Tres novelas y la vida

Tengo una biblioteca demasiado grande para la casa donde vivo y, seguramente también, demasiado grande para una persona. Muchos de mis libros no los he leído y posiblemente nunca llegue a leerlos completamente. Es normal: la mayor parte de ellos son de consulta y estudio. Libros donde se amontonan ciencia y hechos. También tengo algunos de ensayo y ficción, pero habitualmente los he considerado en una categoría inferior, porque por buena que sea la calidad de su redacción, son ante todo un producto de la imaginación humana. Pero a medida que me hago mayor, que acumulo recuerdos y vivencias, reconozco en algunas novelas un conocimiento de la vida que está muy por encima de su relato. La descripción de sentimientos o sensaciones, que yo mismo he vivido y que nunca hubiera sido capaz de poner en palabras. Tres novelas y la vida es un experimento en este blog y si os gusta habrá más.

La selección de libros está motivada por mis lecturas en los últimos cinco años, y no ha sido fácil dejarlo solamente en tres novelas. Debo decir que hay cierto sesgo hacia la literatura extranjera porque uso la lectura ociosa para mejorar mi conocimiento de las leguas inglesa y francesa (lamentablemente, me cuesta mucho ampliar el espectro). Así que los párrafos que incluyo están en versión original, con un intento de traducción fiel (no siempre posible) por mi parte. No obstante, los tres libros están disponibles traducidos al español.

The Sheltering Sky – Paul Bowles

Paul Bowles, un neoyorkino que debió sufrir del Mal d’Africa, que cantaba Battiato, porque vivió la mayor parte de su vida y hasta su muerte en Tánger. The Sheltering Sky (El cielo protector, literalmente) apareció en 1949, aunque sin duda es más conocido por la película homónima de Bertolucci de 1991, protagonizada por una inolvidable Debra Winger, el zumbado de John Malkovich y los increíbles paisajes del África Sahariana. El propio Bowles hace un pequeño cameo y pone su voz a algunos pasajes de su libro en el filme.

Comencemos con la explicación del título de la novela.

Before her eyes was the violent blue sky – nothing else. For an endless moment she looked into it. Like a great overpowering sound, it destroyed everything in her mind, paralyzed her. Someone once has said to her that the sky hides the night behind it, shelters the person beneath from the horror that lies above. 

Traducción: Ante sus ojos el violento cielo azul – nada más. Lo miró durante un momento interminable. Como un gran estruendo, destrozó todo en su mente, la paralizó. Alguien una vez le dijo que el cielo esconde la noche tras de sí, protege a la persona bajo él del horror que hay encima.

Un matrimonio norteamericano, Port y Kit, acompañados de un amigo, Tunner, desembarcan en un puerto del norte de África. Port se define a sí mismo como un viajero, por oposición a turista: no siente que pertenezca más a un sitio que a otro; no piensa que haya un lugar al que deba regresar. Una de las frases más famosas puesta en boca de Port es la siguiente (parte de ella va en mi estado de WhatsApp desde hace años):

Death is always on the way, but the fact that you don’t know when it will arrive seems to take away the finiteness of life. It’s that terrible precision that we hate so much. But because we don’t know, we get to think of life as an inexhaustible well. Yet everything happens only a certain number of times, and a very small number, really. How many more times will you remember a certain afternoon of your childhood, some afternoon that’s so deeply part of your being that you can’t even conceive your life without it? Perhaps four or five times more. Perhaps not even that. How many more times will you watch the full moon rise? Perhaps twenty. And yet it seems limitless.

Traducción: La muerte está siempre en el camino, pero el hecho de que no sepas cuándo llegará parece liberarnos de la finitud de la vida. Es esa terrible certeza lo que odiamos tanto. Pero como no sabemos, tenemos tendencia a pensar en la vida como un pozo inagotable. Y, sin embargo, todo ocurre un cierto número de veces, un número muy pequeño realmente. ¿Cuántas más veces recordarás una cierta tarde de tu infancia, que es una parte tan profunda de tu ser que no podrías concebir tu vida sin ella? Quizás cuatro o cinco. Quizás ni siquiera eso. ¿Cuántas más veces contemplarás la salida de la luna llena? Quizás veinte. Y aún así parece ilimitado.

El trío viaja por distintas poblaciones adentrándose en el desierto. Como consecuencia de una ausencia momentánea de Port y el exceso de champagne, Kit se acuesta con Tunner. La sospecha de que hay un secreto entre ellos hace que Port ponga en marcha una estratagema para separarse de Tunner. Conseguido su propósito y tras varios tumbos más, Port muere hacia la mitad de la novela (perdón por el spoiler) en condiciones terribles. Después, Kit se une a una caravana de beduinos que va hacia Tombuctú, mientras Tunner hace todo lo posible para encontrarla. Este párrafo es de las últimas horas de Port:

“He’s stopped being human”, she said to herself. Illness reduces man to his basic state: a cloaca in which the chemical processes continue. The meaningless hegemony of the involuntary. It was the ultimate taboo stretched out beside her, helpless and terrifying beyond all reason.

Traducción: “Él ha dejado de ser humano”, se dijo a sí misma. La enfermedad reduce al ser humano a su estado básico: una cloaca en la que continúan los procesos químicos. La hegemonía sin sentido de lo involuntario. Ese era tabú definitivo junto a ella, desamparo y aterrador más allá de la toda razón.

Hay que decir que el libro es mucho más crudo que la película. Bertolucci, que fue capaz de poner una jovencísima Eva Green en situaciones tan explícitas como las que aparecen en The dreamers, se abstuvo, sin embargo, de recrear los sórdidos detalles del pacto entre los camelleros.

L’étranger – Albert Camus

Cuando en 1960 se estrelló el coche en el que viajaba Camus, conducido por su editor, quedaron viudas dos esposas y cinco amantes, sólo por parte del Nobel de Literatura como se puede deducir de las informaciones de Wikipedia. Sin duda, Camus conocía bien la vida, antes de perderla, como Meursault, protagonista de L’étranger (El extranjero), según su vecino, el proxeneta Sintès. La novela apareció en 1942 mientras Camus estaba involucrado en La Résistance. La redacción de la historia con frases cortas ayuda a transmitir la indolencia del protagonista sobre todo lo que le rodea y acontece. El libro comienza de forma absolutamente demoledora:

Aujourd’hui, maman est morte. Ou peut-être hier, je ne sais pas. J’ai reçu un télégramme de l’asile : « Mère décédée. Enterrement demain. Sentiments distingués. » Cela ne veut rein dire. C’était peut-être hier.

Traducción: Hoy ha muerto mamá. O quizás ayer, no lo sé. He recibido un telegrama del asilo: «Madre fallecida. Entierro mañana. Lo acompaño en el sentimiento» Esto no significa nada. Pudo ser ayer.

Los sucesos ocurren en la Argelia francesa donde Camus nació y vivió. Meursault es un extranjero en su propio mundo. Contempla la vida con una mezcla de extrañeza e ingenuidad más propias del alienígena de Sin noticias de Gurb que de un ser humano.

C’étaient d’abord des familles allant en promenade, deux petits garçons en costume marin, la culotte au-dessous du genou, un peu empêtrés dans leurs vêtements raides, et une petite fille avec un gros nœud rose et des souliers noirs vernis. Derrière eux, une mère énorme, en robe de soie marron, et le père, un petit homme assez frêle que je connais de vue. Il avait un canotier, un nœud papillon et une canne à la main. En voyant sa femme, j’ai compris pourquoi dans le quartier on disait de lui que il était distingué.

Traducción: Había familias paseando, dos niños pequeños con trajes de marinero, los pantalones por debajo de la rodilla, algo incómodos en sus ropas rígidas, y una niña con un gran lazo rosa y zapatos negros brillantes. Detrás de ellos, una madre enorme, con un vestido de seda marrón, y el padre, un hombrecillo bastante frágil que conozco de vista. Llevaba un canotier (sombrero de verano plano), una pajarita y un bastón en la mano. Al ver a su mujer entendí por qué la gente del barrio decía de él que era distinguido.

El libro tiene dos partes separadas por el asesinato de un árabe a manos de Meursault. El absurdo que nos plantea Camus es que todo lo que ocurre en la primera parte ante el desinterés de Meursault, contribuye más a su sentencia de muerte que los disparos al árabe: comenzar una relación con María Cardona, ir con ella al cine a ver una película de Fernandel… pero sobre todo, el testimonio en el juicio del conserje del asilo sobre lo ocurrido durante el velatorio y entierro de la madre.

Il a dit que je n’avais pas voulu voir maman, que j’avais fumé, que j’avais dormi et que j’avais pris du café au lait. J’ai senti alors quelque chose qui soulevait toute la salle et, pour la première fois, j’ai compris que j’étais coupable.

Traducción: Dijo que no había querido ver a mamá, que había fumado, que había dormido y que tomé un café con leche. Entonces, tuve la sensación de que algo había revuelto a toda la sala y, por primera vez, comprendí que yo era culpable.

Meursault acepta la sentencia de muerte como quien acepta que no está en su mano si el día será soleado o lloverá. En su última noche antes de la ejecución recuerda que en el asilo le dijeron que su madre tenía una relación especial con otro de los residentes.

Pour la première fois depuis bien longtemps, j’ai pensé à maman. Il m’a semblé que je comprenais pourquoi à la fin d’une vie elle avait pris un « fiancé », pourquoi elle avait joué à recommencer. Là-bas, là-bas aussi, autour de cet asile où des vies s’éteignaient, le soir était comme une trêve mélancolique. Si près de la mort, maman devait s’y sentir libérée et prête à tout revivre. Personne, personne n’avait le droit de pleurer sur elle.  

Traducción: Por primera vez en mucho tiempo, pensé en mamá. Me pareció entender por qué al final de una vida se había echado un «novio», por qué había jugado a empezar de nuevo. Allá, allá también, alrededor de ese asilo donde se extinguían vidas, la tarde era como una melancólica tregua. Tan cerca de la muerte, mamá debe haberse sentido liberada y preparada para vivirlo todo de nuevo. Nadie, absolutamente nadie tenía derecho a llorar por ella.

Stoner – John Williams

De la existencia de este libro me enteré hace relativamente poco. Lo que primero despertó mi curiosidad fue saber que trataba de la vida de un profesor de universidad. Indagando un poco, supe que Stoner era considerada por la crítica como una novela perfecta (o “redonda”), aunque el reconocimiento le llegó bastante después de su publicación en 1965. Recoge la vida de su protagonista, William Stoner, desde que entra en la universidad, para estudiar ingeniería agrónoma inicialmente, hasta su muerte como profesor de Literatura inglesa antigua. Una parte relevante es su matrimonio, condenado al fracaso desde el minuto uno. El párrafo siguiente hace alusión a los deseos de su mujer de tener familia.

Although the next two months were the only time of passion William and Edith Stoner ever had together, their relationship did not really change. Very soon Stoner realized that the force which drew their bodies together had little to do with love; they coupled with a fierce yet detached determination, drew apart, and coupled again, without the strength to surfeit their need.

Traducción: Aunque los dos meses siguientes fueron el único tiempo de pasión que William y Edith Stoner tuvieron juntos, su relación no cambió realmente. Muy pronto Stoner se dio cuenta de que la fuerza que unía sus cuerpos tenía poco que ver con el amor; hicieron el amor con una determinación feroz pero desapegada, se separaron y volvieron a copular, sin la fuerza para saciar su necesidad.

De esos dos meses de sexo nace una niña que es cuidada, esencialmente, por Stoner durante sus primeros años. Tras el suicidio del padre de Edith en la crisis de 1929, ella pasa un tiempo con su madre en otra ciudad. Después regresa transformada en una máquina de odiar. Stoner acepta impasible este cambio, incluso cuando Edith usa a su propia hija para hacerle daño. No es sólo en casa donde Stoner tiene enemigos. Su némesis universitaria se llama Lomax.

Lomax was quite drunk, though not ostentatiously so; he walked carefully, as if he carried a burden over uneven terrain, and his thin pale face shone through a film of sweat. The liquor loosened his tongue; and though he spoke precisely, his voice lost its edge of irony, and he appeared without defenses.

Traducción: Lomax estaba bastante borracho, aunque no ostentosamente; caminaba con cuidado, como si llevara una carga pesada obre terreno irregular, y su fina pálida cara brillaba a través una película de sudor. El alcohol había liberado su lengua, y aunque hablaba con precisión, su voz había perdido el filo de la ironía y parecía indefenso.

El libro contiene muchas reflexiones sobre la vida. La siguiente habla del escaso significado de la existencia de sus padres, recién fallecidos, tratando de sacar provecho del terruño al que Stoner nunca volvería, una vez descubrió accidentalmente su amor por la Literatura.

He turned on the bare, treeless little plot that held others like his mother and father and looked across the flat land in the direction of the farm where he had been born, where his mother and father had spent their years. He thought of the cost exacted, year after year, by the soil; and remained as it has been—a little more barren, perhaps, a little more frugal of increase. Nothing had changed. Their lives had been expended in cheerless labor, their wills broken, their intelligences numbed. Now they were in the earth to which they had given their lives; and slowly, year by year, the earth would take them.

Traducción: Giró sobre el claro (del cementerio) que acogía a otros como su madre y su padre y miró a través de la llanura en dirección a la granja donde había nacido, donde su madre y su padre habían pasado sus vidas. Pensó en el coste exigido por el suelo año tras año; y siguió como había sido – quizás un poco más yermo, quizás un poco más frugal en su producción. Nada había cambiado. Sus vidas se habían gastado en trabajo sin alegrías, sus voluntades rotas, sus inteligencias aturdidas. Ahora estaban en la tierra a la que habían entregado sus vidas; y lentamente, año tras año, la tierra se los llevaría.

La especialidad de Stoner es el estudio de la influencia de los clásicos en la literatura medieval inglesa. Un tema cuestionado por Lomax a través de su alumno Walker, que insistía en recordarle que Shakespeare, el más grande escritor inglés, sabía poco latín y mucho menos griego, en palabras de su contemporáneo Ben Johnson. A mí, particularmente, esto me recuerda la habitual estrechez de nuestras áreas de investigación. Las reflexiones sobre la docencia universitaria, salvando las distancias entre Literatura y Matemáticas, las hago mías.

He was ready to admit to himself that he had not been a good teacher. Always, from the time he had fumbled through his first classes of freshman English, he had been aware of the gulf that lay between what he felt for his subject and what he delivered in the classroom. He had hoped that time and experience would repair the gulf; but were most profoundly betrayed when he spoke of them to his classes; what was most alive withered in his words; and what moved him most became cold in his utterance. And the consciousness of his inadequacy distressed him so greatly that the sense of it grew habitual, as much a part of him as the stoop of his shoulders.

Traducción: Estaba dispuesto a admitir que no había sido un buen profesor. Siempre, desde el momento en que comenzó a impartir sus primeras clases de inglés para estudiantes de primer año, había sido consciente del abismo que había entre lo que sentía por su materia y lo que contaba en el aula. Tenía la esperanza de que el tiempo y la experiencia repararían el abismo; pero sólo empeoró cuando habló de ellos en sus clases; lo más vivo se marchitó en sus palabras; y lo que más le conmovía se volvió frío en su expresión. Y la conciencia de su incompetencia lo angustiaba tanto que la sensación de ello se hizo habitual, tanto en él como su espalda encorvada.

Al final, Stoner hace balance de su vida. Y resulta, que la suya no ha tenido mucho más significado que la de sus padres campesinos. Entre otras cosas, recuerda la relación que tuvo con una joven profesora, con la que compartía la pasión por la literatura y con la que encontró el amor que nunca tuvo en casa. Dejó pasar esa oportunidad, como tampoco nunca completó su segundo libro.

He had wanted the singleness and the still connective passion of marriage; he had that, too, and he had not known what to do with it, and it had died. He had wanted love; and he had love, and had relinquished it, had let it go into the chaos of potentiality. Katherine, he thought ‘Katherine’. And he wanted to be a teacher, and he had become one; yet he knew, he had always known, that most of his life had been an indifferent one. He had dreamed of a kind of integrity, of a kind of purity that was entire; he had found compromise and the assaulting diversion of triviality. He had conceived wisdom, and at the end of the long years he had found ignorance. And what else? He thought. What else?  

Traducción: Había deseado la independencia y la pasión conectiva del matrimonio; también tuvo eso, y no supo qué hacer con él, y lo dejó morir. Había deseado amor; y tuvo amor, lo abandonó, lo dejó irse por el caos de la potencialidad. Katherine, pensó ‘Katherine’. Y quiso ser profesor, y llegó a serlo; sin embargo, sabía, siempre lo había sabido, que la mayor parte de su vida había sido uno indiferente. Había soñado con una especie de integridad, con una especie de pureza que fuera total; había encontrado el compromiso y la acechante distracción de la trivialidad. Había concebido la sabiduría, y al final de los largos años había encontrado la ignorancia. ¿Y qué más? El pensó. ¿Qué otra cosa?

Ahora se entiende bien la frase al comienzo de libro: Los colegas de Stoner, a quien en vida no tenían en particular estima, rara vez hablan de él ahora; para los veteranos, su nombre es un recordatorio del destino que les aguarda.

Epílogo

No me queda otra cosa más que recomendar encarecidamente la lectura de estas tres novelas, si es que aún no lo habéis hecho. Yo he tenido la suerte de que cada libro llegó en un momento oportuno, por lo que su lectura tuvo un significado adicional: L’étranger, cuando mi vida estaba sentenciada y yo sumido en la indolencia; The Sheltering Sky, mientras andaba por Francia tratando de encontrar el rumbo en mi desierto personal; y Stoner, justo en un momento de mi carrera como profesor universitario en el que he comenzado, por fin, a preocuparme seriamente en dejar un buen recuerdo entre colegas y estudiantes.

9 opiniones en “Tres novelas y la vida”

  1. Que un catedrático de matemáticas escriba un artículo literario tan bonito, grande como la Catedral de Murcia, dice mucho de quién lo escribe.
    Amigo mio, me gustan los tres libros y si me lo permites, añadiría un cuarto libro, La Montaña Mágica de Thomas Mann. Coincido contigo.

    1. Estimado Daniel,
      Tu comentario me ha emocionado, y te lo agradezco de corazón. Pero también me hace sentir una mayor responsabilidad sobre cómo abordar los próximos temas… Quería que este blog fuera, sobre todo, un divertimento alrededor de las cosas que nos gustan.
      Sobre autores alemanes (o lengua alemana), no podré hacer exactamente lo mismo por mi desconocimiento del idioma, pero te aseguro que en el futuro, además de Mann, pasarán por aquí Hesse y Zweig.
      Recibe un fuerte abrazo.

  2. Felicidades por el texto!! Pronto (estimación de tiempo en medidas vitales) tendrás la oportunidad de dejar de escribir sobre lo que otros han hecho. Aguardo ansioso ese momento.

    1. Muchas gracias Pedro.
      Yo también espero ese momento, porque no quiero que me pase como al replicante en Blade Runner 😉
      ¡Un abrazo!

  3. Hola, Matías. ¡Buenas noches desde Buenos Aires! ¡Un gusto saludarte y dejarte un comentario también!
    Hace unas horas, conocí tu blog. Llegué a él porque estaba buscando alguna reseña o experiencia (podríamos decir, orgánica, en el sentido de que no sea muy superficial, sino todo lo contrario) de «Stoner» de John Williams. Y precisamente eso fue lo que encontré. Pero no sólo ello, sino también me ayudaste a descubrir «El cielo protector» de Paul Bowles, que gracias a que compartiste pasajes de la misma, me encantó y ya lo sumé a mi lista de libros a adquirir.
    Hace no más que media hora, me trajeron una versión, en su idioma original, que había encargo de «Stoner». Y haber leído tu experiencia en cuanto a dicho libro, me afianzó mucho más en su lectura. Y las ansias de que ya estuviera sobre mis manos también se afianzaron jaja.
    Pero no te estoy comentando solamente por todo esto. Sino por tu blog en sí. Estuve leyendo varias entradas (más las que tratan de los libros, de lo que hay detrás de ellos, de la librerías de viejitos -donde las joyas que se pueden encontrar son una maravilla), y me encantó tu manera de dar a entender un tema, de compartir un sentir. En síntesis, la forma de cómo tu prosa fluye.
    Bueno, podría explayarme un poquito más. Pero ya está. Ya te compartí lo que me surgió al leerte, aunque sea uno de esos «cuatro gatos mal contados» jaja.
    Te mando un abrazo. Y espero que ande todo muy bien por allá.

    1. Muchísimas gracias, Daniel, por tu comentario.
      Para empezar, disculpas por tardar tanto en responderte. Me alegra pensar que he podido contribuir al conocimiento y lectura de unas obras que me parecen maravillosas. Pero, sobre todo, me anima a continuar preparando posts de tipo literario, entre la incredulidad de mis amigos 😉
      ¡Recibe un fuerte abrazo desde España!

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