Minerales de verano

Por primera vez en muchos años, este verano Tere y yo no nos hemos lanzado como locos a hacer miles de kilómetros buscando sitios nuevos, y más frescos que nuestra región. Una buena parte de las vacaciones las pasamos en Mazarrón, así que ha sido por esa zona donde he echado más horas de campo. Debo decir también que ha sido una exploración un poco desigual porque me he concentrado más en los minerales volcánicos, pero no lo suficiente como darle ese título al post (me reservo la idea para más adelante). Estos son mis minerales de verano 2023… si os gusta, haré los del 2022, que fue una campaña interesante.

Vista del Mediterráneo desde la mina de Bolnuevo.

Por la zona, la mayor parte de lo que pondré aquí ya fue tratado en Minerales de Mazarrón, pero algunos de los ejemplares conseguidos de este verano son mejores que los que ya tenía. También doy cuenta de un pequeño escarceo fuera de la Región de Murcia, a pesar de que fue escasamente productivo.

Entre andesitas y dacitas

Las coladas de andesita y dacita producto del vulcanismo neógeno ocupan kilómetros del término municipal de Mazarrón. En algunas zonas se pueden observar formaciones típicas como la disyunción columnar o grandes extensiones de coladas dando lugar a un terreno muy irregular llamadas malpaís.

Disyunción columnar en dacitas. Foto de Luis Arrufat.
El autor caminando sobre un malpaís en dacitas. Foto de Luis Arrufat.
Caralluma europaea, un pequeño cactus que crece sobre las andesitas y dacitas.

Entre los minerales accesorios destacan la andalucita, sillimanita, cordierita, sanidina, almandino, cuarzo y biotita. Estos minerales pueden aparecer en la propia roca volcánica, pero los mejores ejemplares están ligados a xenolitos, que son fragmentos de roca preexistente digeridos por el magma durante su ascensión. La distribución de los minerales es bastante desigual, así que es importante prospectar terrenos nuevos en busca de posibles sorpresas.

Cristales de andalucita, tal como aparecen en el campo.

Tuve la fortuna de descubrir una nueva zona excelente para la andalucita (aviso de que no es la que aparece en las dos primeras fotos). Por los lugares donde he buscado este mineral desde hace años era frecuente que los cristales mejor acabados fueran, en realidad, pseudomorfos, es decir, la andalucita se ha transformado en sillimanita, que tiene la misma composición pero cristaliza en fibras.

Masa fibrosa de sillimanita con granate.

En el nuevo yacimiento, la andalucita destaca por el tamaño y calidad de los cristales, aunque las caras son mates en general (no se puede tener todo). Las pseudomorfosis mencionadas antes son un poco menos abundantes, aunque hay también bastante sillimanita. Además, he vuelto a encontrarme allí con la andalucita verde, que no veía desde hace décadas.

Prisma cuadrangular de andalucita.
Agregado de cristales prismáticos de andalucita en forma de ramillete, con biotita. Esta pieza representa a la andalucita en mi colección actualmente.
Granate almandino sobre sillimanita masiva.

Volcanes de Tallante

También vulcanismo neógeno, algo más reciente, pero de composición y aspecto muy diferentes a las andesitas/dacitas de Mazarrón, son los basaltos que afloran en los Cabezos Negros de Tallante (técnicamente Cartagena, pero muy cerca de Mazarrón). La erosión hace que la lava libere algunos minerales en las inmediaciones de los antiguos volcanes. La roca volcánica es también responsable de un endemismo: el garbancillo de Tallante.

Panel informativo frente al mayor de los Cabezos Negros.

La visita merece la pena aunque no se tenga mucha afición a la Geología o al campo. A pesar de los millones de años transcurridos desde la última erupción (2,6 Ma), es posible observar restos variados del vulcanismo, tales como cenizas y bombas volcánicas. Éstas últimas demuestran que la erupciones fueron bastante violentas. Las lavas esponjosas, muy abundantes por los alrededores, no llegan a piedra pómez, pero han sido usadas tradicionalmente por su capacidad abrasiva.

Capas de cenizas volcánicas.
Bomba volcánica de considerable tamaño, con su forma típica de balón de rugby y estructura en capas concéntricas.

El basalto de Tallante arrastra xenolitos de rocas del manto, compuestos de olivino y hornblenda basáltica. Los mejores cristales, refiriéndome ahora a hornblenda y plagioclasa, aparecen embutidos en la masa basáltica, siendo la erosión nuestro mejor aliado para encontrarlos. El olivino, de momento no aparece en cristales, pero algunos de los xenolitos contienen granos de buen tamaño y color.

Masa de olivino en una brecha volcánica de Tallante.
Olivino masivo mostrando el grosor que llega a alcanzar el grano del mineral.
Cristal de hornblenda completo, una maravilla.
Otro cristal de hornblenda de gran perfección.
Cristal en matriz, para que pueda ser apreciado también por los «vitrinólogos».

Una de las sorpresas que ofrece el basalto de Tallante es la presencia de un feldespato más o menos transparente, aunque también lo hay blanco. Lo hemos clasificado dentro de la familia de las plagioclasas por la presencia de maclas polisintéticas, pero no podemos precisar su composición química exacta, si bien Arana et al. identifican el feldespato de Tallante principalmente como anortita, pero no descarto la albita, que produce piedras de luna.

Cristal de feldespato de considerable tamaño para lo que es habitual en los Cabezos Negros.
Cristal al trasluz mostrando la estructura polisintética como planos paralelos.
Fragmento redondeado de feldespato mostrando irisaciones tipo «piedra de luna». La pieza está mojada para compensar la imperfección de la superficie.
Tapizado verde de un mineral sin identificar sobre un xenolito de esquisto, «cocinado» en el basalto.

La mina de Bolnuevo

Frente a la playa de Bolnuevo, en la Sierra de las Moreras, hay una pequeña mina de cobre. Por la escasa ley de los minerales cobrizos, principalmente impregnaciones de crisocola, un silicato de cobre, es dudoso que la mina fuera alguna vez rentable. Mi hipótesis, a falta de información sobre la mina, es que los mineros trabajaran durante años buscando un filón de más rico en profundidad que no encontraron. Eso explicaría la magnitud de las labores y las dimensiones de la escombrera.

Sierra de las Moreras, con las Gredas de Bolnuevo en primer plano. Arriba se encuentra la mina de Bolnuevo distinguible por su terrera aislada.
La terrera de la mina de Bolnuevo, desde el camino de acceso.

Merece la pena el paseo hasta la mina para disfrutar del paisaje. Se puede usar en la aproximación la red de caminos que hizo con el propósito de urbanizar la ladera de la sierra, que afortunadamente no fue a más. Las últimas decenas de metros hasta la entrada principal son más complicadas debido a la desaparición del antiguo camino de los mineros.

Vista de la costa desde la entrada principal de la mina.

Las galerías son bastante seguras por la calidad de la roca alpujárride que atraviesan. Sin embargo, no puedo recomendar el adentrarse en la mina si no se hace en las condiciones adecuadas y acompañado de algún experto. Los mismos minerales que existen dentro de la mina pueden verse en las rocas de la escombrera exterior.

Galería con muro de refuerzo en piedra seca.
Mineralizaciones de secundarios de cobre, principalmente crisocola.
Roca con recubrimiento de crisocola.

Una escapada a Finestrat

Al comienzo de las vacaciones, Tere y yo nos fuimos a pasar unos días a Finestrat, un pequeño pueblo alicantino que, aunque está prácticamente pegado a Benidorm, vive al margen del bullicio de la playa. La geología alrededor del pueblo es espectacular, pero decidí limitarme a recorrer afloramientos del Keuper, que no requieren tanto esfuerzo físico en los calurosos días de verano.

El Puig Campana preside el pequeño pueblo de Finestrat.

En el mapa geológico, en el centro del mayor afloramiento de Keuper destaca una potente intrusión ofítica, que fue explotada por una cantera que da la impresión de llevar unos cuantos años abandonada.

Instalaciones abandonadas en una cantera de «pórfidos».
Roca ofítica con filoncillos de mineral.

Tras invertir un buen rato en la cantera y sin ver nada que me gustase, me cambié a los minerales de los yesos. No resulta difícil encontrar jacintos de Compostela y teruelitas, aunque de tamaño bastante limitado. Pero lo que más me alegró fue constatar la presencia de yesos magnéticos (yeso con alto contenido de magnetita que le proporciona magnetismo y color oscuro) como en el Keuper de Ulea.

Jacinto de Compostela, nombre tradicional que recibe el cuarzo rojo sangre del Keuper.
Yeso magnético.
Espectacular paisaje.

Alrededor de Cartagena

Más allá de Tallante, en dirección hacia Cartagena, está La Aljorra, cuyo volcán ha proporcionado minerales raros en pequeñas cantidades. La roca eruptiva de aquí ha sido clasificada como lamproíta, mineralógicamente diferente del basalto, a pesar de su apariencia bastante similar.

Rocas y maleza en el volcán de La Aljorra.

El mineral más evidente en la escala macroscópica es el ópalo. En su forma masiva, hay indicios de su uso como materia prima para industria lítica prehistórica. Hay bellos ejemplares de ópalo hialino en bolitas tapizando geodas.

Ópalo hialino.

Otra escapada hacia Cartagena, esta vez con mi amigo Manolo Morales, tuvo por objeto la visita de algunos lugares de la Sierra Minera. Notablemente, la playa del Gorguel, antes de comernos un buen caldero en Portmán. Lamentablemente no puedo mencionar muchos minerales de aquel paseo: la mala suerte y el calor se aliaron en nuestra contra.

Argiope lobata, araña muy corriente por estas tierras.
Puente en el camino a la playa del Gorguel: primero se pasa por encima y luego por debajo.
Playa del Gorguel, con su «arena pesada»… explicación en el siguiente vídeo.

Sin que sirva de precedente, me ha parecido oportuno incluir un vídeo demostrando el contenido en magnetita de la arena del Gorguel (grabado por Manolo Morales).

Si no funciona el audio, pulsar aquí.

Retorno a San Cristóbal

En veranos anteriores dediqué mucho tiempo a recorrer el coto de San Cristóbal y los Perules, llegando a recoger buenas muestras de las menas explotadas. Pero después de muchos paseos sin encontrar nada nuevo, salvo picaduras de avispa, dejé de lado el viejo coto minero… Hasta que los últimos días de agosto y con el regreso inminente a Murcia, quise disfrutar una vez más de ese paisaje fantasmagórico que forma parte de mi pasado y buscar rincones que no hubiera pisado antes.

Ruinas de las instalaciones de la mina San Antonio.
La mina San Antonio, cuando se encontraba en funcionamiento, tomada de una exposición de fotografías antiguas en el Puerto de Mazarrón.

En las inmediaciones de una de las minas que menos había visitado encontré una relativa abundancia de cuarzo, aunque de pequeño tamaño. Más curioso me resultó encontrar una pieza compuesta de bandas de blenda y siderita.

Drusa de cristales de cuarzo con siderita limonitizada.
Alternancia de franjas de blenda (oscura) y siderita (clara) con cuarzo (más claro).
Galena de Mazarrón… no es un mineral de este verano, pero tenía que incluirla.
Balsa de estériles totalmente consolidada por el tiempo y las reacciones químicas de los minerales… pero las autoridades, que son más sabias que nosotros, ven en ella una amenaza.

¡Hasta el próximo verano!

Hasta aquí llega mi crónica de los minerales de verano… esperemos que el otoño nos traiga el frío y buenas piedras.

11 opiniones en “Minerales de verano”

  1. Enhorabuena amigo, una vez más demuestras con tu prosa tu pasión por la naturaleza y por la mineralogía. Lástima que muchas veces este tipo de actividad se vea como una oportunidad para el mercadeo y la destrucción de muchos yacimientos. Algo muy distinto de lo que tu predicas con tu ejemplo.

    1. Muchas gracias Luis.
      Me alegro de que saques el controvertido tema. Desgraciadamente, hay mucha gente que quiere ponerle puertas al campo, incluso colegas nuestros. Siempre he dicho que el que quiera comerciar con los minerales del campo que se dé de alta como minero. Yo abogo por las buenas prácticas en la recolección de minerales y, a través de este blog, trato de divulgar lo que aprendo, que ya es bastante más de lo que hace algún talibán del patrimonio. Nada de esto tendría sentido si un futuro cambio legislativo me convierte en delincuente… Recibe un fuerte abrazo.

  2. Estupendo artículo, Matías. Sobre la plagioclasa de Tallante, no es extraño que Arana hablara de anortita. Lo suyo, puesto que son basaltos, es que sea plagioclasa cálcica, no sódica (albita), pues la sódica es propia de rocas ígneas más ácidas, según las series de Bowen. Lo que pasa es que igual no es el término más cálcico de la serie isomórfica de las plagioclasas (anortita), sino alguno menos cálcico, como bytownita o labradorita. Al menos esta última también tiene irisaciones tipo «piedra de luna».

    1. Muchas gracias Carlos.
      Te agradezco en particular que señales la importancia del quimismo del magma para optar por un tipo de feldespato u otro. Reconozco que no suelo prestarle demasiada atención aún siendo un tema muy importante en nuestra Región por la variedad de magmas que se presentan en el vulcanismo neógeno.
      ¡Un abrazo!

  3. Muchas gracias, Matías, por compartir estas excursiones, he disfrutado leyendo este artículo y de los ejemplares que presentas. Un abrazo.

    1. Muchas gracias Pedro.
      Ya ves que Mazarrón es un sitio donde difícilmente se puede aburrir un aficionado a los minerales… y eso que no podemos entrar en las minas serias 😉
      ¡Un abrazo!

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