ahora que le faltaba espacio en casa. También me dijo que años después descubrió el las Lectures on Physics de Feynman, que habían sido para él una revelación sobre como entender y razonar la Física. Reconozco que yo también las tengo, pero no explican el martillo como lo hace Bruhat 🙂

L’École Normale Supérieure de Jeunes Filles

La famosa Escuela Normal Superior de París (ENS), donde se han formado las élites de Francia no siempre fue mixta. Seguramente, el significado de la egalité que presume la République por antonomasia no siempre ha sido el mismo. En su comienzo l’École Normale, ubicada en la rue d’Ulm, era solamente para alumnos varones, teniendo las mujeres su propio centro en Sèvres, en las afueras de París. Era la llamada École Normale Supérieure de Jeunes Filles. Allí es donde Georges Bruhat ejerció impartiendo su curso de Física a las estudiantes de segundo y tercer año. También allí se gestó su Cours de Physique Générale.

École Normale Supérieure de jeunes filles, en Sèvres (París).

La ENS femenina de Sèvres se fusionó con la masculina de rue d’Ulm en 1985, hace cuatro días. Pero tampoco comenzó a la vez que ella, ya que la ENS fue fundada en 1794 mientras que la sección femenina lo fue en 1881. No he podido comprobar la diferencia entre los programas de estudios ofertados en ambas escuelas en los tiempos de Bruhat, ni a qué carreras profesionales, además de la docente, daba acceso para las egresadas de Sèvres, pero debían ser diferentes cuando algunas mujeres intentaban acceder a Ulm y conseguían estudiar allí con un permiso especial. Ese fue el caso de Simone Weil (más famosa para el público general que su hermano André, matemático) y Simone de Beauvoir.

Resumen de legislación francesa, en el Memento Larousse (1925).

Existe cierta tendencia a pensar que la Revolución Francesa (1789) precedida por la Ilustración y l’Encyclopedie debía afectar a los derechos humanos por igual. Vemos que incluso los grandes pensadores, a los que debemos tanto hoy día, no podían liberarse completamente de los prejuicios de la sociedad en la que vivían. El texto arriba, tomado del Memento Larousse (1925), lo dejaba bien claro: la mujer, sin autorización de su marido o la justicia, es tan «incapaz» como un demente. Y así fue hasta julio de 1965 en el país que siempre miramos como ejemplo de progreso social. Por compensar un poco, del otro lado del charco, tenemos la Declaración de Independencia de USA, conteniendo frases como «…that all men are created equal…» , fue redactada por esclavistas. No podemos cambiar la Historia, pero, en cualquier caso, nos quedamos con la idea de que las chicas en Sèvres recibían una excelente formación en Física hacia los años 40 del siglo pasado.

La Shoah científica

Georges Bruhat fue nombrado director de l’École Normale Supérieure, tras el cese de  Eugene Bloch, de origen judío, por el gobierno colaboracionista de Vichy (Bloch murió asesinado en Auschwitz unos años después). Aceptar el puesto de director de la ENS no hizo la vida de Georges Bruhat más sencilla durante la guerra y ocupación alemana. Tras negarse a delatar a un estudiante que formaba parte de La Résistance, fue arrestado por la Gestapo en agosto de 1944. Georges Bruhat murió de una afección respiratoria en el campo de concentración de Sachsenhausen el 1 de enero de 1945. Sin embargo, el Cours de Physique Générale siguió publicándose hasta los años 60 con ediciones revisadas y aumentadas por físicos colegas de Bruhat como Alfred Kastler, premio Nobel en 1966.

Georges Bruhat, foto tomada de Wikipedia.

Vemos una de las pocas fotos de Georges Bruhat que pueden encontrarse por Internet. A pesar de su aspecto envejecido y triste, murió con apenas 57 años. Bruhat compartió su destino con el de tantos millones de judíos, aunque sin serlo. Cómo afectaron las leyes racistas nazis a la Ciencia es un tema que se podría decir interesante si no fuera porque el adjetivo parece ocultar la parte trágica. Recomiendo en particular la lectura del libro «Serving the Reich: The Struggle for the soul of Physics Under Hitler» del divulgador científico Philip Ball (Vintage Books, 2013).

Yvonne Choquet-Bruhat

Los Lancien, que quizás recordéis de Weekend en los Alpes, visitaron mi casa en Murcia. Tratando de destacar los numerosos libros en francés de mi biblioteca, al ver el Cours de Physique observaron que el inusual apellido Bruhat les sonaba por Yvonne Choquet-Bruhat. Ante mi desconocimiento, me dieron algunas coordenadas con la que cerraré este post. No obstante, para enlazar con lo dicho hasta ahora, lo primero a precisar es que Yvonne fue una de los tres hijos que tuvo Georges Bruhat con la profesora de Filosofía Berthe Hubert. Mencionemos que otro de sus hijos, François, también se dedicó a las Matemáticas (Grupos de Lie).

Yvonne Bruhat-Choquet en 2006, foto tomada de Wikipedia.

Pero mucho más reconocida ha sido Yvonne, née Bruhat en 1923, como dicen los franceses, aunque ella siguió usando su apellido familiar en forma compuesta tras el matrimonio. Comenzó sus estudios universitarios en la ENS de Sèvres en 1943. Se doctoró en 1951 con una tesis sobre existencia de soluciones para ecuaciones en derivadas parciales (EDPs) no lineales. Después realiza una estancia posdoctoral en Princeton, donde conoce a Albert Einstein que le explica, en persona, su Teoría de la Relatividad General. A partir de ese momento comenzaría a trabajar en los aspectos matemáticos de la Relatividad consiguiendo la primera demostración de la existencia de soluciones para las ecuaciones de Einstein.

Encabezamiento del artículo que dedicó El País a Yvonne Choquet-Bruhat hace tres años.

Los trabajos de Choquet-Bruhat han sido fundamentales para la detección, por primera vez en 2016, de las ondas gravitacionales. Ha sido la primera mujer en ingresar en la Academia de Ciencias de Francia en 1962, que décadas antes le había negado el acceso a Marie Skłodowska-Curie (casi nada…). Cuando se mira la biografía de Yvonne Choquet-Bruhat no me queda claro si se ha jubilado en algún momento, o no, porque hay reseñas de su actividad hasta fechas muy recientes. Ahora mismo tiene 99 años, y si su salud continúa igual de bien, el próximo diciembre cumplirá el centenario.

Cerrando el círculo

El apellido Choquet es familiar para quienes trabajan en Análisis Funcional y no era por casualidad la coincidencia: Yvonne se casó con Gustave Choquet en 1961. Es normal que un matemático produzca muchos teoremas a lo largo de su carrera, pero a un gran matemático se le suele relacionar con un sólo teorema que es la piedra angular de una teoría que él ha vislumbrado. En el caso de Gustave Choquet hay dos: su teoría de capacidades, que generaliza la teoría de la medida y tiene inesperadas consecuencias en Análisis Matemático; y su teorema de representación extremal, una herramienta de formulación tan sencilla como potente ¿A quién se le podría ocurrir que la representación de las soluciones de ciertas EDPs fuera lo mismo que la representación de un punto dentro de un triángulo como baricentro de masas repartidas en sus vértices? Por si no es obvio: a Choquet.

Yvonne y Gustave en 1974, foto de Wikipedia.

Por mi área de investigación, estoy familiarizado con los trabajos de Choquet y he usado sus resultados en alguna ocasión. Sus ideas siguen siendo motor de mi inspiración para obtener nuevos resultados en Convexidad (en algún momento me entretendré un poco más en esto en un post de divulgación). Gustave Choquet forma también parte de mi árbol genealógico matemático: fue el director de tesis de Gilles Godefroy, que a su vez dirigió a Robert Deville, que fue uno de mis directores junto con Gabriel Vera.

Conocido libro de Bob Phelps dedicado a la teoría de la representación extremal de Choquet.

Coincidí con Choquet en una Spring School de Análisis celebrada en Paseky (Rep. Checa) en 1997. El curso que dio allí fue un poco extraño, hablando de Neurociencia. Mi inglés no era suficientemente bueno para captar muchos detalles de lo que dijo, pero después he sabido que el tema fue motivado por las investigaciones de su hijo (con Yvonne, naturalmente) Daniel Choquet, conocido neurocientífico francés ¿no es curioso ver a tres generaciones de una familia de científicos notables? Además, cada uno en su especialidad. Volviendo a Paseky, en aquel congreso di mi primera conferencia sobre los resultados que estaba obteniendo en mi tesis doctoral. Tuve el privilegio de contar con Choquet como asistente y me dio algunos consejos al finalizar.

Foto con Gustave Choquet y Bernardo Cascales durante la Spring School en Paseky (1997).

Algún día hablaré de los muchos recuerdos que me trae esa foto, pero esa es otra historia (mi historia, realmente). Hoy ya me doy por contento, porque sólo quería hablar de las historias que hay tras un libro